No sucede muy a menudo que un documental entre en el circuito de cine comercial y aguante el tipo frente a esas grandes producciones que venden humo para descerebrados, come-nabos y zorrillas infantiles. Que además alguien esté patrocinando el visionado y regalando las entradas es algo menos que un milagro. Eso es lo que ha sucedido con An Inconvenient Truth, un documental sobre el cambio climático que se puede ver gratuitamente al menos en Hilversum. En España la película se llama Una verdad incómoda.
Un politicucho metido a metrosexual se hace las Américas dando el parte meteorológico
Como ya dije más arriba, esta es la primera vez en siete años de cine en Holanda en que me regalan la entrada para ver una película. La sala estaba llena pero no de los habituales. Eran personas mayores, gente con un nivel intelectual medio o quizás incluso alto y familias que se habían acercado para pasar la tarde en el cine y de paso escuchar algo que no queremos oír. Me llamó la atención la ausencia total de morisma en la sala. Ni les interesa 300 ni el cambio climático. Ahora que lo pienso, ellos son de clase baja o muy baja y un tipo hablando durante dos horas sin que se vea un coño ni una buena teta es más de lo que muchos de ellos pueden procesar.
Lo cierto es que el cambio que está experimentando la tierra es innegable, salvo que seas el presidente de los Estados Unidos y además de hijoputa estés metido hasta el cuello en negocios con tus amigos contaminadores y la teta de la que mamas sea demasiado sabrosa como para soltarla. Cuando llegué a Holanda hace unos años aquí habían inviernos de verdad y ahora son de pura risa, con temperaturas suaves. Los veranos también están cambiando y esto cada vez se parece más al sur de Francia. Al ritmo que vamos en veinte años tenemos la riviera holandesa como destino turístico para suecos y noruegos, que no tendrán que ir más abajo para gozar del buen tiempo. España será un páramo copado de inmigrantes ilegales y campos de golf y en las Canarias habrá una selva tropical. En Holanda estaremos trabajando en levantar los muros que defienden al país del agua y pondremos unos cuantos metros adicionales por si el poco hielo que queda en Groenlandia se acaba de derretir.
Señores esto se acaba como no hagamos algo y de eso trata esta película. El asunto está tratado por Al Gore que chupa cámara como una sanguijuela pero que no puede tapar con su oronda presencia la gravedad del asunto. Estamos jodiendo el mundo a marchas forzadas y en las tres últimas décadas hemos entrado en una espiral que nos acerca más y más al punto de no retorno.
Lo que nos dice este hombre es que no podemos esperar, tenemos que hacer algo cada uno ha de emprender las acciones que sean precisas para ayudar. Somos más de seis mil millones y aquí sobran muchos. El planeta está agotado, los recursos escasean y nosotros no dejamos de contaminar. Entre las pequeñas cosas que podemos hacer está el uso de bombillas de bajo consumo en vuestra casa, el uso de transportes públicos en lugar del coche privado y el control de la calefacción o el aire acondicionado. Todas y cada una de esas cosas cuando somos millones pueden marcar la diferencia y no cuesta mucho hacerlo. Miremos mi casa. Solo quedan dos bombillas y cuatro focos halógenos que no son de bajo coste y antes de que acabe esta semana los habré cambiado. Mi ahorro energético comparado con el año pasado es de un 40%. Controlo cada mes los valores de los contadores y ajusto todos los dispositivos electrónicos para minimizar el consumo. Apago físicamente la televisión y no con el mando por la noche, lo desconecto todo cuando me voy de vacaciones, mi calefacción funciona solo en las horas en las que estoy en casa, procuro cerrar ventanas en invierno para que la calefacción no funcione innecesariamente y no tengo un coche, tengo un abono para el transporte público el cual utilizo en combinación con mi bicicleta plegable. Y sí, me puedo permitir un coche, un Audi, un BMW o un Mercedes si me diera la gana pero no lo necesito y prefiero gastarme el dinero en otras cosas. Animo a toda la gente que visito a que den el salto y cambien a bombillas de bajo consumo, explico las ventajas del uso de transportes públicos y siempre que es posible voy en bicicleta. Yo ya estoy haciendo mi parte pero mi esfuerzo no servirá de nada si los demás no colaboran.
Una verdad incómoda es un ejercicio de reflexión personal, de toma de conciencia. Puedes elegir ser un early adopter o esperar a que sea demasiado tarde y entonces llorar por lo que has perdido. En los próximos años veremos catástrofes naturales de una magnitud tal que no podremos creer, asistiremos a la desaparición de glaciares, al crecimiento de los mares, a la desertización de países y el cambio de fronteras. Todo eso sucederá por culpa nuestra, por nuestro desaforado afán por destruir el mundo en el que vivimos. Miles de especies desaparecerán, millones de personas morirán y si hay suerte, conseguiremos enderezar el timón y lograremos llevar el barco a buen puerto.
Vete a ver esta película. Lleva tanta gente como puedas y oblígalos a prestar atención. Sal del cine y has tu lista de acciones para colaborar con el medio ambiente y llévalas a cabo. Está en tu mano tanto como en la mía .





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