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  • Día 1. Nos vemos en Praga

    12 de agosto de 2005

    Praga Julio 2005
    Mis memorias de Praga comienzan entre tinieblas y sueño. Levantarse a las cinco de la mañana es algo que no sienta nada bien. Ya he hablado del viaje así que iré directamente al grano. Digamos que he llegado al aeropuerto de la ciudad y que gracias a mi guía Lonely Planet, estoy muy puesto en todo lo relativo al villorrio. Busco el mostrador de la empresa de transporte público y me compro un bono para tres días de transporte ilimitado. Mientras hacía la cola pude ver como un montón de españoles eran timados miserablemente. Hay dos compañías vendiendo esos billetes. La buena es la empresa que regula el transporte en autobús, metro y tranvía. La mala es una que sólo te vende un servicio de autobús al centro. No sólo vale más caro sino que una vez estés allí tendrás que usar el transporte público y por tanto pagar. Eso lo sabíamos todos salvo los de la piel de toro, que demostraban una ignorancia que rozaba el escándalo.

    Cogí la guagua que me llevaría al metro junto con otro montón de turistas. Fuimos apelotonados hasta la puerta del metro y allí nos lanzamos escaleras abajo. En estos casos lo mejor es seguir a la plebe, aunque como la línea terminaba allí, era algo bastante sencillo. Me llamó la atención lo limpios y nuevos que se veían los vagones, sin grafittis, sin suciedad aparente. Lo mismo he de decir de las estaciones. En un punto tenía que hacer transbordo a otra línea. Salí, encontré los nuevos andenes y después de un estudio profundo del tema averigüé cual era el sentido que debía tomar. Esa segunda línea me llevó a la estación central de trenes, llamada Hlavní Nádraží. Allí debía coger un tranvía que me llevaría junto al hostal.

    Mi capacidad para orientarme es legendaria. Todos mis amigos saben que si yo soy el guía, al menos caminaremos como cabras y conoceremos el sitio porque estaremos perdidos todo el tiempo, o medianamente perdidos. El tranvía debía encontrarse cerca de la estación, pero por supuesto, cogí la ruta equivocada y tras andar medio kilómetro decidí volver al punto de partida. Me fijé en la gente y al seguirlas, encontré la dichosa parada, la cual tendría que haber visto cuando salí. Una vez allí tenía que decidir cual era el sentido correcto. No es fácil. Estuve tentado de preguntar pero los gitanos rumanos no me inspiraban confianza. En mi guía ya hablaban de ellos, pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Los españoles tienden a quejarse mucho de los gitanos, pero los nuestros son limpios y educados en comparación con los de aquella ciudad. La raña parecía haberse convertido en parte de su piel y sus dientes negros y amarillos intimidaban a cualquiera. Fijándome bien encontré la pauta al sistema de indicaciones y me encaminé hacia el hostal. Encontrarlo no fue difícil. Me habían enviado un correo explicándome el camino y con esas instrucciones fue suficiente. Yo me esperaba ser recibido por una checa espectacular, una diosa de facciones hermosas y manos de ángel, que para algo decían que la dueña del lugar daba masajes tailandeses. La que me recibió era una prima del muñeco michelín, redonda, sudorosa y carnosa. Ella misma me contó que los dueños no estaban en la ciudad ese fin de semana y que por ser amiga les estaba haciendo el favor y encargándose del lugar. Me llevó a la habitación y me tanteó sobre cuantos y de qué sexo. Cuando le dije que éramos dos amigos retrocedió y me asignó una nueva habitación. Por lo que se ve pretendía meternos en una cama de matrimonio, a pesar de que en la reserva elegí una habitación con dos camas. Tras marcharse, me organicé, dejé la mochila, agarré la cámara y el libro y me fui al centro.

    Starom?stské nám?stí - Plaza del casco viejoTenía poco más de dos horas hasta que Kike llegara a la ciudad, tiempo más que suficiente para encontrar los caminos a los lugares más relevantes. Armado de mi guía hice la ruta inversa y conseguí encontrar la estación Starom?stská, la cual me debía dejar bastante cerca del centro. Seguí las indicaciones que encontré en la estación y casi sin problemas fui a parar a Starom?stské nám?stí, o la vieja plaza del casco antiguo. Después de deambular un rato por el lugar y disfrutar del solito que Dios nos ha negado en Holanda este verano, viendo que aún tenía tiempo decidí ir hacia el puente de San Carlos. Miré mi mapa y basándome en mis soberbias dotes de orientación me eché a andar. Supuestamente estaba como a medio kilómetro, así que cuando llevaba andados dos kilómetros decidí que había cometido un error.

