Supongo que tengo que comenzar por explicar que la palabra pallufo, muy usada en Gran Canaria y seguramente solo usada en Gran Canaria, tiene un significado negativo, de algo malo, pero también cuando alguien te deja tirado, que es el significado ancestral e irreversible que tiene en este texto. Sucedió que en marzo ya dije que No me toques la fibra que te doy y en septiembre, al principio, volvieron a pasar por mi calle y movieron el cable hasta cinco centímetros de la pared de mi keli, haciendo un túnel super-hiper-mega-especial que supervisó mi vecino. Estaba convencido que lo comenté por aquí, pero no veo la foto, así que no lo hice, pero bueno, queda reseñado que tras poner la fibra en la calle, después la entraron en mi propiedad y la dejaron junto a la pared, con lo que la siguiente cuadrilla se encargaba del tema. Pasaron un par de semanas y me llega una carta en la que me informan que vendrán a penetrar mi pared y empetarme la fibra hasta mi salón el día de ayer entre las doce y las cinco de la tarde y que tengo que confirmar que he recibido la notificación yendo a una página güé y confirmándolo, pero sin sacramento, lo cual hice. Después de la confirmación, me mandaron un eSeeMeeSe de los de antes, confirmando que había confirmado la confirmación y que vendrían a mi keli ayer entre las doce y las cinco y que se tenían que dar dos condiciones, que no hubieran niños menores de doce años solos en la keli, que eso es muy de curillas pero está mal visto entre el resto de las profesiones y que no llenara el rincón en el que iban a trabajar de morralla.
Como el jueves es un día en el que yo normalmente voy a alguna de las tres oficinas, sin poder especificar previamente cuál de ellas, informé a mi jefe que cambiaba uno de mis días favoritos de laburar desde mi keli, que son el miércoles y el viernes, días no estructurales, concepto muy avanzado y de difícil comprensión que implica que puedo modificarlos a mi antojo, porque la gente que los convierte en estructurales y aparecen en su contrato de laburo, no los pueden cambiar, al menos oficialmente, siempre tienen que ser esos y a cambio de ese compromiso a no poner un pie en la oficina en los días indicados, reciben siete leuros al mes por día de la semana que trabajen desde su keli para contribuir a los gastos de calefacción, electricidad e internet, con lo que yo pierdo catorce leuros pero gano flexibilidad y la uso, que fue lo que pasó en esta semana en la que laburé el lunes desde mi keli, el martes en Bolduque, el miércoles junto al aeropuerto y el jueves y el viernes regresé a laburar en mi keli, lo cual demuestra que mis días no estructurales me permiten hasta incrementarlos, si es necesario. Volviendo al tema, el jueves estaba en mi keli, apagando incendios y todo eso y sobre las doce menos diez, opté por moverme a la planta baja con mi portátil del laburo y trabajar desde allí para controlar las obras. A la una de la tarde, aún no había venido nadie, a las dos de la tarde, seguían sin venir, a las tres de la tarde, más de lo mismo y yo ya me cansé y volví con mi ordenador a mi escritorio, que allí lo puedo conectar a mi mega-monitor y trabajar más a gustito. Tampoco vinieron a las cuatro y por supuesto, ni siquiera a las cinco menos cinco, con lo que oficialmente, me metieron un tremendo pallufo y pese a obligarme a confirmar la confirmación y hasta me mandaron mensajes confirmando que había confirmado la solicitud de confirmación, puedo confirmar y confirmo que no vinieron.
Durante el día de hoy han habido dos llamadas desde telefoninos móviles al mío, de números desconocidos y como todos sabemos que no se habla con extraños, yo si el número no está en mi agenda de contactos, no respondo, rechazo la llamada y después bloqueo el número, con lo que pueden haber sido los joputas que me metieron el pallufo o estafadores, aunque tiendo más a creer que fueron los primeros porque los estafadores suelen llamar desde números fuera de los Países Bajos. En cualquier caso, ahora lo van a tener crudito porque no volveré a confirmar ninguna solicitud de confirmación, me iré de vacaciones, después me iré a trabajar cuatro semanas a Gran Canaria y los contratistas esos que cobran por el trabajo que hacen, se van a pasar meses sin pillar el puñado de leuros que les habrían dado por realizar mi conexión.
Como con fibra o sin ella mi velocidad de acceso a las internetes sería la misma, que aquí el acceso es carísimo y hasta me cobrarían seguramente cinco leuros más al mes, seguiré enganchado al adesele hasta que me manden una carta confirmando que lo van a apagar y como me manden una carta, les responderé con otra con pantallazo de la confirmación de su solicitud de confirmación y les explicaré que ya que me obligaron a quedarme en mi casa para nada, que ahora me la trae bien al fresco su interés y que el mío ha decaído muy pero que muy mucho y a menos que me ofrezcan un buen puñado de meses gratis, que no lo harán, no tengo el más mínimo interés en cambiar.
2 respuestas a “El pallufo”
Me encanta tu actitud con los chulos tecnológicos, que son eso, unos chulos con su fibra de mierda.
Por otro lado, yo hago lo mismo que tu hace años, como no esté en mis contactos, no cojo el teléfono así sea el mandamás de España, osea, Puigdemont ese… 🙂
Salud
Pues os voy a decir a los dos, que eso de no coger el teléfono a cualquier número que no tengas en la agenda, en trabajos como el mío suponen un problemón, porque los pacientes dejan un número de contacto pero contactas porloscojones porque no te cogen, les mandas un SMS (si, triste pero cierto) donde te identificas y les dejas el mensaje que, viniendo de donde viene, suele ser importante, y aún así ni lo miran. Y luego te comes marrones porque «nadie los avisó». Y que nadie me hable de mandar mails porque el 90% tampoco te dejan el correo porque no vaya a ser que en un hospital estemos vendiendo sus datos a terceros.
Por supuesto otra cosa es que te llamen, y si procede después, bloqueo al canto, pero lo de no coger por deporte no tiene sentido cuando todos tenemos el móvil como contacto en todas partes.