Nos quedamos por la mañana del domingo en el aeropuerto de Malé. Lo primero que hice fue comprarme una tarjeta prepago telelefónica para tener datos y después de eso, saqué moneda local en un cajero del barrio y pillé un taxi y me fui a un club de buceo local con el que había apalabrado al menos una inmersión. Resultó que tenían a una pava de Taiwán y nos apuntamos para dos inmersiones. Dejé mi bolsa en el club de buceo y salimos para el muelle de Huluhmale, básicamente es la isla artificial en la que está el aeropuerto de Malé. Llegamos al muelle y allí nos subimos en un barco bastante grande y salimos. La primera inmersión era en la boca del Muelle y al sitio lo llaman Madimiyava Kanmathi que se puede traducir por truscoluña no es nación o la pecera de los tiburones. Allí llevan diez años tirando los restos del pescado que se prepara en la lonja de la isla y por eso, hay una cantidad ingente de tiburones que vienen a comer gratis. Esto hay que vivirlo para creerlo, aunque el Ancestral se jartará a ver vídeos alucinantes. Había decenas y decenas de tiburones de cinco tipos, entre ellos tiburones tigre gigantescos, tiburones guitarra, que era la primera vez que los veía, tiburones spinner, que ni sé como se llaman en español y que también era mi primera vez y un par de tiburones martillos gigantescos y otros tiburones de los que me dijeron el nombre y ya se me olvidó. Además de eso, había probablemente más de cien rayas y todos los animales en el mismo sitio a tu alrededor. Fue una de las inmersiones más espectaculares que he hecho en mi corta vida. Pienso volver a ese lugar.
Desde allí nos llevaron a otro sitio llamado Lankan Manta Point, en otro atolón como a media hora de distancia y en donde el dive master nos garantizada que veríamos mantas. Bajamos y vimos dos y yo alucinando pero es que después en otro sitio se pusieron tres a bailar alrededor de nosotros y pasándonos muy cerca y aquello fue otra experiencia mágica y alucinante, fue una auténtica pasada. Tengo también vídeo tras vídeo de las mantas revoloteando sobre nosotros o sobre mí. Salí del agua alucinando y flipando. Al volver al centro de buceo, ya quedé con ellos para regresar en seis días y desde allí cogí la guagua al aeropuerto, lugar en el que me tenían que recoger para llevarme a mi primer destino, el islote de Fulidhoo. El que me tenía que recoger tardó y ya estaba pensando que me habían dejado tirado cuando el chamo dio señales de vida. El barco, una falua de esas rápidas, iba petardo de locales y desde Malé hasta Fulidhoo tomó como setenta minutos, con la falua a todo meter y a base de golpes, todos nos amodorramos y nos medio dormimos. Al llegar a Fulidhoo me estaban esperando los del lugar en el que me quedo y me llevaron a mi habitación, que está muy bien. Ya llevaba más de veinticuatro horas fuera de mi keli, así que me di una ducha, salí a comprar agua de beber y después a las siete de la tarde me dieron la cena, que en este sitio estoy a media pensión y para cuando me puse a escribir las anotaciones, ya estoy cansadisimo, así que aquí lo dejamos.
2 respuestas a “Entre un montón de tiburones, rayas y mantas”
Qué aburrida es mi vida.
Los tiburones bailando cerca será ebriedad de las profundidades?
Mira a ver si suena el tiburón guitarra y pone a los otros a bailar sevillanas… 🙂
Salud