Hasta este momento hemos ido viendo los distintos grupos en los que se pueden ubicar las mujeres. Es siempre lo mismo pero distinto y en la mayor parte de los casos estas clasificaciones han sido creadas por mujeres. Como sabes, están todos en el Hembrario, ese índice que agrupa tanto saber.
Hoy miraremos el asunto desde un punto de vista nuevo y distinto. Hoy hablaremos de las Follables, esa meta-categoría en la que nosotros(los hombres) echamos casi todo. Si en alguna ocasión te has preguntado por qué nos da a los hombres por la investigación, por la ingeniería y el cacharreo en lugar de pasar nuestro tiempo con asuntos más mundanos y gratificantes como la crítica y la novelería la respuesta es sencilla: nuestros cerebros son muy limitados y carecen del retorcimiento requerido por esos asuntos. Nosotros quisiéramos hablar y despellejar a la gente como hacen ellas pero no nos es posible. Si nos sacas del deporte y de la tecnología, solo hay una gran categoría pendiente y es la de las Follables. A cualquier chaval no le preocupa si la joven a la que le ha puesto el ojo encima es esto o aquello, si come carne o verdura. No quiere saber si vuelve pronto a casa, si sale con malas compañías o si es una bala perdida. Tampoco le preocupa mucho las ropas que lleva o el maquillaje que usa. ?l solo tiene una idea en la cabeza, un pensamiento único que macera día y noche. Por eso no necesitamos tantas divisiones a la hora de tratar el asunto. Para nosotros están las Follables y el resto. En el grupo de las Follables echamos todo aquello que creemos se puede despatarrar y sobre lo que podemos pujar mientras nos apuramos para acabar pronto y volver a nuestros asuntos, que aquello que otras llaman amor para nosotros no es nada más que sexo. La idea es tan básica y simple que abarca un infinito de mujeres. Dentro de las Follables tenemos flacas y esbeltas, gordas rechonchas, sudorosas malhechas y preciosidades de revista porno. Todas en una única categoría porque cuando apagas la luz y te lanzas sobre ella, lo verdaderamente importante es que sea Follable, lo demás es intrascendente o al menos no en esos cinco minutos de faena.
Las mujeres se empapan todos esos programas de televisión y se llegan a creer que nosotros las juzgamos por como visten o como se maquillan. Deberían mirar a su alrededor y se darían cuenta que hembras de todo tipo y aspecto han triunfado y han conseguido un macho que pasear a su lado y con el que han engendrado esos vástagos que tanto las entretenien. Si se les ocurriera preguntarse como es eso posible, es porque para nosotros todas son Follables y si hiciéramos caso de lo que nos cuentan los gurús de la moda y la sociedad, un cinco por ciento estaría fornicando y el resto tendríamos que machacarla con dos piedras por falta de material.
Vas por la calle con los amigos y solo ves tías Follables a tu alrededor y aunque las más guapas sean las que despiertan un mayor número de silbidos y piropos todos saben que al final por un poco de bigote o de pelillos aquí o allá no te vas a quedar a dos velas y si hay algo de grasa animal extra pues mejor, que así se agarra más fácil. ¿Cuántas top-model existen? Unos pocos millares, ¿y qué tienen todas en común? que parecen esqueletos andantes, que con el maquillaje y el milagro del Photoshop se les ve espléndidas en las revistas y en la tele pero cuando están en su casa por la mañana parecen extras de la película La lista de Schindler y esas tías viven amargadas y se vuelven jacosas perdidas porque mucha fama pero también mucha hambre y miseria y mucha chavala entrada en carne mojando la almeja en una salchicha distinta cada día.
Así que si eres mujer y lees esto, que sepas que los hombres son máquinas binarias, con dos estados posibles: o eres Follable o no lo eres y una gran mayoría lo sois pero años de televisión basura y revistas mierdosas os han hecho creer que estáis en el grupo equivocado. Si eres hombre, tú a lo tuyo sin prisa pero sin pausa, que nunca se sabe si mañana será otro día …
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