No veas la de años que tienen que haber pasado desde la última vez que vi una película en la que el protagonista era Gérard Depardieu, que ya tiene que estar rondando los cien años o así. La anunciaban como comedia y drama y la ponían en la filmoteca, que es la parte que te hace sospechar porque los sub-intelectuales con GafaPasta no son fans del género cómico y además, se aseguraron de ocultar el trailer para pillarnos por sorpresa. Más o menos lo consiguieron ya que éramos tres personas en la sala el día que la daban. Se titula Umami y en España se estrenó hace dos semanas como El sabor de las cosas simples y vamos, si no nominan al Oscar a la traducción más literal al que se le ocurrió esta, es que no hay justicia en el universo.

Un julay se pira al país del sol caguiente buscando al chamo que le robó el primer puesto en un concurso de chaperos.

Tenemos que un pavo del que dicen que es el mejor chef de toda la Francia incluyendo truscoluña, que no es nación, está traumatizado porque hace cienes y cienes de años, cuando era joven, quedó segundo en un concurso que ganó un panoli japonés con una sopa boba que al parecer tenía un saborcillo umami. El chamo decide marcharse a Japón a buscar al otro y leerle la cartilla y eso hace sin avisar a su familia y bueno, resulta que los dos son igual de desgraciados o algo así y al final se arrejuntan y sin tener que hacerse pajillas uno al otro como que se enderezan las vidas o algo así.

Decir que es una comedia es estirar demasiado el concepto. Tiene alguna cosa divertida, pero esto es un drama, tanto por la parte japonesa como por la parte francesa y no solo de los dos pavos, la mujer del francés está super-hiper-mega amargada y sueña con campos de pepinos para sentarse sobre ellos, el hijo mayor quiere ser cocinero de fritanga o algo así pero está a la sombra del viejo y como que no puede, no puede y el otro hijo es místico del coño y da la impresión de estar en un permanente viaje astral. Del otro lado, la hija del japonés es una amargada y la nieta una suicida y el cuñao un desgraciado, con lo que de nuevo, me pregunto quién coño pensó que esto es una comedia. La historia es bastante tonta y pese a que el Depardieu se pira a Japón, nos torturan con tramas secundarias francesas que no vienen a cuento y lo peor es que todos sabemos que esto tendrá una especie de final feliz porque apesta a telelefilm. Me quedó tan claro como la luz que sale de un agujero negro que Gérard Depardieu hizo esto para conseguir un cheque y poder seguir comprando pañales de viejo.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, ni te lo plantees y yo le aconsejaría lo mismo a los sub-intelectuales con GafaPasta, aunque os la pongan en la filmoteca, esto no es lo vuestro. Sosa y para ver en Antena Triste combinada con digestión pesada.