La rampa


Desde que me compré la Stella Modena Night Blue FDST Comfort, mi bici eléctrica, yo vivo encantado de la vida y si me provocaran los vecinos hasta les cantaba el LaLa vestido con pantalones de campana que no tengo pero que seguro que en las tiendas estas de ropa de segunda mano se consiguen por dos perras gordas. En invierno la bicicleta es más latosa porque te recomiendan no dejar la batería en la misma si no está en un cuarto a más de quince grados y como su keli en el jardín no tiene calefacción, le tengo que quitar la batería cuando la acabo de usar y guardarla en mi casa, lo cual me da una pereza que no veas. Esto es malo, pero lo absolutamente peor, el drama de mi vida que me estaba quitando la ilusión y la fantasía es el escalón que tiene el susodicho cuarto y que para meter y sacar la bicicleta del mismo, requiere un esfuerzo sobrehumano porque la jodida, con batería pesa veinticinco kilos, es obesa como dos que yo me sé y si le añades la bolsa que le puse y la cadena que lleva dentro, debe rondar los veintisiete kilos y por la mañana cuando salgo o por la tarde cuando vuelvo o cuando voy al cine, sacarla y meterla es un ejercicio de halterofilia o necrofilia o como quiera que se llame la filia esa y todos sabemos que yo conseguí pasar la niñez, la adolescencia y la juventud sin haber puesto una pezuña en un gimnasio y me gustaría morirme sin entrar en uno pero me veía claudicando en este deseo tan puro y apuntándome al gimnasio para desarrollar los músculos atrofiados de los brazos y poder cargar la bici.

Mis vecinos, que son ancestrales como otro que yo me se, tienen una pequeña rampa de madera para entrar en el susodicho cuarto y tras una descarnada busca en GooglEvil probando cosas, descubrí que la palabra para referirse a la misma en la lengua bárbara de aquí es drempelhulp, que tiene en su raíz el truscoluña no es nación y que es una ayuda para subir una altura, o sea, una rampa de ayuda. Mirando en las tiendas, lo que tenían no me convencía, eran muy grandes y más bien pensadas para subir sillas de ruedas o carricoches y yo solo quería algo pequeño para encauzar la bicicleta a su keli o fuera de la misma. Decidí usar la manipulación y así, en una de las visitas a mis vecinos para tomar cafelito gratis y de paso revisar su ordenador, le comenté que yo desde que era pequeñito lo que más ilusión me hacía era tener una rampa en la keli de la bicicleta para no herniarme, que a base de cargar ese peso que es más que el de un saco de papas de veinticinco kilos, que yo nunca cargué, acabaría como Quasimodo, buscando colillas por el suelo. Me lamenté de mi mala fortuna y lo poco que me quería el Dios de los cristianos y dejé allí la semillita, que fue creciendo y creciendo y finalmente, la semana pasada, cuando volví a mi casa, me encontré esto en la puerta de la keli de las bicis:

Pedazo de rampa

Para que después me digan que mi vecino no es un manitas, que el viejo se puso ahí con unos trozos de madera, un taladro y unos tornillos y me ha hecho una rampa perfecta y que hasta deja pasar por debajo la manguera que suministra agua al sensor de movimiento contra los gatos, la conocida como defensa norte del perímetro y que mantiene a los gatos fuera de mi jardín en primavera, verano y otoño y al que entra, le da una ducha gratuita que les provoca un estrés pre y post-traumático que yo espero que conlleve la pronta muerte de la puta bestia asquerosa, sobre todo porque entran para jiñar en el césped, que el que me diga que los gatos no hacen eso, le escupo a la cara un lapo verde de resfriado y me quedo tan ancho. Al ver la rampa me vino a la cabeza aquella frase legendaria que dijo aquel julay:

Una pequeña rampa para la humanidad

… y una gran rampa para el julay del Elegido

Ahora cuando llego a mi casa, subo la bici sin esfuerzo, vamos, que lo puedo hacer con la punta de la chorra, si quisiese o quisiere, que no quiero porque se me constipa.

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6 respuestas a “La rampa”

  1. Me alegro mucho por tus brazos, aunque el ejercicio de pesas te viniese bien, a ver si les dabas algo de forma… desde este preciso momento es cuando consigo subir dos puntos o tres tu odio por mí: Tengo un gato. Se llama Goku y es el bicho más bonito y cariñoso del mundo, por no hablar del más limpio, jamás, y digo jamás, caga-mea fuera de su sitio, y me alegro sobremanera de que no se acerque ni a tu jardín ni al de nadie. Además no acabo de entender como no te encantan los gatos, porque siempre se han asociado con los malvados de los cuentos, y a tí te irían que ni pintados 😀

  2. En mi barrio había una banda de unos diez gatos que los dueños soltaban y se pasaban la noche y el día en la calle y creo que quedan 2. No puedo confirmarlo pero para í que alguien los ha finiquitado o los capturó y los soltó a cien kilómetros y como los dueños no les ponen el chip porque son truscolanes, no los encuentran en la vida. El año pasado solo tiré en 3 ocasiones piedras con el tirachinas y puedo confirmar y confirmo que el receptor del tiro captó el mensaje perfectamente.

  3. Parece mentira que un intrépido viajero y que bucea entre tiburones y demás bichos dañinos, además de lidiar con brujas perversas en su lugar de curro, tenga la poca vergüenza de lidiarse, sibilinamente a un pobre ancestral para que le haga una rampa para subir su bici, cosa que alguien con algo de dignidad isleña, haría con la punta del rabo y sin esfuerzo, creo te estás trasmutando en truscolán, mucho me temo, de lo contrario es inexplicable tan poca vergüenza torera… 🙂
    Salud

  4. El viejo no tiene ningún problema para avisarme que uno de sus tres dispositivos electrónicos está mal y yo no dejo de ayudarlo con sus dos portátiles y su tableta cochambrosa. Y le paso más comida de la que se puede imaginar.

  5. jajaja Si, ya sabemos de tus atenciones con el viejo son cierta y proverbiales, y eso está muy bien, a lo que me refiero es que siendo tu capaz de hacer esa rampla con la punta del rabo, sin embargo, pero la flojera te puede, supongo que tantos años sin pegar golpe llegan a influir… 🙂 🙂
    Es broma, el viejo se realiza y estará encantado de devolverte alguna de sus atenciones, los ancestrales, menos yo que estoy super realizado ya, son así 🙂
    Salud

  6. yo puedo confirmar y confirmo que no hago ni marquetería ni carpintería y no tengo una sola herrmienta usada por esos gremios en mi casa