Distorsiones

Ayer hablaba de Transporter Legacy – The Transporter Refueled y cualquiera diría que se me ha ocurrido comentar dos veces la misma película o algo así, porque es que hasta los caretos de los tíos en los posters se parecen. En fin, que aunque parezca mentira, son casualidades de la vida y ensañamiento de los distribuidores estrenando ambas historias en la misma época. Hoy se trata de Hitman: Agent 47 y en España se estrena el viernes con el título de Hitman: Agente 47 ya que al parece3r, la palabra hitman no se puede traducir al español o eso debió pensar el ignorante que le puso el título.

El primo del julay de sumo-sol se rebota que no veas y va a por la banda del Güaca

Un tipo que al parecer construyeron en un laboratorio y no mediante el clásico chingado está emperrado en destruir una corporación que quiere hacer más gente como él y se junta con una pava a la que quiere chingar o cambiar cromos de fútbol, que no nos queda muy claro, para salir juntos a matar basca.

De nuevo, una película de acción con guión escrito en cuatro hojas sucias y que compensan poniendo escenas y más escenas de tiros, persecuciones y gente muriendo por unos super-humanos que de cuando en cuando parece que flaquean o se les olvida que lo son. Particularmente triste y miserable es la interpretación de Rupert Friend, joven que es el protagonista y que hay ratos que parece mirar hacia la cámara como esperando que alguien desde detrás de la misma le diga lo que tiene que hacer. El chaval solo vale para lucir un traje y matar y cuando habla, LA CAGA. Una lástima que el guionista no lo puso como sordomudo ya que habría ganado mucho más y lo hubieran obligado a mover los brazos. La pava que va con él sirve para pasar un modelito pero cuando le dicen que tiene que recitar dos líneas, se le retuercen las ideas y no da una. La película tiene ratos en los que es tan mala que te lo pasas bien y eso se nota muchísimo más cerca del final, cuando las volatadas alcanzan el infinito y mucho más allá. Otro que no da pie con bola es Zachary Quinto, que entra y sale de la pantalla algunas veces aunque nunca nos queda claro la razón. Esta película demuestra que una de acción sin una historia básica, es algo destinado al fracaso.

Aunque algunos de los miembros del Clan de los Orcos picarán, cuando se corra la voz el resto dejará de acudir a los cines. Tampoco es algo para sub-intelectuales de GafaPasta o cualquier hijo de vecina.

Una película italiana en la filmoteca es algo casi tan raro como una película española, así que según me enteré, organicé mi vida alrededor de una de las sesiones para no perdérmela. Creo que nunca vi el trailer antes de ir al cine y ni me molesté en buscar información sobre la trama o el tipo de película que iba a ver. Me bastaba con el idioma. La película se llama Mia madre y creo que no está previsto su estreno en España, aunque el título al parecer es Mia madre también dice que truscoluña no es nación.

Una julay dirige un tostón y tiene un dramote en la clínica que no veas

Una directora de cine está haciendo una de esas películas subvencionadas que son básicamente una MIERDA DEL COPÓN. La tipa tiene sus dudas, que visto el guión no le extrañan a nadie y además, su madre está en el hospital y los médicos están de acuerdo en que la vieja se muere. Entre rodar la peli, asistir a la muerte de su madre y tener un divo americano, la chama está bien jodida y bien pagada.

El cine dentro del cine es como la orilla de un pantano lleno de barro, las aguas no son claras y el suelo no es consistente. Tenemos en realidad como dos historias, la que cuenta la película y la otra. La primera no interesa para nada, es aburrida, es soberbia, es estúpida y si en el montaje hubiesen cortado el noventa por ciento de las escenas implicadas, ni nos habríamos enterado. Gran parte de la culpa de este fallo la tiene John Turturro, que hace de divo americano que está trabajando en esta historia y que obviamente, necesitaba el cheque para irse de putas o algo así. Toda su interpretación la sufrimos los espectadores, es mala tirando a patética y en ningún momento conectamos con él. Sus arranques de diva folclórica, sus movidas, sus inseguridades, todo nos la trae al fresco. La otra parte del relato, el de una madre que se muere y una hija que no sabe como tomárselo, esa parte es interesante y tiene ratos grandiosos. La interprete es Margherita Buy y aunque lo hace bien, con la mitad de la película como un peso muerto que hay que arrastrar, no puede hacer mucho más de lo que ya hace. El director es Nanni Moretti y aunque no sé de qué, me suena el nombre pero claro, siendo un cacho de carne con ojos como soy, igual estoy equivocado. Los lugares que eligieron para la película no son los más afortunados y ni siquiera tenemos el placer de ver sitios preciosos. Tampoco la banda sonora fue algo que supieron cuajar. La música molesta un montón.

En fin, que esto no llegará a los cines y de hacerlo, ni de coña se puede permitir la entrada a cualquier miembro del Clan de los Orcos a menos que lo queramos matar. Tampoco es una de esas películas en las que se revuelcan los sub-intelectuales de GafaPasta. Algo para dejar pasar.