El que una película pase por un festival en un país no significa nada y si no que se lo digan a los de la que quiero hablar hoy, que estuvieron en el festival de cine de San Sebastián y sin embargo, España es uno de los pocos mercados europeos en los que la película no tiene fecha de estreno y resulta más que probable que termine en estreno directo a DVD o la tele. Si fuera una mierda, con actores desconocidos lo entendería, pero esta es una pequeña joya protagonizada por grandes nombres. Se trata de Get Low y como ya dije, tendréis que seguir viendo basura porque esta no la llevarán a los cines españoles.
Un julay cascarrabias monta un funeral por todo lo alto para sacar todos sus trapos sucios y abrir la caja de la mierda con recuerdos de mucho tiempo atrás
Un hombre que vive aislado en una finca enorme intenta que el cura del poblacho organice su propio funeral mientras aún está vivo. No lo consigue pero los de la funeraria se interesan y llegan a un trato con él. El hombre pretende hacer una fiesta a la que está invitado todo el que cuente alguna historia sobre él y además, habrá una lotería y el ganador heredará todos sus terrenos cuando muera. La propuesta revoluciona a todo el mundo y mientras se acerca el día del funeral/fiesta, lo acompañaremos e iremos descubriendo que su vida está marcada por un secreto terrible y lo que él quiere es redimirse haciendo que todo el mundo se entere del mismo.
Esta es definitivamente una de esas historias a las que deben ir personas con cierta actividad cerebral. Es un relato basado en parte en hechos reales muy bien contado, que se va ramificando poco a poco y nos va descubriendo un mundo obscuro debajo de la capa de superficialidad que parece que lo cubre todo. Es también un relato de avaricia, envidia y traición. Al frente del mismo está el soberbio Robert Duvall que borda su papel de viejo medio loco pero que está muy cuerdo. Junto a él, Bill Murray nos recuerda que es un grandioso actor al que no vemos con frecuencia y Sissy Spacek nos regala a una deliciosa anciana llena de vida y a la que el rencor y la inquina le pueden. El contrapunto a todas estas estrellas ya maduras lo pone Lucas Black, que ha de lidiar con un mont´no de leyendas vivientes y tratar de que se le note y lo consigue y con nota, haciendo de joven que trabaja en la funeraria y que va mucho más allá de lo que debería tratando de ayudar a alguien a quien no conoce pero por quien siente un aprecio casi instantáneo. Este es cine del bueno, del que nos quiere contar algo y saben como hacerlo. No necesitan efectos especiales ni estúpidas bromas que nos distraigan de la falta de guión o de las carencias de los actores. Esta es simplemente una historia que alguien quería que conociésemos y que nos la relatan como si fuera un cuento.
No sigo más porque esto es hablar en un páramo pero si tenéis la oportunidad y os gusta el cine, esta es una de esas historias fascinantes y entretenidas que os calan hondo. Absolutamente no recomendada para ninguno de los miembros del clan de los Orcos o familiares y amigos cercanos.