Uno de los mitos más extendidos es el de la frialdad de los holandeses, su falta de humor y lo secos que pueden ser. Mi experiencia con ellos ha sido totalmente distinta, me parecen una gente muy honesta y gentil y siempre dispuesta a echarte una mano además de ser unos cachondos mentales que se toman muchas cosas con humor.

Los holandeses celebran el nacimiento de sus hijos de forma bastante efusiva. Se entera todo el barrio inmediatamente porque tan pronto como nace el chiquillo decoran la fachada de su casa y el interior para festejar que la familia ha crecido. Normalmente ponen banderas y señales de todo tipo que permiten a los vecinos conocer la buena nueva. En el caso de la foto anterior vemos una cigüeña estampada en la ventana de la casa al traer el bebé. Este año está muy de moda esta cigüeña. La venden en las tiendas de productos para bebés. Por mi calle hace un año unos vecinos decoraron toda la parte delantera de la casa simulando la pista de aterrizaje de un ovni y señalizaron media calle para que los extraterrestres supieran donde dejar el niño.
Normalmente los padres preparan con tiempo estas cosas y mientras la madre se recupera el padre o algunos familiares o amigos se encargan de la decoración. Otro detalle que cuidan mucho es el anuncio. Suelen preparar una tarjeta que envían a todo el mundo con los datos del nacimiento como el día, la hora, el peso del bebé y el nombre. La tarjeta a veces tiene una foto del nuevo bebé y en otras ocasiones es con fotos de los hermanos y alguna frase graciosa o fotos de los padres. En la tarjeta también te indican si van a organizar un día de puertas abiertas para que los amigos y familiares conozcan al bebé. Esto es bastante habitual y aquellos que prefieren recibir una ristra de visitas normalmente avisan en la tarjeta para que llames y concretes una fecha.

En la segunda foto además de la cigüeña podemos ver la bandera y las banderillas colgadas en la entrada. En la bandera dice (aunque no se puede ver en la foto) Hurra, una niña y por el color también lo podéis adivinar.
Dependiendo de tu seguro médico, al nacer el bebé tendrás una matrona en tu casa los primeros días encargándose de ayudar a la madre y en caso de que sea necesario, enseñarla a cambiar el niño, darle de comer y demás. Mis amigos la han tenido por una semana y de esa forma los primeros días no han sido tan agobiantes y aunque parezca que no, esa mujer ayuda un montón.
Los hombres suelen ir al trabajo e invitar a todos sus compañeros a galletas untadas con mantequillas y rociadas con unas bolitas azules en caso de tener un hijo y rosadas si es una hija. Los colegas lo felicitan, el les cuenta los detalles fundamentales y celebran el nacimiento. Después de eso, en el trabajo, se suele organizar una pequeña colecta en la que la gente pone un par de euros, se compra una tarjeta y un regalo y el jefe junto con algunos compañeros visita la casa para conocer al nuevo bebé y entregar los regalos y la tarjeta. Es algo que siempre me ha llamado la atención.
Por último comentar que cuando visitas a algunos amigos o vecinos que han tenido un bebé y te han mandado la tarjeta, sueles llevar un regalo. Al contrario que en España, un país en el que lo de los regalos es a base de talonario y abuso, en Holanda el regalo puede ser algo muy barato y sencillo. Recuerdo que cuando nació la hija de mi amigo el Rubio yo le hice un regalo de treinta euros y mi madre y algunos amigos españoles poniendo el grito en el cielo porque era un puto miserable y la mujer del Rubio cuando vio aquello me dijo que si estaba loco, que tenía que haber comprado una chuchería de cinco euros o así.
Es otra sociedad con usos distintos a los españoles.