Galletas de mantequilla


La receta de hoy llegó a mis manos a través de las noticias que aparecen en mi Google Reader. La receta original está en la bitácora del monstruo de las galletas y la podéis encontrar en Receta de galletas bretonas. Yo le he cambiado el nombre y las he bautizado como galletas de mantequilla porque me recuerdan un montón a las que comía de pequeño y que venían en aquellas latas de galletas danesas. Si comparáis mi foto con la de la receta original, las mías han quedado un pelín distintas y supongo que es porque no hay dos hornos iguales. Pese a todos, es una receta muy fácil de preparar y cuyo único punto negativo es que te pones tibio y como te descuides te las comes todas de una sentada. Me han salido unas veinticinco galletas con estas cantidades las cuales logré encajar en una bandeja de horno.

Los ingredientes: 130 gramos de mantequilla (que previamente habremos dejado fuera de la nevera), 135 gramos de azúcar glas, 230 gramos de harina de repostería, 1 huevo (también fuera de la nevera), 8 gramos de levadura química y un poco de sal.

La implementación: Esta no es una receta que se pueda preparar de una tirada así que tendréis que hacer alguna parada en el camino para que repose la masa o para enfriarla. En mi caso, lo que yo hago es hacerla hasta el punto en el que la pones a enfriar en la nevera y dejarla toda la noche cocinándolas por la mañana del día siguiente. Esto no es completamente necesario, pero que lo sepas.

Empezamos mezclando la mantequilla con el azúcar glas. Como la mantequilla estaba fuera de la nevera, no es una tarea difícil. Añadimos el huevo y seguimos mezclando y tomará una consistencia más líquida. Se pone una pizca de sal y para terminar la masa añadimos la harina con la levadura química. Obtendremos una masa muy pegajosa con la que haremos una bola y la dejamos reposando media hora.

Dividimos la masa en cuatro partes y con cada una de ellas hacemos un cilindro y cortamos rodajas de un centímetro de grosor y vamos poniendo las piezas en una bandeja con papel de hornear. Ojo, en mi nevera no cabe la bandeja del horno así que yo puse el papel directamente dentro de la nevera y puse sobre el mismo cada una de las rodajas. Cuando termines, se deja reposando al menos una hora (en mi caso, toda la noche).

Para cocinarlas, se calienta el horno a doscientos grados (sin ventilador). Cuando alcance la temperatura metemos las galletas y las cocinamos durante diez minutos. Al acabar, se sacan y se dejan enfriar. Son como golosinas, no podrás parar de comer. Si les quieres dar algo de color, cambia al modo de horneado con ventilador los dos últimos minutos.

Una receta similar es la de las Zandkoekjes holandesas que también preparo de cuando en cuando, sobre todo cuando viene alguien a visitarme o voy a casa de algún amigo y quiero llevar algo de comida. En mi trabajo ambas recetas son muy apreciadas y procuro llevar al menos un par de veces al mes galletas para repartir entre los compañeros de oficina.

Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa


3 respuestas a “Galletas de mantequilla”

  1. Me las comería todas, no tengo control.

    El otro día te emulé con las magdalenas, aunque no tengo la técnica tan depurada como tú, y me comí las 12 la misma tarde, muchas incluso antes de enfriarse, lo cual es un error, porque están mejor después.

    Lo raro es que siga estando tan buenorro, que todas las divorciadas se vuelven a mirarme por las calles.

  2. Esta semana he regalado mas de 40 magdalenas y de las 25 galletas que prepare el viernes, 15 fueron conmigo a casa del Rubio y 8 acabaron en manos del Niño. Mañana llevaré otras cuatro magdalenas a la oficina y cuatro más que se lleva la señora de la limpieza. Si no me deshiciera de ellas, yo estaría ahora como Falete.

  3. Las niñas se empeñaron en hacer galletas para llevar a la cena de fin de año a casa de mamá. Hicimos esta receta y le dimos formas con moldes de motivo de navidad. Quedaron muy buenas. Una de las niñas se las comió casi todas. Son muy sencillas de hacer y quedan deliciosas.