Mijn bijzonder rare week met Tess


Las películas con niños o para niños son un tema delicado hoy en día en el que estamos tan mediatizados digitalmente que todo se mira con telescopio buscando las sexta y séptima intención. Por eso, películas como la que voy a comentar son rarezas, ya el poster parece una provocación a las ideas actuales y hasta un imán para atraer al cine justo a los que no quieres que vengan y que estarían mejor muertos o exiliados en truscoluña, que no es nación. Como el trailer me intrigó y la ponían a primera hora de la mañana, decidí ir a ver Mijn bijzonder rare week met Tess, película que ha pasado por varios festivales pero que por ahora no tiene estreno previsto en España, en donde se podría titular perfectamente truscoluña no es nación o si usamos una traducción más pachanguera, mi extraordinaria semana con Tess.

Un julay conoce a una julaya en unas vacaciones y mira que son raritos los dos

Un chamo va de vacaciones con su familia a la isla holandesa de Terschelling y allí, en el primer día de vacaciones, su hermano se rompe la pezuña y eso le da algo de libertad de acción y conoce a una pava que está obsesionada con conocer a su padre biológico y para ello ha tramado un plan que incluye una semana en la isla de vacaciones, en la que ella hará lo imposible porque el julay sepa que es la hija. El chiquillo la ayudará en todas sus maquinaciones pero las cosas casi nunca salen como uno quiere.

La película resulta una historia fascinante y fantástica con un chiquillo que se está dando cuenta que todos vamos a morir y que trata de procesar ese concepto y siempre está filosofando. Se junta con una pava que lo que quiere es más mundano, quiere que su padre biológico sepa que ella existe, quiere tener una relación con él, que sea su padre, que la quiera y para ello planea ese encuentro para nada fortuito. Con todo el mundo en la fabulosa isla de Terschelling, viviremos las aventuras de los chiquillos y sus relaciones con los adultos, veremos como el hermano mayor, el que se rompe la pata y que primero culpa al hermano menor, acabará por adaptarse y hasta por divertirse, igual que los otros niños, mientras los padres, pensando que aquello es una isla y que sus hijos pueden tener más libertad, nunca tendrán ni puta idea de lo que maquinan sus herederos. La película tiene momentos muy tiernos y el director se ve que sabe como trabajar con niños y que resulten creíbles. La acción transcurre con ligeresa y la película se resuelve en algo menos de hora y media, sin que haya tiempo para aburrirnos. En fin, que una de esas sorpresas que no me esperaba.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, ya sabemos que esto no es para ti pero si eres un sub-intelectual con GafaPasta, que sepas que esta es una que deberías ver y si es acompañado de tus bestezuelas, mejor.


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