Everest


Las campañas de marketing para las películas en ocasiones son como las declaraciones de delincuentes presidentes de comunidades autónomas que pretenden crear ficticios países llamados truscoluña, es mucho aire y movimiento y nada debajo. Por supuesto, todo el mundo sabe que un trailer tiene que atraer a la gente al cine, aunque sea engañándolos y así ponemos una música espectacular y elegimos imágenes fabulosas todo con la idea de cubrir aquello que no queremos que sepan. Más o menos eso es lo que ha sucedido en mi caso con la película Everest, que creo que se estrena en España este fin de semana con el mismo título.

Un grupo de julays se joden la vida voluntariamente

Un tiparraco ha montado una compañía para llevar expediciones al Everest (como otros) y seguimos una de esas expediciones hacia la cima del mundo y en la que todo irá de mal en peor.

No me quedó claro si la película se hizo para mostrar imágenes en tres dimensiones de montañeros o para otra cosa. Lo que sí que hizo esta película conmigo es reafirmar mi convencimiento que Nepal me la suda, es un país al que no pienso ir porque no tiene nada que quiera ver. Las escenas en la capital sirvieron para recordarme que no es un destino en el que yo quiera gastar tres semanas de mi vida. Aparte de eso, lo de la montaña, después de un rato cansa, son siempre las mismas tomas de las montañas con nieve, soleadas, con viento, de noche, es más y más y más de lo mismo en cantidades escandalosas. El puto TresDé no aporta nada de nada y se lo podían haber ahorrado. Sobre la historia en sí misma, es un drama de sobremesa de domingo en Antena Triste o en Telajinco, no hay un solo actor que sobresalga y que haga un trabajo que tu digas que es increíble y sí que hay muchos cuyas historias sobraban y se las podían haber ahorrado. Tristemente, en una película con un buen puñado de muertes, no consiguieron que suelte una lágrima y mira que yo lloro hasta con anuncios en la tele de veinte segundos si están bien currados. En ningún momento consiguieron que eso que llaman alpinismo parezca un deporte intenso e interesante. Mientras la veía siempre pensaba en lo estúpido que es ese deporte y en la de frikis que se habían juntado en esa montaña, todos con un exceso de dinero y esperando que cuando las cosas se tuerzan, papá estado se gaste los millones para arreglarlas. Imágenes bonitas no son suficientes para mantener una película y eso se ve mucho aquí. Jamás conecté con los personajes, los veía desde una atalaya distante y la falta de implicación emocional en un drama es suficiente para anularlo. La película no es mala, es aburrida, le falta un gancho. Estoy seguro que a un montón de gente le parecerá fascinante y asombrosa y lo nunca visto pero no es cierto. Como las montañas flotantes de Avatar no hay nada, eso sí que era espectacular y usaba y abusaba del TresDé de manera elegante. Lo visto en Everest no deja de ser mediocre. Sin un buen guión, sin actores dando lo mejor de sí mismo y limitándose a hacer sufrir a la gente en un ambiente hostil no se hace un cine grandioso, se hacen vídeos de masoquismo y todos sabemos que una vez les quitas el sado, pierden mucho.

Igual engañan a algún miembro del Clan de los Orcos por aquello de la acción pero dudo que les entretenga. Esto parece diseñado para ganar premios y atraer a los cines a los más pretensiosos de los sub-intelectuales de GafaPasta. Se puede perfectamente esperar cinco años y verla después de una comilona tirados en el sofá y combinándola con una siesta.


6 respuestas a “Everest”

  1. Otra cosa es que en las tiendas de campaña, por la noche mostraran porno duro, entonces ya merecería la pena el contraste con el paisaje, o ni así…jajaja 🙂
    Salud

  2. Con la cantidad de machos barbudos que había por allí, es más probable que si te descuidas o tienes un sueño profundo, te culeen

  3. Machos barbudos en tiendas de campaña en plan culeo, …. eso creo que es de otra peli, pero sin barbas y con sombreros vaqueros.