El otro día vimos la parte de la fachada por donde se llegaba y se compraba la entrada y se veía como una cafetería o algo así en la planta baja. Del otro lado la casa (o casas, que son en realidad seis casas típicas tailandesas pegadas con pegamento imedio, que lo pega todo, todo, todo, salvo truscoluña, que no es nación) se ve más bonita, con muchas plantas y como integrándose perfectamente en el jardín de la misma, que la oculta de las calles de alrededor, que aunque parezca difícil de creer, esto está empotrado en una ciudad llena de rascacielos y edificios grandes y cuando estás allí dentro te olvidas de todo lo que hay afuera. El color que eligieron es muy parecido al de la pintura gratis que daban en el ayuntamiento de las Palmas, así que me pregunto si estos no se dieron un viaje allí para ahorrarse una pasta gansa en latas de pintura.
4 respuestas a “Otra fachada de la keli de Jim Thompson”
No, porque hacia falta estar empadronado para que te dieran la pintura… 🙁
Además, el costo del viaje que era de una bola y parte de la otra, no compensaba en absoluto… 🙂
Salud
Y digo yo en mi ignorancia:
1.- si pintas de oscuro no se supone que almacena más el calor?
2.- Por qué coño a vosotros os dan la pintura gratis?
en muchos ayuntamientos la daban gratis, solo de ese color, para que la gente pintara la fachada. El resto del barrio así también sabía quien era el pobre que no se podía pagar los otros colores. Esto venía de los tiempos de aquel gallego tan conocido, creo que lo llamaban el generalísimo
Virtu, fíjate si eso tendría éxito, que los canarios lo pasaron a Sudamérica (¿O fue al revés?) con un éxito total, allá era para los votos, y a la pintura, otros políticos, añadieron chapas para hacer el techo de los ranchitos, y mas cosas, así que cuando llegaban las elecciones, o daban un golpe de estado, la gente esperaba estos regalos en masa, porque eso ya era una tradición que los políticos en los mítines, no se cansaban de repetir, «votarme, que os regalaré bla, bla, bla» 🙂
Salud