Cuando ponen en los cines una peli del director M. Night Shyamalan, enseguida, pero que enseguida, le empetan la categoría de terror y hasta el chamo ha dicho que esto no es para nada y para requeteque-nada una peli de ese género, pero bueno, es lo que hay. Esta peli también es un buen ejemplo de lo saludable y habitual que es el nepotismo, que el chamo aprovechó para enchufar a su hija en uno de los papeles protagonistas y así darle visibilidad y a ver si hay suerte y consigue que se le vaya de su keli. La película se titula Trap y en España se estrenó como La trampa esta semana, aunque el título que le pega es truscoluña no es nación.

Un julay lleva a la tonta de su hija a un concierto que está petado de pasma.

Resulta que un chamo va a un concierto de una cantante muy famosa, quizás famosísima con su hija adolescente y que está empezando a apreciar la sección de grandes verduras en el supermercado con otros ojitos y se da cuenta que hay una cantidad ingente de polis y finalmente como que se entera que es todo una trampa para trincar a un asesino en serie que saben que va a estar allí. O sea, que el chamo es el asesino susodicho y buscará la forma de escapar de la trampa y mantener su secreto, que la hija no lo sabe.

Esto es un telelefilm total. No hay nada de terror y como desde el principio sabemos que él es el asesino que quieren detener, la única tensión existente es la de saber como se marchará sin que los otros lo pillen. Para mí la peli resultó un pelín floja, no aburre, pero tampoco engancha y quizás la culpa la tenga Josh Hartnett, que yo pensaba que se había muerto o retirado porque no lo veía en cine desde hace la tira y puedo confirmar y confirmo que sigue siendo un cacho de carne con ojos, incapaz de mostrar una sola emoción, solo que ahora como está como encochinado o algo así, que debería tomar pastillas para jiñar más y mejor. La otra que se luce por ser incapaz de actuar es la hija del director, la que hace de la cantante del concierto y que es más sosa que un vaso de agua destilada. Con esos dos y un guion aburrido en el que no hay sorpresas, lo único que se puede hacer es esperar que acabe.

Esto aburrirá por igual a los miembros del Clan de los Orcos y a los sub-intelectuales con GafaPasta. Seguro que pronto llega a las sobremesas de fin de semana de Telajinco y ese es el lugar en el que brillará como no se merece.