Seguimos en el parque de Hluhluwe Umfolozi y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500 a este Rinoceronte que tuvimos a unos metros de nosotros. Es un animal que impresiona mucho más que los leones porque cuando te mira realmente sientes que tu vida para él vale lo mismo que la de cualquiera de los mosquitos que le rodean.
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STATUS FATAL
En la pantalla solo había un mensaje que parpadeaba lentamente:
STATUS FATAL
Unable to succeed
?l lo miraba sin creérselo. Pulsó teclas aleatoriamente pero no sucedía nada, el sistema no respondía. Su mano temblaba ligeramente, posiblemente por la tensión acumulada. Miró a través de la ventana y vio que la nave en la que se encontraba iba directamente hacia la estrella. Aún tenía unas horas pero si no conseguía repararlo, sabía que de esta no saldría con vida. Aporreó de nuevo el teclado y de tanta rabia que tenía golpeó la taza de té y este cayó sobre el teclado.
La pantalla parpadeó más rápidamente y después de unas interferencias extrañas se apagó completamente. Ahora sí que estaba bien jodido. Pulsó todo aquello que encontró en el panel de mandos pero no sucedía nada. Miró de nuevo por la ventana y la estrella había aumentado sensiblemente de tamaño. Allí no habían compartimentos con cables o sistemas redundantes que se pudieran activar manualmente. Aquella nave era totalmente automática y hasta ese momento funcionó sin problemas. Tampoco tenía un manual con instrucciones como el que se puede encontrar en ciertos aparatos. Golpeó la pared con rabia y calculó que le debían quedar un par de horas.
Sopesó sus opciones. Después de pensarlo un rato se dio cuenta que no tenía ninguna. Sin control alguno sobre la nave, esta seguiría su ruta de colisión directa contra aquella estrella y el único consuelo es que moriría antes de caer envuelto en fuego en su superficie. Ya comenzaba a notarse un poco el calor y la estrella seguía aumentando de tamaño, cubriendo más y más espacio al frente. Por suerte los cristales filtraban sus rayos porque si no ya habría muerto.
No sabía que hacer. Era el final. Lamentó no tener una cerveza fría en sus manos, no poder comerse un último cruasán y despedirse de sus amigos y familiares. Ni siquiera llegarían a saber lo que le había sucedido.
Lamentarse, lamentarse, lamentarse. Le quedaba muy poco tiempo y ya se había rendido. Decidió aprovechar el poco tiempo que tenía de una forma productiva. Se sentó y mientras miraba hacia el sol se bajó los pantalones y los gallumbos, se agarró el manubrio y comenzó a cascársela. Moriría, pero al menos lo haría con un instante final de placer. Fue cogiendo el ritmo, ráfagas rápidas seguidas de movimientos lentos. Su concentración aumentó y al rato ya no se acordaba del futuro que le esperaba, cerró los ojos y disfrutó del momento. Cada vez estaba más cerca, ya casi había llegado y para cuando se corrió gritó liberando toda la tensión.
Al abrir los ojos supo que ya había llegado su hora. La nave comenzó a desintegrarse y desapareció con ella.
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Jirafa en el club de las 500
El año 2005 fue increíble por algunos de los viajes que hice obligado por mi empresa. Del viaje en diciembre de aquel año a Sudáfrica quedaron unas fotos increíbles tomadas en el parque nacional de Hluhluwe Umfolozi. Hoy damos la bienvenida al Club de las 500 a esta Jirafa que se prestó tan amablemente para posar y hacerle un retrato.
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Carcamal de bicicleta
Las primeras bicicletas se remontan a finales del siglo XVIII (equis-uve-palito-palito-palito para los subintelectuales y dieciocho para aquellos que aún no saben leer el lenguaje esemese). Eran de madera y no tenían sillín ni pedales. No parecían muy prácticas pero el diseño se fue refinando y mira a donde han llegado hoy en día, son uno de los principales medios de transporte en los países más avanzados de Europa y una forma fácil para suicidarse en los países latinos de Europa.
La foto la hice en Alkmaar en una de las visitas a esa ciudad para ver el mercado del queso. Siempre me la he tropezado, al igual que a unos folclóricos vestidos de época así que intuyo que el ayuntamiento de la ciudad emplea alguno de sus trabajadores los viernes de mercado para que se paseen de esa guisa y los turistas les hagan fotos.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años