La puerta a la decimotercera dimensión


Hace ya cosa de mes y medio, estaba yo una noche viendo series y jugando con el iPá en mi keli cuando sin querer, un dedo se posó sobre los anuncios que hay en el juego por la parte de abajo y se me abrió una página en el navegador de nuestra tienda chinísima favorita y en ella, vendían como un aparato mágico. Llamó fuertemente mi atención e hizo que reconcentrara mi atención en esa tienda china y que me gastara la fortuna de dos leuros para pedir la susodicha máquina, una conexión directa entre la nuestra y la decimotercera dimensión, una para-anormales que está muchísimo más allá de los dolores y de todo lo demás. Como los chinos tienen diferentes velocidades en los envíos, me tocó esperar lo que no quiso estar escrito hasta que finalmente, ayer, el cartero me toca el timbre y me entrega un pequeño paquete. Lo abrí emocionadísimo, lo observé con atención, le puse las pilas e inicialmente pensé que estaba roto porque no pasaba nada. Subí al jiñódromo, también conocida como la sala del trono de las siete luces, las once sombras y los treinta y cinco peos y sin fe alguna, lo instalé y me olvidé. Por la tarde, cuando había oscurecido, subí a la planta alta de mi keli a hacer algo que ya ni recuerdo y cuando me acerqué al baño, comenzó la magia. Esto es mejor que un viaje psicodélico, esto es como ir de la mano de la pelleja aquella de la Alicia al país de las pardillas. Hay una conexión místico-religiosa que le sale de sus mismas entrañas al trono y que va cambiando de color a voluntad. Esto le da un nuevo sentido a mis visitas de madrugada, ya no tengo que encender la luz y hacer que mis pupilas se contraigan como producto interior brutísimo de país del extrarradio. A las pruebas me remito:


8 respuestas a “La puerta a la decimotercera dimensión”

  1. Montse, yo lo veo en un iPad, en un Androitotorota y en mi PC. Hay algo malísimo en tu navegador o en tu ordenador.

  2. esos están en el llutuve. Este está almacenado en el blog porque el llutuve lo bloqueará por alguna razón estúpida y tendré que comenzar una queja de varios días o semanas hasta que quizás lo permitan. Sucedió lo mismo con el que está en la anotación Corriendo en un mundo helado

  3. Jo,Jo,Jo, … Vaya yuju … vamos hombre, que de madrugada vas al baño, se pone verde rollo P-O-L-S-T-E-R-G-A-T-E y te lo haces antes de llegar a la taza.

  4. Una luz en el retrete no entra dentro de mi catálogo de cosas que dan miedo y no tener que encender la luz del baño y cegarme, eso, no tiene precio.