Esta fue mi última inmersión en el Atolón de Malé y fue posiblemente una de las mejores de mi vida. Está dividida en cuatro partes porque grabé más de veinte minutos. En mi bitácora de buceo apunté lo siguiente: Seis mantas en la tercera estación de limpieza, tres en la segunda y dos en la primera. Fue sencillamente espectacular. La Turca no controló el NO Deco y casi le da un jamacullo. Esto último es porque había una pava que se puso a más profundidad que yo, era la tercera inmersión, no controló su computadora de buceo y no hizo caso cuando le pidió salir. El resultado fue que tuvo que pasar un rato largo a diez metros de profundidad porque literalmente, entró en tiempo de descompresión y si salía, había que llevarla a una cámara de descompresión. La música que acompaña este vídeo es la canción Hymn To The Fallen de la maravillosa película Salvar al soldado Ryan – Saving Private Ryan, música por supuestísimo del maestro y genio John Williams.
London Symphony Orchestra,
Puedo confirmar y confirmo que este es seguramente el peor vídeo de la serie porque nos encontramos las mantas en la tercera estación de limpieza y aquí vemos la primera.
Estamos en la primera, hay dos mantas pero también un montón de gente, pero que un montón, habían bajado de un barco de vida a bordo y eran más de treinta. Vemos a las dos mantas muy alejadas, con tanta gente tenían miedo y no se acercaban. Se pueden ver las burbujas subiendo de todos esos buceadores en el primer minuto. Nosotros optamos por marcharnos de allí. A partir del segundo minuto tenemos una manta bastante cerca, pero también hay gente, se pueden ver las columnas de burbujas por detrás y hasta flashes, la manta estaba muchísimo más cerca de mi que de ellos, lo cual les tiene que tocar los güevos, pero es que esos bichos, siempre que me ven se acercan. Después del tercer minuto estamos en la estación de limpieza número dos y por allí había tres mantas, pero algo alejadas. Eso sí, no había tanta gente. Me voy acercando poco a poco a la zona en la que están y las tenemos prácticamente en línea y acercándose hacia mí y poniéndose por encima mío. Conozco gente que mataría por un momento así con mantas, de los que yo he tenido bastantes. Yo me habría quedado allí porque estábamos solos y era increíble, pero el Dive Master nos dijo que siguiéramos con el show y se marchó a mirar si había algo en la tercera estación de limpieza. En el próximo vídeo seguramente haremos la transición desde este lugar al siguiente.
Allá por el año 2014, me asfixiaba cuando iba en bicicleta y fui a mi chamán de cabecera y me mandó a que me hicieran una prueba pulmonar o algo parecido, con una bruja que me ponía una coña en la boca y me gritaba para que cogiera aire super-hiper-mega rápido y después que lo expulsara hasta dejar los pulmones totalmente vacíos, un ejercicio brutal que repites varias veces y en el que resultó que solo estaba usando el 81% de la capacidad pulmonar y usando uno de esos inhaladores, la capacidad mejoraba hasta el 94%, así que decidieron que desde aquel día y aquella hora, yo tenía que darme dos chutes diarios de un médicamente antiasmático, aunque también me informaron que yo no era asmático-del-coño, que estaba literalmente en la línea que separa a los asmáticos-del-coño del resto. Dos años después, en el 2016, me dijeron que tenía que volver para controlar, la misma bruja me enchufó el mismo chisme en la boca, me gritó y gritó para que inspirara y exhalara aire con una potencia inusitada y a unas velocidades diabólicas y tras varias prueba, concluyó que con dos años de uso regular de la medicina, que es una especie de disco, mi capacidad pulmonar estaba en el 96% y ciertamente, ya no me asfixiaba cuando iba a todo meter con la bicicleta, que yo soy muy competitivo y como la guagua vaya en la misma dirección, me pico con el chófer y voy a toda velocidad.
Un par de años más tarde fui al chamán y le pregunté si tenían que hacer algún control más y me dijo que no, que siguiera tomando la medicina, que fuera regular y tal y tal y como yo corro y no tengo problemas, todo iba bien. En aquella época aún iba a correr dos veces por semana, como mucho tres. Ya no volví a preguntar y fui incrementando la frecuencia de ejercicio durante esta década hasta los actuales seis días corriendo seis kilómetros, de lunes a sábado, algo que además de ser muy regular, tiene unos resultados muy parecidos.
Hace un par de meses me llama mi nueva chamana, o más bien co-chamán, que ahora tengo dos, de los dos sexos oficiales y me dijo que me iban a dar hora para hacerme un nuevo control porque hay una nueva ley que obliga a comprobar regularmente que la gente que recibe medicamentos de manera continua los sigue necesitando y el último que aparecía en el sistema era del año 2016, así que aproveché para explicarle que yo pregunté en el 2018 y su antecesor me dijo que siguiera con la medicina. La hora me la dieron para el viernes de la semana pasada.
