El corredor del laberinto – The Maze Runner


Después de que se nos pasó la fiebre de vampiros y hombres lobos, en el fascinante mundillo de la literatura Young Adult,esa que yo leo porque no envejezco y porque digamoslo claramente, los grandes autores de literatura consagrada cagan unos trullos infumables y la literatura sueca y del entorno es solo para adictos a las palizas, los tatuajes, los malajes y demás. Bueno, regresando al tema, después de la fiebre vampírica hemos entrado en los mundos distópicos, versiones distintas de nuestro mundo en las que ha pasado algo que muchas veces nadie se molesta en explicarnos y tenemos una pequeña o no tan pequeña sociedad apañando como puede para sobrevivir y gente joven pasándolo mal. En esos mundos tenemos la saga de los Juegos del hambre y la de Divergente y por si acaso y antes de que se nos pasen las ganas, se estrena la primera película de otra de esas sagas, escrita por James Dashner y que por supuesto, probablemente yo soy el único que ha escuchado los audiolibros. La primera película de la saga se titula The Maze Runner y en España se estrenó la semana pasada con el título de El corredor del laberinto.

Un montón de julays se desbaratan todos cuando les ponen delante la primera pipa del coño

Un chaval aparece en un extraño lugar sin recordar nada. Allí hay otro montón de jóvenes que han llegado como él y le explican que están en el centro de un laberinto, rodeados de cosas muy malas y lo ayudan a aclimatarse en la pequeña sociedad que han creado. El chaval es curioso y se niega a aceptar las boberías que le cuentan y cuando consigue destruir uno de los monstruos que los acosan, todo cambia. El último de los miembros de la pandilla resulta que es una pava, que encima conoce el nombre del chaval y como siempre, cuando pones una chama entre un grupo de hormonas desbaratadas, enseguida se montan los pitotes. En fin, que como no cambie la cosa o ella sea una adicta sexual, aquí solo va a mojar UNO.

Cuando leí el primer libro, ese en el que está basada la película, aún no habían terminado de escribir la saga y si me lo preguntas a mí, creo que los dos que vinieron a continuación fueron peores y el que se hizo para explicar el primero (o sea, que hay un libro CERO), es peor y dado que la película la empiezan por el primero y el tiempo pasa, para cuando lleguen al tercero y decidan hacer los previos, los jóvenes van a ser puretones que no veas. Regresando a la película, han sabido elegir entre toda la información del libro y la historia es muy amena, es más, yo diría que la película arregla todo aquello que en el libro no acababa de convencerme. Las escenas en el laberinto son fabulosas, la tensión está muy bien lograda, las relaciones entre los jóvenes funcionan muy bien, las movidas de la lealtad, la amistad y el sacrificio van bien y el director optó por no torturarnos con la puñetera tercera dimensión y no tenemos que usar gafas. La narrativa es en este caso muy importante y está muy cuidada y aunque hay mucha gente que no se lo creerá, Dylan O’Brien es fabuloso, la cámara lo adora y vuelve a demostrar que es uno de los jóvenes actores para el futuro. Este chaval ya destaca en la serie Teenwolf, en la que roba planos a todo el mundo y parece el único que no está dopado hasta las cejas y tiene el gen del mariquitismo. Mencionar también la fabulosa interpretación de Will Poulter, que sabe sacarle partido a sus extrañas cejas y a esa cara de bicho raro que tiene y te pone los pelos de punta en todo momento. La chica y único personaje femenino dentro del laberinto es Kaya Scodelario, la cual no recuerdo de otras películas y que aquí tampoco es que resalte demasiado.

En definitiva, una película fantástica, una aventura que engancha y una historia que vale la pena ver. Perfecta para una reunión de domingo de todos los miembros del Clan de los Orcos y por eso mismo, no apta para sub-intelectuales de GafaPasta. Si te gusta el cine de acción y las historias un tanto negativas, esta es de las buenas.


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