Jetlag, agua y oscuridad


Yo soy el único ser humano que se conoce que en toda la historia de la humanidad, padezco dos veces al año jetlag por culpa del cambio de hora y es muchísimo peor que si me voy a Tailandia, a las Maldivas o a las Filipinas. Este te lo venden como una ahora pa’lante o una hora pa’trás pero a mí me supone un trauma del que ni siquiera me recupera mi parapsicólogo ni mi médium, que no se cansa a echarme las cartas y una y otra vez le sale jetlag, jetlag y jetlag. Yo perdí la fe en los políticos cuando fueron incapaces de fijar una hora y mantenerla. Ya cuesta vivir fuera de tu zona horaria, que los Países Bajos deberían estar en la hora del Reino desUnido, pero además que te la meneen es brutal. Desde el jueves de la semana pasada empecé a entrenarme, agotándome físicamente, durmiendo poco y haciendo lo posible y lo imposible y hasta lo irreal para que llegado el domingo, el cambio no me afectara y esa falta de sueño y ese exceso de cansancio no sirvió de nada y el domingo me desperté con unas ojeras como güevos fritos, aunque eran menores que las del lunes, que a su vez fueron menores que las de hoy y esto me va a durar al menos una semana.

Al fatídico y terrible cambio de hora se unió el monzón y entre lo que me mojo durante el día y lo poco que duermo, la gente ya intuye que lo mejorcito es mantener la distancia conmigo y procurar no acercarse bastante como para que me lance a sacarles los ojos y pisotearlos. Ayer llegaba a mi keli y era el primer día en el que iba a correr en noche cerrada, que ahora, es noche cerrada cuando salgo de mi keli y también cuando vuelvo y es como si viviera en un mundo sin sol. Salí a correr, tanto ayer como hoy, con las luces de posición puestas y haciendo la ruta de invierno, que mantiene la distancia pero que hago por un carril de bicis iluminado porque no me mola nada pero que nadísima lo de correr en la oscuridad. Ayer también llovía con saña y para cuando llegué a mi casa, ya me había duchado con agua a once grados y aunque iba a ir al cine, seguía lloviendo y opté por anular la entrada y ahorrarme dos baños adicionales, que no paró de llover hasta las dos de la madrugada.

Estos días son sin lugar a dudas, los peores del año.


3 respuestas a “Jetlag, agua y oscuridad”

  1. Pues a mi se me suma el Jet lag de la vuelta de USA que me estaba empezando a recuperar cuando me cambian la hora.

    Que además como en USA usaba su horario de gallinas. Pues peor.

  2. Yo tengo la suerte de que el coñazo del cambio de hora, que detesto, no me afecta…
    Salud

  3. Yo también lo llevo bastante bien. Lo peor es salir de trabajar de tarde y que ya sea noche cerrada. (Aquí también tendríamos que tener el horario portugués o canario, pero vamos descuadrados 1 hora + la que nos meten doblada)

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