Esta seta me llamó la atención por el curioso acabado de su sombrero. Me la tropecé el año pasado en Lage Vuursche mientras caminábamos por el bosque. Me ha costado encontrar el nombre en español. Al parecer se llama Barbuda, Matacandil o Apagador. Es comestible cuando es joven o eso dicen, ya sabéis que lo mío es hacerles fotos y no arriesgar mi vida con ellas. En holandés la conocen como Geschubde inktzwam
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Un contraste enorme
Un buen ejemplo de lo dañino que puede ser el exceso de luz solar lo tenemos en la foto de hoy. Aunque os cueste creerlo, ambas setas tenían el mismo color (o prácticamente el mismo). Sin embargo, fijaros en la enorme diferencia entre el intenso y sangriento rojo de la que está a la sombra y el degradado rojo de la que está expuesta al sol. Me gusta la escasa profundidad de campo que mantiene enfocado solo una pequeñísima parte de la imagen mientras que el resto se difumina entre luz y sombra.
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Envidia cochina
Estoy seguro que más de uno (entre los que me incluyo) cambiábamos el 90% de nuestra capacidad cerebral por una de estas y dos litros más de sangre en el cuerpo. Personalmente me gustaría que la mía venga con otros colores y con un extremo más redondeado. Huelga decir que la pasearía como este caballo, con orgullo y bien al aire.