No sé por qué, la primera vez que vi el trailer de la película de hoy tuve un escalofrío. Se veía demasiado telefilm, demasiado producto televisivo estirado para el cine y demasiado como esas pelis de bajo presupuesto y sin aspiración ninguna que llenan las sobremesas de los fines de semana. Aún así, la fui a ver. Se titula The Witches y en España se estrenó como Las brujas de Roald Dahl e igual el distribuidor debería de alimentarse de la lefa que sorbe en cuartos obscuros-casi-negros, que en España creo que casi nadie tiene ni puta idea de quién es Roald Dahl y seguro que hasta alguno se queja porque al final no salió en la peli.

Un julay pollaboba acaba convertido en rata y su abuela lo ayudará a deshacerse de un puñao de brujas en una convención o algo así.

El director, Robert Zemeckis, que en su día fue uno de los grandes, decidió rehacer un clásico y en lugar ha creado un trusco-casi-mielda. No llega a esos niveles por los actores y actrices pero es una película fallida en la que la distorsión de cara de Anne Hathaway te impide totalmente fijarte en si es capaz de actuar y Octavia Spencer hace como una caricatura fallida de ser humano que nunca acaba de convencer. Lo mejor es que a los niños los convierten en ratones y así no tenemos que sufrir sus malas actuaciones. En el cuento original, la historia era totalmente distinta, aquí contrataron a un carnicero que la destrozó y creó otra cosa que no se sabe muy bien que es, pero que aburre, tanto que hubo un instante en el que pensé que me dormía en el cine. Esto no creo que sirva ni para entretener a los niños.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos y por casualidad vas a un cine a verla, lo mejor será cuando de la rabia destroces la sala. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, persígnate y besa una cruz para que jamás pongan esto cerca de ti.