Voy al centro de salud del barrio, que no es donde mis doctores tienen su consulta, me siento allí y pronto sale una pava y me llama. Me parecía diferente que la bruja de la vez anterior y ella me confirmó que la otra se cambió a otro lugar o algo así. Me soltó el mismo rollo de hace 11 años, me hizo un montón de preguntas y claro, estamos hablando del Elegido, yo tengo una pulsera que controla todo lo relativo a la salud de mi sacrosanto cuerpo desde hace eones, así que no solo le respondí, se lo corroboraba con datos, que está todo atado y muy, pero que muy bien, atado.
Después de hablar y hablar y hablar y preguntar, la chama sacó la sopladera esa, de nuevo y me explicó el sistema, que al parecer, una década después, la tecnología no ha avanzado ni un milímetro y sigue siendo lo mismo. Vaciar completamente los pulmones, llenarlos en un par de segundos y echar el aire por completo en dos pares de segundos y después repetir y repetir hasta conseguir tres medidas buenas. Nos preparamos, nos mentalizamos, me siento en la postura adecuada, miro a la ventana para no distraerme, se detiene hasta el reloj de la pared, inspiro, espiro y la chama comienza a gritar: Respira, respira, respira, respira, fuerte, respira —todo eso en dos segundos y después cambia a — espira, espira, espira, fuerte, vamos, espira, más, espira, más, fuerte, venga, capullo — hasta que me quedé vacío. El ordenador hace unas gestiones mágicas y en la pantalla sale una gráfica y la chama no está contenta así que me dice que me agarre bien los machos y vamos a por la segunda. De nuevo inspiro normal, espiro, inspiro, espiro y ella vuelve a comenzar a gritar: Respira, respira, güei, respira, fuerte, respira —todo eso en dos segundos y después cambia a — espira, espira, espira, lareconcha, espira, más, espira, fuerte, venga, capullo — hasta que me quedé vacío. Vuelve a parpadear la pantalla y sale otra gráfica y ella está más contenta, pero aún así, me obligó a realizar el proceso dos veces más, hasta que tenía cuatro gráficas, tres prácticamente idénticas y una que borró, mientras yo me cagaba en sus muertos porque con todo lo que me hizo sufrir, esas cosas no se borran.
Al final pasamos a la fase de análisis, me enseñó la gráfica y me dijo que es básicamente perfecta y que igual la deberían poner en una galería de arte. Según la nueva bruja, mi capacidad pulmonar, gracias al deporte, a la buena comida, al buceo y a todo lo demás, está en el 98%, con lo que la conclusión es que la medicina funciona de puta madre, no hay que cambiar mi tratamiento y mi capacidad pulmonar está a unos niveles infinitamente superiores de aquellos de hace una década, algo que yo ya le había dicho en base a los datos de todo el ejercicio que hago y que hasta cuando buceo, en lo relativo al aire, soy una máquina muy eficiente y los Dive Master siempre lo flipan porque una cosa está clara, yo no soy el que se queda sin aire en las inmersiones, yo siempre salgo bastante sobrado.
Ahora me han dicho que dentro de dos años, alguien me llamará, programarán una nueva cita y volveremos a pasar por este procedimiento, a menos que, Dios mediante, haya un invento maravilloso y consigan medir eso sin tener que torturarme.
Y acabamos con los datos, fríos y claritos como la luz que no sale de un agujero negro de todas las veces que he ido a correr y los kilómetros que he hecho desde que empecé a usar una pulsera inteligentísima de Juagüei y por ahora, solo tengo seis mil trescientos noventa kilómetros, con algunos más que no están ahí porque la cagué y puse la actividad como caminar y no hay manera de cambiarlas:
Llegamos al final de la inmersión en Okkobe Thila, junto a Thulhaagiri, que sirvió para relajarme entre el frenesí de los tiburones y el frenesí de las mantas que vendrá a continuación. La música que acompaña este vídeo es la canción Lonely Ones de LOVA.
Comenzamos entre corales y peces naranja pequeñitos que usan los corales para evitar que se los coman los peces más grande, que la idílica vida de los peces tiene muchísimo peligro y el grande se come siempre al más pequeño. Nos vamos moviendo entre grupos de peces cada vez más pequeños y más numerosos y hasta tenemos un momento selfie. Sigo cuatripitiendo que el sitio era una preciosidad y definitivamente el mejor conservado en las Maldivas. Me muevo con la cámara muy cerca de los corales, las plantas y los peces mientras hago un barrido para admirar los colores y la vida que hay allí. Cuanto menos profundo estamos, más se nota la luz del sol bajando.
No hace prácticamente nada que vimos Otra Tern GSD S10 en el mejor blog sin premios en castellano, con una configuración para llevar una purriada de chiquillos y por aquí se criticaba mucho el asiento trasero para dos. Por casualidades del destino que yo no me creo porque tengo un Ángel de la Guarda, en el mismito aparcamiento en el que pongo mi bici siempre que voy al centro apareció una tercera Tern GSD S10 y con una tercera configuración, distinta de las anteriores, así que le hice foto. Sigue siendo la misma bici eléctrica, monstruosamente fuerte para llevar mucho peso, con la misma cesta delantera, pero esta en la parte de atrás tiene un pequeño sillón y una estructura como para que el chiquillo que lleva se agarre bien y no se le escape. Supongo que esa estructura también permitirá poner algún tipo de caja grande y usarla para transportar otras cosas.
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