Mientras literalmente corría por todo el complejo de oficinas de mi empresa esta mañana aproveché dos instantes en los que paré por mi despacho para comprar por Internet memoria y un disco duro para ampliar mi Mac mini. Las transacciones las pagué con iDeal, el sistema de pago holandés tan fantástico que hace que tú compres algo y diez minutos más tarde te comuniquen desde la tienda que te lo están mandando por correo y que lo tendrás en tu puerta a la mañana siguiente y todo ello sin tener que entregar datos de ningún tipo a la tienda porque todo se arregla entre los bancos. Estamos llegando a un punto en el que ir de compras significa sentarte detrás del ordenador y seleccionar lo que quieres, pagarlo y esperar a que llegue a tu casa. Algunas de las cadenas de ropa han montado unas tiendas virtuales fantásticas en las que puedes ver todo el material, elegir y pagar sin que el horroroso proceso que es ir a una tienda en un día en el que está llena te desanime.
Me olvidé completamente de lo que había comprado y seguí con mi loca carrera, la cual terminó exactamente a las cinco de la tarde. Un minuto antes cambié el estado de un artículo en la red corporativa de la compañía anunciando la mayor revolución de la empresa desde su fundación. A veces me da algo de vértigo pensar que los chiquillos que tanto nos ha costado parir han sido en gran parte obra de nuestro equipo. Hoy era el día del empujón final y he hecho prácticamente de todo. Lo más curioso fue llevar a las cuatro y media a un ejecutivo a la estación de tren usando el coche de uno de los vicepresidentes. Cuando me preguntó si sabía conducir yo lo miré y no respondí durante unos segundos que dediqué a tratar de buscar en donde estaba la trampa. Como no la encontré, le dije que sí y él me dio las llaves de su cochazo y me pidió que le hiciera el favor. Llevé al otro en cinco minutos y a la vuelta di un pequeño rodeo para apurar un poco el coche y ver de lo que era capaz. Estas cosas son las que te pillan sin preparar porque si lo sé voy con las gafas de sol y el CD de Eminem para hacer el chou por la carretera.
Cuando estaba por marcharme me topé con el Jefe Supremo y el hombre me dio la mano y me agradeció el trabajo, lo que habíamos hecho hoy. ?l sabe lo que nos ha costado y las murallas que hemos tenido que tumbar para llegar aquí. Espero que ahora haga su parte y destruya a aquellos que minaron nuestro camino, que los hubo y están debidamente señalizados.
Al salir de la oficina me acerqué a una tienda informática real para comprar una carcasa de disco duro extraible. La tenían anunciada muy barata así que me acerqué. Aún no he terminado de decidir si los tres empleados eran retardados o se lo hacían. Les tomó diez minutos encontrar el artículo y ni siquiera era lo que yo quería. Me ofrecieron otro al doble de precio. Le expliqué que aquello era un robo y me dijo que ese otro era mejor. Le pedí que me explicara por qué si en las especificaciones de ambos venían con la misma velocidad, misma interfaz y ni una sola de las características era distinta. Tardaron un par de minutos en llegar a la conclusión que era mejor porque era más caro y visto tal argumento, los dejé y me marché.
Al llegar a Utrecht fui hacia un barrio llamado Witte Vrouwen porque por allí hay otra tienda que también tenía lo que yo quería. Cuando llegué al lugar la tienda había desaparecido y en su lugar se encontraba una oficina de una empresa de trabajo temporal. Saqué el iPhone y abrí la aplicación de mapa. Busqué la tienda y en un instante tenía un alfiler azul señalando el lugar en el que yo me encontraba y otro rojo con la ubicación de la tienda, la cual no estaba muy lejos. Volví a la bicicleta, llegué a la tienda, compré el trasto y desde allí continué hacia mi casa pedaleando a la vera del Oudegracht, el canal principal de la ciudad de Utrecht y una auténtica maravilla. No deja de sorprenderme lo útil que puede ser la tecnología que uno lleva en su bolsillo.
Este fin de semana será un poco más largo de lo habitual ya que el lunes trabajo desde casa, con lo que será como si no fuera a trabajar ya que no es lo mismo y la semana que viene será mucho más corta puesto que el viernes tengo el día libre.