La visita a Utrecht


Como estoy empujando a destajo todos los vídeos de las inmersiones en las Maldivas para ver si algún día acabo, solo me quedan dos días a la semana para poner otras cosillas y esto, que sucedió justo al regresar a los Países Bajos, se me había quedado pendiente. Resultó que antes de bajarme a Gran Canaria organicé una visita a la ciudad de Utrecht para dos compañeros del laburo, el mexicano y un neerlandés, con los que me llevo muy bien. Llevábamos apalabrando esto durante meses, pero siempre se nos chafaba por culpa de uno o de otro, así que lo fijamos en el fin de semana de mi regreso, en domingo, que resultó ser un día con chubascos continuos, frío y poco apetecible, pero si vives en los Países Bajos, esas cosas no te detienen o nunca jamás harías nada.

Los colegas llegaron desde Bolduque en tren y después de reunirnos en la estación, comenzó la visita turística a algunos de los sitios especiales que la mayor parte de la gente desconoce, como el lugar por el que pasaba el muro del imperio romano, que casualmente estaba en esta ciudad y puedo confirmar y confirmo que por la ubicación de mi keli, yo vivo dentro de los confines del Imperio Romano y no soy, por consiguiente, un bárbaro, como los que viven al norte de la ciudad. También visitamos el nacimiento del río Vecht, con su historia, que no muchos la conocen, el Oudegracht, el canal que divide el centro histórico de la ciudad y por supuesto hicimos una parada en el castillo Oudaen para tomarnos una de sus cervezas. Vimos muchos más lugares y finalmente cenamos juntos antes de que los chamos regresaran a Bolduque.

La visita tenía dos niveles, que quizás no eran visibles a mis colegas. Por un lado, esto lo habíamos hablado durante un montón de tiempo y siempre lo posponíamos. Por otro y más interesante, ellos dos después lo comentaron en Bolduque con sus colegas y compañeros y de esa manera, la información llegó a cierto terrorista-musulmán-de-mielda que se enteró y alimentó su úlcera, que eso sí que le jodió y mucho, como me dijo uno de mis dos colegas, que ahora ha notado que el comemielda ese ya no lo saluda o le habla y le tuve que explicar que con este invasor, si no estás riéndole sus gracias y opinando lo que quiere que opines, estás en contra de él y eres enemigo cristiano a destruir. Mis dos amigos tomaron buena nota del concepto. El bosmongolo del terrorista me sigue haciendo el trabajo y él solito se está construyendo su propia tumba, se sigue aislando más y más, mientras los otros que vinieron de su mismo país empiezan a alejarse de él porque se está convirtiendo en un activo tóxico para ellos, que quieren quedarse en Europa e integrarse y si en tu currículo lo que tienes es la asociación con el enemigo, eso es lo que verá la gente. Este totorota, para cuando se dé cuenta de como la ha cagado, el juego ya habrá terminado.


Una respuesta a “La visita a Utrecht”

  1. Nunca podré entender el comportamiento de tipos como el mahometano ese, es que es una estupidez sin sentido, pero en fin, que le den mucho…
    Salud

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