Entre dos tiempos


Parte de esta semana ha sido un poco complicada por culpa de las condiciones meteorológicas. Hemos tenido unos días básicamente de verano que parecen terminar hoy y el problema ha sido que en alguno de ellos, la diferencia entre la temperatura que hay cuando sales de casa y cuando regresas es brutal. Uno de los días teníamos un grado bajo cero a las siete menos veinticinco, cuando salía para ir a la estación en bici y al regresar a mi casa a las cuatro de la tarde estábamos en diecinueve grados, o sea, verano neerlandés. Un montón de gente agarra resfriados en estos días en los que estamos entre dos tiempos y nunca sabes si abrigarte un montón o pasar de todo. Por descontado, saliendo de casa con temperaturas tan bajas te tienes que poner algo. Yo elijo un cortaviento y debajo un polito de manga corta. Con eso y unos guantes bastante finos, reciclo el calor que genera el cuerpo mientras pedaleo y hasta es posible que tenga que bajarme la cremallera cuando esté cerca de la estación porque comienzo a hervir. Al volver, el cortavientos va en la mochila y pedaleo con el polo y nada más, disfrutando del sol, del calor que produce sobre tu piel y viviéndolo como si fuera el último día porque esto no es Sevilla y aquí nunca se sabe si este ha sido el verano. No será la primera vez que nos pilla un julio de lluvias sin fin o un agosto similar. Sin ir más lejos, el año pasado esos dos meses fueron una mierda y solo se salvó el final de agosto y septiembre.

Parece que no todos resolvemos el problema de los cambios de temperatura de la misma manera. Me tropiezo continuamente gente sobre-vestida, con capas y más capas de ropa que mantienen cuando están a casi veinte grados y se tienen que estar achicharrando bajo toda esa protección. El jueves a las doce de la mañana, con unos veinte grados, yo paseaba en Hilversum en manga corta y veo a dos chamas viniendo hacia mi en bicicleta con camisilla, camisón, camisa, camisola, jersey, pulóver, chaqueta, bufanda, guantes y gorro y seguro que habían algunas otras capas que no se podían ver. Yo que estaba sudando en manga corta solo por el esfuerzo de andar y aquellas dos que debían estar haciendo una dieta de pérdida de peso severa por deshidratación porque no se puede explicar como podían estar así. Ese mismo día fui al cine cerca de las nueve de la noche y aún a esa hora estábamos a unos diecisiete grados, así que de nuevo, sin chaqueta hacia el cine y solo al regresar me la puse pero sin cerrarla, abierta para que el aire me enfriara un poco y evitar recalentarme.


2 respuestas a “Entre dos tiempos”

  1. Si, incluso aquí, con nuestros 11/25 de ahora, hay que llevar algo si sales pronto o al ponerse el sol, porque refresca y por el contraste tan repentino, los resfriados están a la orden del dia… 🙂
    Salud

  2. Pues no sé de donde sacas esos calores, … si estuvieses gordo como una ballena en el Ártico, con una buena capa de grasa que te aislase del exterior, pero majo, estás sifilítico de delgado, no entiendo de donde sacas las calorías.