A cualquier cosa lo llaman hoy en día una película de terror. Me acuerdo cuando te acojonabas de verdad en un cine y la penca con la que ibas te clavaba las uñas mientras ni siquiera miraba a la pantalla solo por joderte. Aquellos si que eran buenos tiempos. Ahora con la movida de lo políticamente correcto y con las dosis masivas de melaza que se emplean a la hora de rodar una película para que no le pongan una mala clasificación y la gente deje de ir a verla, tenemos unos productos muy edulcorados que aunque están bien, podrían estar mejor. Ya no quedan demasiados directores dispuestos a arriesgarse y está claro que el que hizo la película The Rite no es uno de ellos. En España se estrenará la semana que viene con el acertado título de El rito.
Un julay gringo de padre pre-gótico como ciertas orcas presidenciales se mezcla con una chusma que no veas y acaba bien jodido y mal pagado aunque con licencia para tocar niños
El hijo del dueño de una funeraria no se le ocurre otra cosa que meterse a seminarista para escapar de la mierda de vida que según él le ha tocado. Después de cuatro años entre presuntos pederastas y con un título en la mano se plantea abandonar esa profesión porque ni de coña cree que hay un Dios y su jefe lo amenaza con reclamarle los 100.000 dólares que se han gastado en su educación y que podían haber usado para tocar menores y esas cosillas que tanto les gusta. Para que recapacite y no los deje tirado le pagan dos meses de vacaciones en Roma con curso de exorcista incluido y el chaval se va para allá porque ha oído que las romanas son más calientes que las calderas del infierno y aunque el curso es una cagada y un engaño, lo mandan a tomar clases particulares con un curilla algo raro que resulta que sí que trata gente con problemas supuestamente mentales aunque quizás sea algo más. La chica a la que tratan es más sucia y dañina que Carmen de Mairena y no veas tú lo mal que lo pasan para sacarle lo que quiera que sea que llevaba dentro.
El problema de esta película de terror es que no da miedo. Hay angustia, hay escenas con insultos y ruidos raros, giros imposibles del cuerpo y cosas de esas pero lo que se dice miedo, miedo, con sus sustillos y demás, a mí no me dio y mira que yo voy al cine con más ganas que nadie de salir de allí aterrorizado y no mear gota dando la espalda a la puerta durante dos semanas. Lo mejor de la película es la interpretación de Anthony Hopkins, que borda su papel de cura especializado en exorcismos y que cada vez que le pone la mano encima a un niño, levanta murmullos en el cine de confirmación de eso que todos sabemos que tanto les gusta y que debe ser el undécimo mandamiento, ese que nunca nos contaron cuando nos obligaban a ir a clases durante años para prepararnos para la primera y última comunión.
Aparte de esto, es una película de tensión, con una historia entretenida a veces y aburrida otras, con un protagonista totalmente desconocido y unas bonitas y folclóricas escenas en Roma. Está bien para pasar el rato o meterle mano a la parienta cuando cierra los ojos pero poco más.
2 respuestas a “El rito – The Rite”
Aunque le hubieras dado 10, este tipo de pelis, no me van.
Salud
Coincido con Genín, yo me acojono con estas pelis y si hay niños de por medio, peor. Miro hasta debajo de la cama, por si acaso.