La carroza más absolutamente espectacular, fastuosa y facinerosa de todas las que tenían en el Museo Nacional de Bangkok es la que vemos en la foto y esta sí que tenía ruedas porque es gigantesca y el Buda va pa’llá arriba, como en un rascacielos de oro, mientras el populacho lo ve pasar y el sol los ciega con los reflejos dorados. Me han dicho, pero no lo he podido confirmar, que la virgen del Rocío estaba en negociaciones para que le presten o alquilen el carrozón este para una de sus galas, que ahí tiene que lucir espectacular. Fijaros en la cantidad de detalle que tiene la coña, que hasta las ruedas se ven super-hiper-mega curradas.