Estoy aquí debajo


Yo soy de los que cuando va a bucear, llevo el equipo mínimo y prefiero alquilarlo. Hasta ahora, las únicas cosas que iban conmigo eran mis gafas de buceo, que me las compré para poder escupirlas a gusto y sin disgusto pensando que otra saliva ha estado allí antes de la mía, mi computadora de buceo, que se disfraza de reloj aparatoso que va en tu muñeca y que cuando, por ganar gramos en el equipaje de mano, me lo pongo mientras viajo, despierta la curiosidad en los controles de seguridad porque aquello es tan grande que parece que llevo una bomba en la mano y finalmente, mi cámara deportiva con su carcasa, su palo-selfie y acoplado al mismo, una luz, que ellos llaman antorcha, yo llamo luz aunque podría ser una linterna submarina. Bueno eso y en alguna ocasión algo de ropa específica para el buceo, pero nada más.

En España, desde julio, se exige que cuando bajes al fondo marino del agua del mar, además de la antorcha y el computador de buceo, que ahora son obligatorios, también hay que llevar una boya y su carrete. Como no todos los centros de buceo las tienen para prestar (o alquilar) a sus clientes y como también me la están pidiendo en algunos centros de buceo en Asia, fui a mi tienda china onDEline favorita y tras regresar de Gran Canaria casi al final de agosto me compré una, más que nada porque te ahorras prácticamente la mitad del dinero y yo, sinceramente, espero no tener que usar jamás esta cosa.

La supuesta boya de buceo, sirve para marcar tu posición en la superficie del agua, para que los barcos que están pasando por el lugar tengan precaución y no te arrollen. También avisa al barco con el que has venido del lugar en el que vas a salir y así se van acercando con cuidado para recogerte. Lo normal es que la boya se lance cuando estás haciendo la parada de seguridad de tres minutos a cinco minutos de profundidad, más o menos en ese punto, el Dive Master que lidera la inmersión, lanza la suya. Todo el grupo subirá junto y por eso se lanza solo una y esa misma razón hacía totalmente innecesario el tenerla, yo bajo y subo siempre con un Dive Master de un club de buceo, no voy por mi cuenta y jamás me iría del fondo sin el colega. Como ahora, legalmente hay que llevarla, esto son casi cuatrocientos gramos de carga. La boya, una vez extendida, es una salchicha de un metro y veinte centímetros en color vivo y con una coña que refleja la luz en la superficie y que llenas con aire bajo el agua y ella se va solita disparada hacia arriba. Una vez sales, desinflas la salchicha, la enrollas y lista para la próxima inmersión. En la foto aparece también el carrete con sus quince metros de cuerda, a la que irá amarrada la boya. Cuando le pones el aire a la boya, con el dedo metido en el eje del carrete, lo dejas girar y la boya sale sola, solita, sola afuera del agua del mar y se queda como un pino plantado en el océano. Para llenar la boya, se usa aire del tanque, que si tienes que llenar eso bajo el agua con tus pulmones, es mucho trabajo, llenándolos de aire, quitándote la boquilla, echando aire en la boya, buscando la boquilla, volviendo a ponértela en la boca y cogiendo aire. Por suerte llevamos una adicional por si se nos estropea la principal o por si tenemos que compartir aire con otra persona, concepto que aunque me lo han explicado, siendo como soy egoísta, no lo termino de comprender. Se puede usar esa segunda boquilla para meter el aire en la boya y seguir respirando por la principal tan a gustito.

Lo dicho, que lo compré porque lo tengo que llevar pero espero no tener que usarlo nunca.

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