El Test


Como siempre que paso por España, aproveché para ir al cine y ver las películas que jamás saldrán de las fronteras del país y supongo que cuando estuve en abril vi el trailer de la que voy a comentar hoy porque me sonaba mucho todo y definitivamente, esto no lo ponen en los cines neerlandeses. Era una comedia, que es una buena manera de comenzar, o mala, que las comedias provocan grandes decepciones muy a menudo y no sé por qué, me sonaba a que igual era una de esas pelis que hacen en ciento cuarenta idiomas distintos y siempre es la misma, pero no, al parecer es una obra de teatro que ha sido muy popular en España en los últimos años. Se titula El Test y está en la cartelera ahoritita mismo.

Un julay capullo se dedica a tocarle los mondongos a sus amigotes, sin chimpún.

Resulta que una pareja en la que el pavo es soñador fracasado y la pava es buenista podemita y truscolana de causas perdidas, son invitados a cenar al casoplón de un amigo, que vive en una mansión como la de la Preysler. Llegan y desde el principio hay mal yuyú con el ricachón y sobre todo cuando este usa un test de su hembra, que ha escrito un libro sobre el tema y es famosilla por eso y le ofrece, al otro pavo, cien mil leuros en la mano ya mismo o un millón en diez años y claro, se monta el pitote entre el otro muerto de hambre y su hembra podemita y simplona y para cuando aparece la segunda hembra, la cena es un desastre y aquello va de mal en peor y empiezan a salir trapos sucios de todos, que resultó que el muerto de hambre le había puesto cuernos a la otra, la otra al muerto de hambre y hasta el ricachón y aquello termina con un pitote que no veas.

Mi problema con esto es que quizás en teatro, que es otro tipo de audiencia, más sub-intelectual y seguramente con otro tipo de humor, esto funciona muy bien, pero en la peli, las carcajadas escasean y muchas veces, las cosas que dicen con segundas y terceras no cuajaban conmigo y me dejaban totalmente indiferente. También es muy cansino que casi no haya otros personajes en la peli, nos jartamos a ver a estos cuatro y a Antonio Resines, que hace del padre de la podemita y seguramente las veces que lo vemos fue cuando la película mejoró ostensiblemente. En el teatro a lo mejor es normal, supongo que por la incapacidad de cambiar el escenario, de repetir lo mismo una y otra vez pero en el cine se acaba haciendo pesado y cuando ya llevamos ochenta minutos de cena con las mismas pullas, los mismos trapos sucios y las mismas coñas, yo ya rezaba para que terminara.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos esto te puede provocar una hurticaria que no veas y huirás del cine. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, yo diría que tampoco está a la altura del nivel que tú buscas. Para ver cuando la pongan un sábado por la tarde en la tele.


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