Lo mío con el cine de terror es una historia de odio con amor. Procuro no perderme ninguna película a la que metan en este saco y casi siempre acabo llevándome un disgusto porque nunca están a la altura de lo que espero. No sé, tampoco es que pida mucho, solo que me den unos cuantos sustos y me hagan sentir tan incómodo que cuando salga del cine procure no ir por callejones oscuros o darle la espalda a una pared. Por desgracia, hoy en día los tiros van por otro lado y un buen ejemplo de eso lo tenemos en Mama, película que se estrenó a principios de febrero en España con el mismo título y que creo que todavía sigue en cartelera en muchos sitios.

Un julay adopta dos niñas embrutecidas que traen de regalo a un bicho más malo que un político español al que llaman mamá

Un buen día a un chamo se le cruzan los cables y hace una matanza y después se fuga con sus dos hijas pequeñas. Cinco años más tarde, el tío de las niñas consigue (ayudado por profesionales) encontrar a las niñas en una cabaña en un bosque en la que parece que han estado todo este tiempo. Se lleva las niñas a su casa con su novia medio hippie y según llegan las chiquillas al hogar empiezan a suceder cosas raras ya que parece que en el equipaje llevaban a un bicho malo que se mete en las paredes y que tiene una mala hostia que no veas. La cuestión es si conseguirán sobrevivir a esto y si alguien tiene idea de lo que está pasando.

Hay películas de terror que no funcionan conmigo y esta es una de ellas. A mí no me des suspense ni polladas de esas, yo lo que quiero y busco es TERROR, pasar miedo en el cine y tener la tensión altísima. Esto no sucede con una historia previsible y algo aburrida en la que mayormente no sucede nada y el bicho malo da más bien lástima. No ayuda que los protagonistas no destaquen y las niñas sean de las del gremio de las sosas. La película tiene un par de escenas macabras pero llegar a ellas es muy penoso. Esto tiene la pinta de ser el terror de diseño actual pensado para metrosexuales y descerebrados que no necesitan demasiado para salir contentos del cine. Los momentos con la supuesta mama se dividen entre los que pasan sin que la veamos o solo aparezca de refilón y fugazmente y aquellos en los que por fin tiene presencia en pantalla. De los primeros no hay uno solo que merezca la pena mencionar por tediosos y de los segundos, la escena final me dio más risa que otra cosa y flipé con lso gemidos y la angustia de alguna tonta que estaba en la sala y que si esto le da miedo, como vea la película el Anillo, se le cae el tampón de la flojera tan grande que le entra en los bajos.

Supongo que para gente básica como los miembros del Clan de los Orcos puede estar bien pero para los demás, yo pasaría bastante.