Lamb


Este es un buen ejemplo de lo que puede suceder cuando vas a la filmoteca con tus GafaPasta sin cristales para que te dejen entrar. La película tiene una pava con un cordero en el poster y tú piensas, bueno, movida ecológica y tal y tal y seguro que resulta interesante. Claro, no miras las letras pequeñas de la parte de abajo y no sabes que es una película islandesa, que esa gente que vive pa’llá arriba con tanto frío y que son tan raros, al parecer se han comprado dos teléfonos con cámara y ahora también hacen cine. La película se titula Lamb y al parecer se estrenó en España a finales de noviembre con el mismo título, que hasta el más torpe sabe que esa palabra se traduce al español como truscoluña no es nación.

Una julay rarísima se obsesiona con una cabra, un cabrón o un cordero, que no me queda claro. Es posible que haya chimpún.

Resulta que estamos en una granja en el medio de la nada islandesa y allí vive una pareja que tienen ovejas y tal y tal. Al ser de allá arriba, no se hablan y no se miran, como muy de ABBA. En un punto determinado, están atendiendo el parto de una oveja y cuando pare su corderito, la chama se lo lleva a su keli y lo mete en una cuna y se pone a criarlo, como si fuera un niño. Como el marido no hablaba, ahora tampoco habla. Siempre le vemos la cabeza al corderito y tal y tal. En un punto determinado, el hermano joputa del marido llega sin dinero y cuando están en la mesa comiendo aparece el corderito, que resulta que tiene cuerpo de humano, cabeza de cordero, una mano y una pezuña y dos pies. El tío lo flipa como si hubiera esnifado polvos talco pero como que se acostumbra y hasta se hace amiguito del bicho, aunque le busca el ángulo a la hembra para empetársela hasta los pelos de los güevos. Y así vamos hasta que lo echan y después pasa algo y llegamos al final.

Según IMDb, esto tiene fantasía, drama y terror. Lo último es una noticia falsa, aquí no hay absolutamente nada que de miedo. Si drama es tener que ver esas escenas eternas en las que nadie habla, hay una jartá de drama y bueno, tener un cordero-niño sí que es fantasía. Al parecer esto es un cuento islandés y por allí se creen estas cosas pero chica, yo me crié en la Isleta y nosotros teníamos a Ramiro el mariquita que tenía tetas de silicona y pelo en el pecho, que eso sí que tiene mérito y no esta bobería, que se hace eterna y en la que en ningún momento te interesas por la historia. Tiene un final como muy dramático que AJOLÁ y hubiese llegado una hora y media antes. Lo mejor fue la calefacción en el cine, que se estaba tan a gustito, pero en lo relativo a la peli, esto tendrá su público, que puedo confirmar y confirmo que no soy yo.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, espero y deseo que jamás hayas oído hablar del producto. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta y te atrae lo exótico del tema, agárrate los machos porque te van a dar en donde más te duele. Básicamente, aburre.


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