Mi segunda semana de buceo tenía un día menos que la otra, o más bien, volaba por la mañana y no por la tarde y por eso, en esa solo pude hacer dieciséis inmersiones, en la isla de Guraidhoo, que ya había visitado y que seguramente volveré a visitar en el futuro. En este sitio se alternan las inmersiones para ver tiburones con otras en las que hay mucha vida, tanto grande como pequeña y en las que puedes ver tortugas, morenas, águilas marinas, rayas y muchas cosas más. También los tiburones en esta zona son diferentes y teníamos abundancia de tiburones de arrecife de punta de aleta blanca, que son pequeños y muy dinámicos, tiburones de arrecife de punta de aleta negra, tiburones de arrecife grises, que tienen una forma muy estilizada y de casualidad y en la última inmersión vimos en una cueva un tiburón nodriza que estaba durmiendo. La música en este caso es la canción Under The Sea, en versión de orquesta y que obviamente reconocemos todos porque formaba parte de las canciones más populares de la película de animación de La Sirenita.
Comenzamos a lo grande con dos parejas de peces pequeñitos que cuando se asustan, en un instante, desaparecen, después tenemos una orgía de tiburones de punta de aleta blanca y peces Napoleón, en un sitio por el que pasábamos con corriente y fue un espectáculo y yo ni sabía ni donde apuntar con la cámara. Tenemos corales muy bonitos y pececillos pequeños y hasta tiburones en estaciones de limpieza. Alrededor del primer minuto pasamos por la cueva que vemos de nuevo al final, solo que en esa ocasión estaba llena con varias tortugas y aquello parece más bien un aeropuerto de tortugas. Después de eso hay una escena épica con pececillos que se esconden en un coral cuando se asustan y los asustaba mi respiración. Pasado el minuto y medio vemos un águila marina pero justo en ese instante pasó una raya de cola plumosa y fue a la que seguí y tras esto tenemos un águila marina y la vemos desde arriba. En el tramo final aparece un pez león durmiendo, otra águila marina, el tiburón nodrizo escondido en la cueva, que ese día había un montón de corriente y acabamos con tres rayas nébula diciéndome adiós.