La magia de las águilas marinas moteadas


La tercera vez que fui a bucear a primera hora de la mañana a Kandooma Thila fue la más especial, la más flipante, la más alucinante y entró directamente en la lista de mis mejores cinco inmersiones. Todo se alineó, con corrientes fuertes por la luna pero que ese día eran perfectas y te permitían bucear, sin nadie más buceando porque el resto se fueron de parranda y estaban resacosos y cansados y porque por fin pude ver en toda su gloria y de cerca los animales que más esperaba ver en este viaje. El relato del día lo conté en Buceando con tiburones y águilas marinas moteadas y mirando los vídeos, tengo tantos minutos alucinantes de la primera inmersión que la trocearé y solo Dios sabe cuántos episodios saldrán de ese día. Lo que sí puedo confirmar y confirmo es que por primera vez, he fijado la duración de antemano con la canción Don’t Give Up On Me, que descubrí en la película A dos metros de ti – Five Feet Apart y que por razones tan obvias que no hace falta explicar, es ahora el pan nuestro de cada día y nos está haciendo volver locos a todos. El vídeo comienza con el descenso y directamente con dos tiburones de arrecife enormes y cerquita. Ya para mí aquello era un flipe y llegó otro y otro y hasta que se nos acaban los números. También había millones de peces, era como estar en el mejor acuario del mundo. Atentos después del primer minuto porque es alucinante, hay como una mancha en el agua que resulta ser un gigantesco banco de peces moviéndose hacia mí. Sobre el segundo minuto estoy prácticamente llorando de alegría con dos tiburones que nadan en formación y al fondo y sin darnos cuenta aparecen águilas marinas moteadas y nadando contra la corriente o más bien volando. En esa parte del vídeo he añadido algo de zoom para ver esas águilas marinas moteadas. Fue definitivamente, un instante épico.

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