Uno de los museos más terribles que he visitado en mi vida es el Museo de los Vestigios de la Guerra de Vietnam que está en Saigón. En la foto de la fachada solo parece un edificio feo pero su contenido es terrible y en varias de las salas si no lloras es porque eres truscolán. Cada sala del museo está dedicada a a un tema específico. La relativa al gas naranja y otros productos químicos como el napalm o las bombas de fósforo te hacen llorar y sales de allí destrozado. En el museo también hay una guillotina francesa qeu se usó hasta 1960 y que España debería pedir en préstamo para empezar a cardar la lana en truscoluña.
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La semana pasada en Distorsiones
Obviamente, lo más importante de la semana pasada ya está claramente indicado en Sabes lo que tienes que hacer.
Los primeros días del año son un festival de resumenes y la semana pasada es un buen ejemplo de esta tradición. Durante la semana repasamos El cine de julio a diciembre del 2016 y el siguiente fue el de Los viajes del 2016 y el siguiente fue la Hoja de ruta del 2017 y el mejor de todos los resumenes, El 2016 en imágenes y la semana acabó con el Resumen del año 2016. Creo que me falta el de todo el cine y habrá terminado la pesadilla.
En Saigón vimos la Ópera de Saigón y la Basílica de Notre-Dame de Saigón y por ese barrio también está la Oficina de correos central de Saigón y finalmente husmeamos en el Interior de la oficina central de correos en Saigón.
Comencé el año yendo a ver cuatro películas al Cine y comenté tres ya que el día que reservé para ir a ver pelis fue el domingo. Comenté la única que me quedaba del año pasado, El fundador – The Founder, la cual me gustó bastante. Seguimos con el tostón de Assassin’s Creed, un engendro sin guión y lleno de efectos especiales y acabamos con otra basura, la película holandesa Onze Jongens diseñada para que las hembras giman y se rompan las uñas por frotamiento de ciertas partes. Este año haré algunos zafios cambios para reducir la cantidad de trabajo que requiere el mantener toda las información sobre el Cine. En lugar de posters pequeños en el resumen visual semestral, usaré los mismos que en los resúmenes semanales. También he decidido pasar de la fecha de estreno en España y salvo excepciones, como los Oscars, comentaré las películas en el orden en el que las voy a ver.
Nada mejor que llegar al lunes con sesenta y seis kilos y ni un solo gramo más. Durante la semana pasada hubo un montón de comida saliendo de mi cocina e incluso algunas cosillas nuevas que no fotografié:
Y así transcurrió la semana.
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Onze Jongens
Esta mañana me fui para Amsterdam para hacerme una sesión triple en la que la película interesante era la segunda pero que aproveché para rellenar con otras dos. A las doce de la mañana de un domingo y con el recochineo del que controla las entradas en el cine, entré a ver mi primera película del año y que me ha hecho replantearme lo de cine es cine y es posible que a partir de ahora me salte algunas películas porque ya de entrada se sabe que no van a aportar nada a mi vida y seguramente ensucian mi karma con mal yu-yu. La película se llama Onze Jongens, el poster ya de una idea de lo que era y dicen que se ha hecho un concurso internacional para ponerle un título y tratar de venderla de puertas afueras y el ganador fue el título de truscoluña no es nación.
Un julay se medio-despelota para mojar con una friki
Un juan-layna holandés vuelve a Holanda después de estar en una plataforma petrolífera y trata de recuperar el contacto con el hijo que nunca quiso. Tras una sesión de trabajo patética se le ocurre la idea de calentar coños haciendo striptease y acaba formando un grupo con sus compañeros de trabajo y el chancho de su amigo. Sus vidas se complicarán, le cogerá cariño al niño, se encoñará de una pava y un montón de hembras se cogerán unas calenturas que no veas.
