Edificio de la Exposición Iberoamericana de 1929


Estuve en Sevilla hace más de cuatro años en enero, sin los calores que asolan esa ciudad en verano y por culpa de mi legendaria incapacidad para procesar las fotos hasta ahora no me había sentado a escoger algunas para poner en la bitácora. El proceso de selección ha sido muy complicado y aún estoy tratando de reducir el número ya que en este momento tengo más de setenta que me gustan. Una idea del tiempo que hace desde que fui la da que la cámara que usé para todas estas imágenes fue la CANON 350D que usé hasta finales de septiembre del 2008. Lo que sí que he tenido claro desde el comienzo es que para empezar a ver la ciudad hay que viajar hasta la saga de la Guarra de las Galaxias, episodio primero y llegar a las puertas del palacio de la Reina Amigdalas y eso sucedió en Sevilla, en el edificio de la Exposición Iberoamericana de 1929 que está en la Plaza de España y que vemos parcialmente en la foto de hoy. Ese mismo edificio aparece en la película El Dictador de la cual hablaré próximamente.

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5 respuestas a “Edificio de la Exposición Iberoamericana de 1929”

  1. Parece imponente, y sobre todo parece mentira que haya estado en Sevilla (yo en septiembre, y no pienso volver a no ser que coincida invierno) y no lo haya visitado. Las prisas eran malas consejeras, pero el calor insoportable me machacó directamente la imagen de la ciudad. Cuando me saque un poco la tirria mental que le cogí, volveré y le daré otra oportunidad.

  2. Virtuditas, date y dale una nueva oportunidad a Sevilla, porque es una maravilla, eso si, las visitas hay que hacerlas, según mi opinión, desde mediados de Otoño a mediados de Primavera, aunque no es una constante, el calor puede hacer estragos para los que no están acostumbrados y desconocen los trucos para paliarlos.
    Salud

  3. Genín: ya te digo, a mi me destrozó la visita. Gasté más en agua que en el resto de la estancia.

  4. Ese edificio siempre me pareció impresionante, menuda pasada de construcción, qué señorial, en cambio los de la Expo 92 en la Cartuja creo que están muertos de asco. Mi mujer sí que pasó por allí, me contó del calor que cuando fue ella el asfalto lo notabas como reblandecido. Es escuchar eso y me entran repeluses, así que iré en invierno o nada.