Pese a ser técnicamente viejo y haber superado la línea en la que las cajeras del supermercado te llaman señor, yo me debí criar en un universo paralelo porque no me suena nada lo del Superagente 86. De hecho, fue después de ver la película de la que hablaré hoy cuando me enteré que estaba basada en un personaje de una serie de televisión. La película se ha llamado Get Smart y en España recibió el fascinante título de Superagente 86 de película, imagino que rememorando el nombre de la serie televisiva.
Un julay torpón busca mojarla a cualquier precio
Un tipo que trabaja en la sede de una extraña organización de espías tiene que hacer una misión de la que depende la supervivencia de la raza, como siempre y en el camino mete la gamba continuamente pero parece que el viento lo lleva siempre de cara y las cosas siempre le salen bien. Le acompaña una chocha que luce palmito y balbucea unas palabras de cuando en cuando y unos malos malísimos sacados de algún cómic.
No sé cuántas veces se ha parodiado el tema de los agentes secretos pero seguro que ha sido unas cuantas. Aquí tenemos otra iteración con un agente torpe que siempre está en el lugar adecuado y que pese a no hacer las cosas a propósito, consigue resultados. Steve Carell da la sensación de estar divirtiéndose con este papel, muy en la línea de las comedias que protagoniza. Pese a ser entretenida, he de reconocer que a mí no me terminó de encandilar y aunque reconozco que pasé un buen rato, no es el tipo de película que volvería a ver o de la que espero que hagan una segunda parte. Hay mucha acción, muchas frases tontas para que el público se ría y una chica guapa que se intuye que puede hablar y hacer otras cosas.
Si lo que buscas es una comedia ligera y superficial con buenos efectos especiales, algo de acción y un poco de carnaza, esta es una buena opción.