Mac ‘n’ cheese


Todos tenemos recetas de esas que cuando las comes te sientes culpable pero están deliciosas. Una de las mías son los macarrones con queso, hechos al estilo gringo. Cuando vivía en España, los macarrones que había en el supermercado eran muy grandes y gruesos y no había de los que tienen forma de codo, son pequeñitos y para nada gruesos, que es como yo recordaba este plato cuando lo comía en los dos veranos que pasé en los Estados Unidos durante mi adolescencia. Como esto es algo que uno hace de tapadillo, las cantidades que pongo en la receta son para una persona y si quieres hacer más, ya sabes que tendrás que usar una calculadora. Con esta cantidad se come bien y no sobra nada. Si estás desbaratado y no te puedes ver los pies por el tripote que te gastas, igual deberías incrementar las cantidades.

En lo relativo al queso, a mí me gusta muchísimo el sabor cuando los hago con cheddar rallado. Si no tengo de este, me compro un paquete de queso rallado en cierta cadena de supermercados económicos que tiene una mezcla de tres quesos muy interesantes. No me gusta con los quesos holandeses porque son muy sosos y en este caso, un saborcillo fuerte en el queso se agradece.

Los ingredientes: 55 g de macarrones de codo, 70 g de queso cheddar rallado, 10 g de queso parmesano, 180 ml de leche, 15 g de mantequilla, 5 g de harina y para cubrir antes de poner en el horno necesitamos 7 g de mantequilla, 15 g de pan rallado y 1 pelín de pimentón (dulce o picante, al gusto de cada uno).

La implementación: Encendemos el horno a 180 grados (con aire) para que se vaya calentando. Cocinamos los macarrones siguiendo las instrucciones del paquete, que contendrá la información mágica, la relativa al número de minutos que los tienes que tener en agua hirviendo. Los escurrimos. Como los vamos a poner en el horno y soy gandul, yo uso un cazo de cerámica en los siguientes pasos. Pongo la mantequilla en el mismo a fuego medio, cuando se derrite añado la harina y mezclo. Le voy poniendo la leche poco a poco y sin dejar de mezclar (como si estuviéramos haciendo una bechamel). Cuando la leche esté mezclada pongo el queso cheddar y el parmesano y bajo el fuego y lo cocino hasta que los quesos se han derretido y la salsa comienza a espesar. Pongo los macarrones en el cazo y mezclo bien.

En otro caldero, derrito la otra mantequilla a fuego medio, añado el pan rallado y espero a que se empiece a tostar. Pongo esa mezcla sobre los macarrones y la salsa y pongo por encima un poquito de pimentón. Después, todo al horno y lo dejo en el mismo media hora. Al sacarlo, a la mesa para comer.

Entre la preparación y el horneado, toma casi una hora, de la que treinta minutos son en el horno. Está riquísimo y soluciona una cena en días que no quieres complicarte. Es además el tipo de plato del que en mi casa casi siempre tengo todos los ingredientes.

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