Mientras decido la nueva serie de fotos vayamos con una tanda de flores que siempre se agradecen. A menos que alguien me corrija yo diría que hoy tenemos un campo de flores de lavanda con su maravilloso aroma característico.
La foto fue tomada en la visita al Keukenhof de este año, que no solo de tulipanes vive el hombre.
Justo a la hora en la que sale publicada esta anotación se apagan las luces del estadio Amsterdam Arena y la reina, la única, la indiscutible diosa de la música POP sube al escenario a regalarnos dos horas de espectáculo.
Si vuelvo a casa lo suficientemente calmado intentaré escribir algo sobre el concierto pero si no, rabiad de envidia mirando las entradas.
Ya he vuelto a perder la comba. Al menos esta vez son solo tres semanas y puedo remediarlo sin más problemas. Como sé que muchos leen este pequeño resumen y con eso ya se dan por satisfechos, decir que ya he comenzado en mi nuevo puesto pese a La maldición del Maligno que trató de impedirlo por todos los medios. Esta primera semana no ha estado libre de sobresaltos pero pese a todo he sobrevivido. La semana anterior estuve en Gran Canaria como ya avisé en un Telegrama. Conté el viaje de ida en un Minueto aéreo y el de vuelta en Todos los viajes son diferentes. Hubo incluso algo de tiempo para rezar algo por estas tierras, porque yo Creo, aunque haya veces que parezca que no. También tuve un par de encontronazos con mi bicicleta, hay veces que te dan ganas de gritarle a la gente ¡Espabila totorota! para haber si así les llega algo de sangre al cabezón. Entre las cosas que me llamaron la atención en la playa durante mis vacaciones destacar Gitanus Supremus y una vez ya con la rutina del trabajo en marcha tuve uno de esos días tontos que acaban produciendo Un poquito de nada. Me han cambiado el teléfono móvil, como sucede cada año y el nuevo se pudo ver en El telefonino. Para acabar, una de esas experiencias gratificantes mientras viajaba en tren con un musulman llamada Puto terrorista moro.
Además de hablar de mí o sobre mí, algo perfectamente natural dada mi tendencia a creer que el universo e incluso el mundo gira a mi alrededor, también hubo un montón de fotografías, como suele ser habitual. Continué con la serie de Gran Canaria en donde se publicaron las siguientes Fotos. Callejones en el barrio de Vegueta, Casa de Colón, Plaza de las Ranas, Playa de las Canteras, Catedral de Las Palmas, Plaza de Santa Ana, Desde la catedral, Canes en la plaza de Santa Ana, Calle en Vegueta, Oficina de Turismo en el parque Santa Catalina,Lolita Pluma, Edificio Elder y Hotel don Juan e Interconectador desde el Muelle. Al final han quedado agrupadas en el Álbum de fotos de Gran Canaria y he aprovechado para actualizar el álbum de fotos del Koninginnedag, con las fotos de este año. Hubo unas cuantas fotos más pertenecientes al club de las 500. Fueron: Tulipan en el club de las 500, Hombre meando en el club de las 500, Molino de viento en el club de las 500 y Disparo de huevos en el club de las 500.
Las Historias veraniegas se vieron representadas por Zorra de mierda, Invasión y Sombras en la noche. Como siempre, temas variados.
Hubo algo de Cine con una excelente película mexicana llamada Noticias Lejanas, una película canadiense también maravillosa llamada C.R.A.Z.Y. y finalmente algo de buen cine español en Días azules.
No hubo muchos Desvaríos pero los dos que se publicaron seguro que dejan huella a quienes los lean. Se trata de Marcha atrás y Así te pudras mamona, este último celebrando la muerte de una hijaputa que fue profesora mía en la universidad.
Y esto ha sido todo. He actualizado mi lista británica de amazon y he añadido varios libros que me apetece leer por si alguien se quiere enrollar y regalarme alguno. Tienen los enlaces a dichas listas a continuación:
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Pese a los palos que me llevo y los malos rollos que da nuestro cine, sigo teniendo fe y en mis visitas a España siempre intento ver algo de cine patrio. En esta última ocasión pude ver Días azules, una película que habla de la amistad, de los hermanos y de la familia.
Siguiendo el tradicional formato de estas anotaciones paso a relatar el asunto. Tres hermanos julays de capital van a un villorrio gallego a pasar las vacaciones. Uno es un crápula follador de menores, otro es un follador a secas con novia a la que ha convertido en una vitorina de la cornamenta que le ha puesto y el tercer hermano es el tonto del culo romántico que acabará con el culo roto de tanto soñar en el amor verdadero. Los hermanos venden la casa de papuchi y en esos últimos días en el villorrio se dedicarán a romper telillas y comer almejas frescas. Algo cambiará sus vidas para siempre y ocho años más tarde se reencontrarán allí con sus mundos alterados e intentando recuperar el tiempo perdido. En ese reencuentro comprenderán que pese a todo se quieren y que no hay nada mejor que el sexo en familia. Terminarán alimentando por vía oral a una Jenny del pueblo y regalándole tres biberones completos de rica leche fresca.
El cine español asusta. Habitualmente les gusta hablar de la guerra civil o de esos tostones financiados con dinero público que satisfacen las neuras de un hijodeputa también llamado director. Encontrar una historia sencilla y efectiva es casi un milagro y eso es lo que tenemos aquí. ¡Aleluya! ¡Albricias! Un buen guión, unos actores fantásticos y un montón de sentimientos cruzando la pantalla y golpeando a los espectadores. Esta es una historia casi intimista, tres hermanos que han de hacer frente a la ola de la vida y abandonar su facilón mundo de sexo, copas y rock & roll. Los tres son muy distintos y esperan cosas diferentes de sus futuros. Ninguno llegará a realizar lo que quería y ocho años más tarde cuando entierran a su madre cerrarán heridas abiertas mucho tiempo atrás y buscarán un nuevo comienzo. El tiempo no perdona pero el amor lo puede todo y los vínculos entre ellos son muy fuertes. A veces nada es lo que parece.
Me ha encantado ver como se puede desarrollar de una forma inteligente una historia sencilla, ver como te puedes creer unos personajes e identificarte con alguno de ellos. He disfrutado con las escenas en los pubs porque es de esa forma como suceden las cosas cuando sales de marcha con los amigos y terminamos viviendo las mismas cosas que ellos. Hay momentos en los que no he parado de reírme y otros en los que me hubiera gustado allí con ellos. Las películas que juegan con los vínculos de amistad son muchas pero las que consiguen de verdad llegar a tocarte el corazón y hacerte anhelar el conocer a esa gente son muy pocas y esta es una de ellas.
Desconocía completamente al trío protagonista y he de decir que espero volverlos a ver haciendo más cine. Es carne fresca en este mundillo donde se repiten siempre los mismos. El duelo entre los tres es constante, parecen competir para ver quien da la mejor interpretación y la historia se beneficia e este duelo.
Hay muy poco más que contar. Seguro que aún la puedes encontrar en un cine cercano a tu casa así que agarra a la chorba o a un exquisito grupo de colegas, compra tu cubo grande de palomitas de maíz, vístete de domingo y disfruta con una buena historia.
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