Power Rangers


Con un abono ilimitado, no tengo que preocuparme por si tiro el dinero y arriesgo muchísimo más que aquellos que saben que si la película puede ser una basura, habrán perdido la guita. Por eso y por mi síndrome de Peter Pan, las películas que huelen de lejos a productos para adolescentes y cerebros menos desarrollados no están fuera de mi órbita. La de hoy, además, la había planeado para el fin de semana pero hubo una cagada de los de IT en mi empresa y nos prohibieron usar los ordenadores por la tarde y aproveché, me fui antes a casa y fui a ver Power Rangers en una sala en la que éramos dos julays, aunque yo no era el cejijunto. La película se estrena en España dentro de una semana con el mismo título, que se puede traducir fácilmente por truscoluña no es nación.

A unos julays algo frikis les cae una bendición de raticulín y se enlicran todos pa’l coño

Un grupo de estudiantes de instituto ya talluditos y que son más bien los raritos y los bichos malos que siempre tienen castigados en el instituto están haciendo lo normal, que es poner bombas en minas abandonadas para buscar oro o algo así. Se encuentran unos pedrolos fastuosos que resulta que les dan unos poderes del copón y encuentran una nave de Raticulín o alrededores que les habla y que les dice que tienen que defender la tierra de una truscolana de mierda que la quiere destruir y ellos con dos chimpunes bien puestos, se ponen a la tarea.

Después de toda la morralla Marvel y DC con esos orígenes tan complicados y esas historias con tanto sufrimiento, que dejan al puto Jesucristo como un perdedor, es casi un milagro llegar a una película de cachondeo y cosa buena. Comenzamos en el instituto, como siempre, al ser americano tenemos la latina, el negro, el asiático y los gringos, con uno de ellos como la estrella que cayó en desgracia y a partir de ahí y de conocer a cada uno de ellos, les sucede el milagro y el resto de la película nos lo pasamos de cachondeo y cuando finalmente se ponen los trajes horrorosos, ya a partir de ese momento es un rescándalo de alegría, acción, tundas y cosa buena. Esta es una de esas películas que no pretenden nada, que no nos dan lecciones de nada pero que divierten y entretienen. Me lo pasé genial en el cine y aunque este tipo de secretos es mejor no desvelarlos, hoy mismo la volveré a ver por segunda vez, ya que en mi caso la primera vez fue hace más de una semana. La película carece de romanticismo y movidas similares y las paridas y estupideces se cuentan por cientos.

Esto es cine para ir al cine en banda con todos los miembros del Clan de los Orcos y reírte y gritar y divertirte. Por eso mismo es algo que queda totalmente vetado a los sub-intelectuales con GafaPasta. Pura dinamita.


7 respuestas a “Power Rangers”

  1. Yo hubiese apostado porque la serie Thirteen Reasons Why era un pallufo del nivel de juego de Gnomos y resultó que me la empapé en tres días y tengo una necesidad imperiosa de leer ese libro. La serie es de Netflix, que lo sepan.

  2. Pues mira, ya tengo algo que curiosear esta noche en Netflix, que la semana pasada acabé una de ocho temporadas y ya necesito una novedad.
    Gracias por la recomendación (aunque me da miedo viniendo de tí, que te flipó El Internado…)

  3. Cada uno de los trece episodios es el relato de una pava de instituto que se ha suicidado (se sabe desde el principio), contando una razón por la que lo hizo y culpando (o no) a alguien. Es fascinante y aquel instituto es que parece la mismísima lleneralitá, está petao de chusma y gentuza de la peor o eso que en español llamamos truscolanes de mierda

  4. Uf. Trama en un instituto y seguro que americano… eso me echa un poco para atrás, porque algunos hemos madurado y tal, y las aventuras de vampiros brilli-brilli o los institutos ya nos superan, pero ¡voy a intentarlo! .
    PD. – Estoy notando las perturbaciones en la fuerza de tus insultos hacia mí desde aquí, jijiji

  5. No hay ninguna. No se puede sacar de donde no hay. Es una bonita historia de como una persona se suicida por culpa de muchos, de lo crueles que sois algunos con el resto y de como nos negamos a ver lo que está ahí y después lo lamentamos.

    Hasta en el periódico El País recomiendan a los padres ver la serie por motivos diversos pero todos somos conscientes de tus limitaciones. En fin, gracias a Dios que todavía puedes ver el Nickelodeon.