Esto es básicamente un refrito de Magic Mike y similares pero holandés. Los primeros setenta minutos de películas no tienen realmente un guión claro, son sencillamente una secuencia de escenas de despedidas de solteras y cumpleaños en las que los tíos no enseñan nada, se revuelcan y retuercen en el suelo y pegan paquete contra un montón de chamas desarretadas y al parecer eso es cine y las veinte tías que estaban por detrás de mi no dejaban de mojar el suelo del cine con flujos vaginales y mandaban mensajes pidiendo hora para hacerse las uñas porque con tanta fricción se las dejaron allí. Realmente no se puede decir nada más de esa parte y lo más increíble fue leer en un periódico una entrevista con Jim Bakkum en la que él decía que no es normal lo que hacen las pavas en estas películas, por Dios, es que me da la razón porque yo tampoco lo entiendo. No es pornografía y lo de ver a un grupo de tíos haciendo de polis, bomberos y obreros es viejuno, que eso ya lo hacían los Village People el milenio pasado. En la última media hora de película la cosa mejora un poco, con drama y sin despelotes. Ahí por fin la gente empieza a actuar y las chamas en el cine se aburren. Aún así, no llega ni de lejos al aprobado.
Creo que la están intentando vender en el extranjero pero ni es cine para los miembros del Clan de los Orcos ni para los sub-intelectuales con GafaPasta aunque en ambos casos, sus hembras seguro que se privan todas. Como decían aquellos que no eran ni de coña truscolanes, NUNCA MAIS.
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Assassin’s Creed
En un pasado borroso y lejano yo me enganchaba como una perra a videojuegos y el tiempo dejaba de correr, me podía pegar horas y horas jugando sin pausa. Por suerte eso queda en el pasado y ahora pierdo el tiempo con otras cosas más productivas. De los juegos tanto actuales como pasados los productores de cine creen que se pueden sacar películas y lo siguen intentando aunque casi todos han sido soberanos fracasos. El último intento es Assassin’s Creed que se estrenó en España con el mismo título la semana de Navidad con lo que es probable que siga en cartelera.
Un julay tiene unos traumas de que te cagas por algunos tocamientos del abuelo o algo así
Un chamo al parecer es un Asesino, una especie de hermandad como la truscolana pero que mata gente para hacer el bien y particularmente, buscan matar moros-de-mierda, que todos sabemos que los buenos suelen estar a varios metros bajo el suelo. Bueno, en realidad el no tenía ni puta idea de esto hasta que lo capturan, lo conectan a una máquina cutrísima que parece haber sido diseñada por el pollaboba del Guarratrava y ahí le vienen las memorias y vivencias de sus ancestros en la Edad Media, justo en el año 1492 y similares. Por supuesto, huele un coño se le pone morcillona pero sin chimpún.
Una cosa son los videojuegos, en los que gastas horas y más horas e incluso días, semanas y meses y otra muy diferente es una película, en la que entras, te desarrollan la historia en dos horas y te vas a casa. El guionista no debe saberlo y le película es un desaguisado de información inconexa. Está totalmente orientada a aquellos que juegan a los títulos en los que se basa la peli y para nosotros el resto de los mortales, es simplemente un tostón. El guión está escrito por uno que espero que tenga mejores dotes para comer rabos porque lo de escribir ya sabemos que no es lo suyo. El director es de los de la hermandad del cojo y encontró a los cámaras con esa deficiencia para que en las escenas de acción, cuando la cámara al parecer no se puede quedar estática sino tiene que seguirlo todo a unos centímetros, no podamos ver absolutamente nada enfocado, es una sucesión de escenas borrosas y empeoradas por un TresDé que en algunos momentos es patético e incapaz de establecer la profundidad de campo real. La cosa está protagonizada por Michael Fassbender, actor que de siempre me ha gustado pero que aquí no logró que no me durmiera en varios momentos de puro aburrimiento. Jeremy Irons repite uno de sus papeles de siempre solo que aburre y cansa y se nota que incluso él estaba allí por los mendrugos de pan y el cheque que le dieron. Lo mismo se puede decir del resto del elenco. La música agota, es como la de las series de AntenaTriste, interminable, todo el tiempo con el chaka-chaka que sube de volumen para que seas consciente que es momento de peleas y baja el mismo cuando supuestamente hablan. Todo en esta película apesta a mediocridad.
Si eres un miembro del Clan de los Orcos esto es un plato de gourmet para ti y para tus descerebrados amigos. Os quedaréis afónicos de tanto gritar en el cine. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, esto te puede provocar daños cerebrales severos. Para el resto, algo para un domingo combinado con siesta dentro de cinco o seis años.