Esto solo lo fui a ver porque no había más estrenos, pero ya en el tráiler me daba la impresión que yo ya tengo más de siete años y este tipo de cosas no se hacen pensando en los espectadores como yo y en lo que respecta a los gatos, yo les tengo alergia y manía y son unas bestias que no se me acercan porque saben que reciben candela de la peor, que los de mi barrio que se pasan todo el puto día en la calle, cuando me ven llegar a mi jardín o salir del mismo, huyen como si fuera el mismísimo traidor y cobarde truscolano saliendo de un portabultos. La película se titula The Garfield Movie y en España se estrenó como Garfield: La película porque no quisieron arriesgarse con un título más atractivo como truscoluña no es nación.

Un julay felino no da un puto palo al agua.

Tenemos que un gato que básicamente come y come y come y no hace más nada es raptado por una gata truscolana y podemita y después se reencuentra con el papuchi que lo abandonó y junto con su perro que al parecer no habla tienen una aventura o algo así robando un camión de leche, pero de la de vaca, no lefa de la buena.

La historia era tan estúpida y absurda que me dormí, varias veces y eso que dura cien minutos. Tengo lagunas en la trama porque cada vez que me despertaba me resultaba imposible seguir despierto, ya que la película se basa en poner colores vivos, mover a los putos gatos y entretener a los bebés y niños muy pequeños con una limitada capacidad de concentración y eso lo padecemos los otros espectadores. En ningún momento en mi vida he estado interesado en el Garfield este y la película no cambia mi absoluta falta de interés. Es un producto comercial con una audiencia muy limitada, aunque igual funciona como sistema para personas con problemas de insomnio.

Dada la falta de actividad cerebral de los miembros del Clan de los Orcos, igual la van a ver con sus retoños y hasta se lo pasan bien. Yo rogaría a los sub-intelectuales con GafaPasta que se alejen de los cines en los que la están poniendo. Aburrida y simplona.