Hoy vamos a viajar a un pasado muy pero que muy lejano, a un tiempo en el que no había ni CaraCuloLibro ni Tuiterota y en el que probablemente Genín y Virtuditas hasta fueron a los cines a ver la película porque ellos son así de ancestrales. En mi caso, puedo confirmar y confirmo que esto me pilló ya en la era de verlo por la tele y grabarlo en una cinta VHS de un montón de horas y no veas la de intermedios que tuve que cortar porque la película se alargó más que el mitin de cualquier líder podemista zarrapastroso. Por suerte con el cine digital y tal y tal ahora pueden volver a poner en los cines estas cosas cuando les sale de los mondongos y aunque la primera vez que fui al cine en el mes de febrero a verla tuvieron que cancelarla porque no consiguieron descargársela, en el segundo intento sí que pudimos ver The Godfather, la cual se estrenó en España en 1972 con el título de El padrino.
Un julay que es como primo-hermano del Guaca busca heredero entre sus hijos para dejarles el Emporio de crímen que ha montado
El Padrino controla una de las familias mafiosas en Nueva York y en el día de la boda de su hija, la gente aprovecha para pedirle todo tipo de favores. Él quiere retirarse y está por pasarle el testigo a su hijo mayor cuando una sucesión de movidas con otra de las familias provoca una guerra de clanes y otro hijo, uno que se había mantenido al margen, se desvela como el líder implacable que necesitan para imponerse a los otros grupos. Esta es una saga familiar en la que hay de todo, bodas, asesinatos, malos tratos, bautizos y siempre, la cultura italiana mezclada con la gringa.
Esta es la primera vez que he visto la película, de unas tres horas, en versión original y lo que más me sorprendió es la ingente cantidad de italiano que hay en la misma, algo que se perdía en el doblaje al español. Todo el segmento de la boda de la hija al comienzo tiene montón de escenas y frases en italiano, igual que la parte del exilio. Es, sin lugar a dudas, una obra maestra, un despliegue épico de cine, con una historia fascinante y que nos cuenta de manera soberbia Francis Ford Coppola. En ninguna de las tres horas pierde el fuelle, la épica se retroalimenta de coñas familiares y consigue mejorar la película una y otra vez. Marlon Brando está genial como el cabeza de familia y un criminal que aunque en muchos momentos parece una bellísima y entrañable persona, no tiene ningún reparo a la hora de ajusticiar a sus enemigos, pero la auténtica sorpresa de la película es Al Pacino, que hizo el mejor papel de su carrera y que además fue injustamente nominada como actor secundario en los Oscars cuando el chamo tenía muchísimos más minutos de pantalla que Marlon Brando. Resulta toda una experiencia ver el viaje vital de Michael Corleone, como no quiere involucrarse en movidas de la familia, como acaban metiéndolo en el fregado y como planea una terrible y sádica venganza para destruir y neutralizar a todas y cada una de las familias enemigas. Es sencillamente, legendario.
No creo que sea cine para los miembros del Clan de los Orcos porque hay mucho diálogo pero igual les molan las escenas de tiros e incluso la parte en la que se le ven las tetitas a una pava. Definitivamente, yo escupiría a la cara a cualquier sub-intelectual que se jacte de no haber visto esta película y me quedaría tan a gustito. Un clásico, de ayer, hoy y para siempre. Toda una joya que en un cine, gana un montón.
8 respuestas a “El padrino – The Godfather”
Ya quisiera el guaca limpiarle los zapatos a don vito jajaja
La he visto tantas veces que ni recuerdo donde la vi por primera vez, supongo que en el cine claro, además me confundo con las siguientes partes… 🙂
Salud
A mí aún me faltaban unos años para nacer cuando esto pasó por los cines… de todos modos, súper-peliculón.
Virtu, que envidia me das niña, la peli es del 72, sabia que eras jovencita, pero de repente yo me he hecho viejo, no recordaba que la peli era de 1972… 🙁
Besos y salud
Años cumplidos, años vividos, tú estabas en los 60, que tuvo que ser una época memorable, yo no, y los 80 los viviste en todo su esplendor y con todos sus cardados y hombreras… yo era tan pequeña que pasó sin enterarme. ¡ No me envidies, Genín! ¡Bicos!!
Virtu… 🙂 Gracias por el consuelo, los ánimos y la botella medio llena 🙂
Besos y salud
En los ochenta yo no sabía ni leer ni cocinar y no tenía carné de conducir como otras …
Debía ser la niña más famosa del cole si tenía eso! El problema sería llegar a los pedales!! Lo de leer ya no me atrevo a discutirlo, que según mi madre empecé demasiado rápido y puede ser que ya supiera, no tengo recuerdos de no saber leer….