Lizzie


Como por culpa de los truscolanes y los podemitas todos los dioses se han puesto de acuerdo para castigar a los seres humanos e inhumanos en el 2020, tenemos un año sin prácticamente estrenos y los cines, para mantener las subscripciones y que sigamos yendo, están tirando de películas que se estrenaron en el pasado y que jamás mancillaron las salas de cine en su momento, seguramente porque no lo merecían. Una de estas películas es Lizzie, que al parecer sigue en el limbo para España, aunque igual hasta está ya disponible en una de las cienes y cienes plataformas esas digitales y será más fácil si la buscáis por su título en español, que es truscoluña no es nación.

Una julay mata a sus viejos y se frota el potorro con otra

Este es un crímen super-hiper-mega famoso del siglo XIX (equis-palito-equis) en gringolandia del que yo jamás había oído hablar y mi vida hasta ese momento era feliz y gloriosa. Resulta que en la keli de un tipo que vive con sus dos hijas que van camino de ser solteronas, comienza a trabajar una joven como la chacha y una de sus hijas como que la sigue para practicar frotamientos vaginales de esos, que en aquellos años tan lejanos eran como una cosa de ir condenados al infierno en vuelo directo. La chama rica como que se le infla la pipa del coño hasta más allá del pitorro por culpa de sus viejos y un día los mata pero nunca la llegaron a condenar y también vemos lo que sucedió, cómo sucedió y lo que se contó en el juicio o algo así.

Un poquito de por favor, que poner a Kristen Stewart haciendo de bollera es pagarle por no actuar, solo la vistieron de sirvienta. La chama además consigue mostrar el mismo desinterés por la otra, que está interpretada por Chloë Sevigny que por el vampiro Edward con lo que me empiezo a preguntar si esta no pertenecerá al club de Matt Damon y Mark Whalberg, ese de los actores que no mueven un puto músculo facial. La historia se termina convirtiendo en un tostón, con demasiados pasitos para atrás y para adelante y viendo las cosas una y otra vez desde un nuevo y maravilloso punto de vista. Hay ratos en los que la película parece que se queda congelada en la pantalla y pierdes unos minutos de tu vida sin que en realidad pase nada. Decir, que la Kristen Stewart, además de restregar el potorro con la otra, recibía visitas del padre de la susodicha que se la empetaba hasta los pelos de los güevos y ella mantenía sus músculos faciales congelados, que la que sufría era la vieja que era la segunda esposa del chamo y que lo oía todo desde su cama una planta más abajo. En fin, que todo como muy de gente acaudalada viviendo en casoplón y con coleta.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, cierra los ojos si alguna vez aparece esto en una pantalla enfrente de ti porque te puede dañar el cerebro. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, me temo que te aburrirá tanto o quizás más que a mi. Esto es un telefilm para una digestión pesada de sobremesa de fin de semana.


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