Maléfica – Maleficent


Desde hace unos años, a falta de ideas los estudios están volviendo a las películas que ya han hecho y las ruedan con un pequeño toque de ingenio que supuestamente las convierte en productos originales. Así, hemos entrado en la era de los cuentos infantiles vistos desde el otro punto de vista, no desde el que nos contaban sino muchas veces del otro lado, del lado que supuestamente es el malo. Parece que estas películas no terminan de funcionar conmigo, no por trastocar la historia original, sino porque mayormente son artificios vacíos y faltos de interés. La última de estas películas es Maleficent y en España se estrenó a final de mayo con el título de Maléfica.

Una julay que no encuentra rabo con el que calmar el picor vaginal se ensaña con la hija de un joputa

Al parecer, en el cuento de la Bella Durmiente, lo que en realidad sucedió es que su padre era un trepa de cuidado y para conseguir chingarse a la princesa y convertirse en rey, cortó las alas de un hada que se emputó que no veas y maldijo a la niña, solo que después, en los dieciséis años que la chiquilla ha de esperar por su maldición, el hada como que se ablanda y encuentra que la niña es adorable y encantadora y en otras circunstancias, estaría más que contenta si la chiquilla le come el potorro una o varias veces. O algo parecido.

En todos y cada uno de los planos en los que aparece Angelina Jolie, que son casi todos, no pude dejar de pensar que esa tía es bulímica-noréxica y lo que necesita de verdad, de verdad, es un plato de chicharrones y un sancocho Canario y ponerse ciega a comer, porque el cabezón la hace parecer una seta con ese cuello tan delgado que da asco, más o menos como el resto de sus huesos vistos por todo el cuerpo. Como la pobre no debe tener mucha energía, se movía por la pantalla renqueando y entre el mal rollo de verla más chupada que una momia y con menos color que un folio blanco y que cuando se mueve parece que se va a caer muerta allí mismo, la historia en sí como que era algo secundario, aunque tampoco es que sea una historia que merezca mencionar, ya que poner al padre de Blancanieves como un cabrón mamarracho y a la princesa como la tonta del bote criada por tres putorros de Vecindario, tampoco es como para tirar voladores. El guión es una secuencia de desatinos y estupideces sin límites que han rodado en un 3Dé que sobra totalmente, no hay nada que justifique la tercera dimensión, a menos que te interese conocer el volumen del cabezón de la Jolie. El otro personaje está interpretado por Elle Fanning, que consigue no mostrar ninguna aptitud para la actuación y parece totalmente perdida entre pantallas azules, bichos raros y la pobre esa famélica y cabezuda como si fuera korreana. El único momento digno que tiene la pava es cuando aparece el príncipe que le debería dar el beso que la despierta y que resulta que no lo consigue y que ella, al verlo, se fija en el paquetón y se le ponen los pezones como cubos de hielo pensando en todo eso entrándole por la pipa pa’dentro.

En fin, que no es más que una aburrida y desafortunada historia. Probablemente, por la abundancia de efectos especiales en plan el Señor de los Julandrillos, muchos de los miembros del Clan de los Orcos la verán abobancados. Para el resto, mejor esperar a verla gratis por la tele porque no vale para mucho más.


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