La semana pasada se produjo Un pequeño cambio en mi rutina de transporte diario. Me he propuesto probar una y otra vez que el güifi en los aeropuertos controlados por Aena es una puta mierda del copón y después de la primera andanada, la segunda está En Viena y Rotterdam no hubo pesadilla para estar ondeline. Tras un repaso espectacular y cular y lar, llegamos al final del repaso multimedia a mi segundo viaje a las Filipinas con Los vídeos del regreso a Holanda desde las Filipinas
En Hoi An vimos El patio de las casas en Hoi An y seguimos con el Museo del folclore en Hoi An y después vimos un Dormitorio en una keli tradicional en Hoi An y seguí husmeando en las moradas de la gente y vimos La poceta en las casas de Hoi An y acabamos la semana con una Vendedora vietnamita frente a casa en Hoi An.
Relacionado con Hoi An vimos La terraza pachanguera
Tuvimos otra Cerveza, la Murauer Bier que ya la he añadido al Álbum de fotos de cervezas.
Fui a ver cinco película al cine y tres de ellas eran holandesas. Por la bitácora comenté el pallufo de Inferno y de mierda a mierda con Absolutamente fabulosas – Absolutely Fabulous: The Movie y continuamos la gira de la mediocridad con el pastuño holandés titulado De Held y terminamos la semana de la mierda con La chica del tren – The Girl On The Train. En este punto del año y con dos meses y medio para acabarlo, mi contador de películas está en ciento setenta y seis con lo que superaré holgadamente la cuota de doscientas auto-impuesta. El año pasado estaba más o menos en el mismo punto con Marte – The Martian, en el 2014 crucé ese hito más cerca del final de octubre con St. Vincent, en el 2013 fue a mediados de noviembre en Estambul con la película El juego de Ender – Ender’s Game y hasta ahí podemos mirar ya que en años anteriores nunca llegué a una cifra semejante.
La comidilla de la semana fue la siguiente:
Y así transcurrió la semana.