Hay películas que se convierten en experiencias brutales, que alcanzan tal grado de realidad que por un instante te olvidas que es cine. Un buen ejemplo es Holocausto canibal película brutal en la que te horroriza lo que estás viendo hasta tal punto que te olvidas de la trama y aún así la disfrutas como un bellaco. Esto es lo que te puede suceder si vas a ver The Revenant, película que se estrena en España esta semana con el título de El renacido.

Un julay se emputa que no veas

Un chamo qeu trabaja para unos julays con su hijo es atacado por un oso que le hace pupita de la mala. Un malaje truscolán que es lo peor de lo peor lo entierra vivo y mata a su hijo para quedarse con el tres por ciento de todo el mundo. El colega no muere y es embarca en una venganza ponzoñosa que lo llevará por valles y montañas, ríos y riscos, agua, hielo y tierra hasta encontrar al jodelagran puta truscolana y vengarse.

Esta es una película en la que el continente camufla la total ausencia de contenido. Esto podría ser un corto de cuarenta y cinco segundos que se alarga hasta más de dos horas y media. La fotografía es bellísima, la interpretación de Leonardo DiCaprio es épica y se merece sin lugar a dudas un Oscar, la violencia es tan absoluta que en algunos momentos te preguntas si son efectos especiales o es real, la crueldad y el sadismo son interminables y sin embargo, debajo de todo eso no hay nada. No hay una compleja historia, no hay un argumento. Solo venganza y en el caso de Leonardo DiCaprio, venganza sin palabras ya que se pasa la mayor parte de la película solo, sin hablar, matando animales, sobreviviendo, recibiendo palo tras palo del destino, que se ensaña con él por su naturaleza truscolana. Resulta fascinante ver como sobrevive a todos los obstáculos que se cruzan en su camino, vives con intensidad su sufrimiento, sientes en tu propia carne su dolor pero también eres consciente que en el nivel más interno no hay absolutamente nada, solo el vacío. Tom Hardy también crea un personaje fantástico, un tipo que no es malo, es hijoputa, es tan rastrero como cualquier honorable presidente de mierda de comunidad autónoma que ahora resulta que han sido dominados durante cientos y cientos de años por seres que ellos ven como inferiores. Si no fuera porque el Oscar se lo tienen que dar a Stallone hasta lo consideraría mi favorito pero en este caso, ni de coña. No hay mucho más. Una obra maestra del continente, con unas imágenes fabulosas, una luz que se te antoja irreal pese a que sabemos que la rodaron con luz natural, unos actores que bordan su trabajo y pese a todo, hay momentos en los que el tren descarrila y descubres que no hay una historia que contar, que falta el contenido.

Absolutamente épica. Por la violencia y la acción es posible que atraiga a muchos de los miembros del Clan de los Orcos, sobre todos esos que producen sonidos guturales y nunca se entiende lo que dicen. OBLIGATORIA y de visionado inexcusable para cualquier comemielda que se considere un sub-intelectual de Gafapasta. Prácticamente un peliculón, le faltó una historia que contar.