    Como estas cosas me suceden todos los días no me asusto ni pierdo los papeles. Encontré una esquina con nombre, busqué en el plano y descubrí el punto en el que había terminado. Karl?v most - Puente de San CarlosComo estaba cerca del río Moldava aunque bastante más al norte de donde debía haber ido opté por seguir la rambla que delimita dicho río y de esta forma no jugármela de nuevo. Tras una señora caminata acabé llegando al puente de San Carlos o Karlúv most. Paseé por el mismo, me paré a escuchar la música que varias bandas tocaban, admiré las vistas del castillo desde allí y al mirar la hora vi que ya tenía que ir hacia la estación.

    Busqué mi teléfono y ¡mierda! Me lo había dejado. Empecé a recordar el punto exacto en el que lo había usado por última vez. De alguna forma no tenía conciencia de haberlo tocado en todo el día, así que era posible que lo hubiera dejado en Holanda. Se me hizo un nudo del tamaño de una manzana en la garganta. Por desidia, dejadez y gandulismo no había apuntado el teléfono de Kike. Con todas las señales de alarma sonando me fui a la estación de tren. Supuestamente él llegaba a las tres menos cuarto. Lo primero que hice fue tratar de averiguar el anden por el que llegaba. Fue imposible. Los paneles sólo indicaban las salidas y no las llegadas. Al final, en uno de los andenes encontré un papel que indicaba horarios de llegadas. La siguiente mala noticia es que a la misma hora llegaban tres trenes. No tenía ni idea de cual debía ser. Para hacerlo más difícil, cada anden tenía tres bajadas hacia los pasadizos subterráneos y estos tenían salidas por ambos lados. O sea, un desastre. Me puse en el punto de encuentro cruzando los dedos. A las tres decidí que o bien había llegado y estaba en otro lado o había perdido el tren. Como una hora más tarde volvían a llegar tres trenes de los mismos sitios, me quedé esperando. Paseé por la estación mirando por si me lo encontraba, aunque sin suerte. Habían cuatro policías equipados para repeler un ataque terrorista que patrullaban tanto como yo y que estaban medio mosqueados por verme rastreando anden tras anden, pasadizo tras pasadizo, en busca de algo desconocido. La verdad es que lo pasé un poco mal.

    Maquiné un plan alternativo buscando un ciber café y enviando un correo a Kike, aunque decidí llevarlo a cabo más tarde. cuando llegaron los siguientes trenes volví a apostarme en el punto de encuentro y de nuevo no apareció. El pánico recorría las paredes del estómago a velocidad crucero. Mi monstruoso cabezón seguía dándole vueltas al asunto y finalmente me acordé que había dejado el móvil en la chaqueta, en el hostal. Salí corriendo para allá y nada más entrar, encendí el puto trasto diabólico. Me llegaron inmediatamente dos mensajes avisándome que llegaría dos horas tardes por haber perdido el tren. Mi suspiro de alivio se pudo escuchar con claridad en toda la ciudad. Como faltaban quince minutos, volví a la estación. En esta ocasión tuve suerte y sólo llegaba un tren a esa hora. Esperé en el anden y finalmente nos encontramos.

    Hasta ese instante nuestra amistad había circulado siempre por las líneas de banda ancha. Era la primera vez que nos veíamos. Nos dimos el abrazo de rigor y de esa forma sellamos nuestra amistad. Ni tuve ni tengo ninguna duda de que Kike y Yo seríamos y seremos grandes amigos. Salimos de la estación contándonos nuestras respectivas aventuras hasta ese momento y respirando aliviados. Al contrario que Yo, que viajaba con una mochila pequeña, el hombre parecía más cargado que una mula, aunque claro, estaba recorriendo Europa y hay que ir equipado. Fuimos al hostal y dejamos los bártulos. Después decidimos volver al centro y pasear por la zona, algo fácil y que no pondría en evidencia mis facultades para la orientación.

    Starom?stská radnice - Reloj astronómicoEn la Plaza del casco viejo vimos al reloj astronómico dar la hora. Deambulamos sin rumbo fijo, buscamos el puente de San Carlos, algo trivial ahora que sabía por done no ir y por la tarde acabamos paseando por las calles del barrio judío. Para cenar optamos por un restaurante de comida checa llamado Kolkovna. Ambos nos pedimos un plato que parecía ser un popurrí de lo más típico del país. Una hora más tarde seguíamos esperando por la comida mientras la gente a nuestro alrededor que había llegado más tarde ya estaba terminando de comer. Nunca supimos la razón, pero cuando llegó la comida, eran unos pedazos de fuentes con una animalada de comida para cada uno. Visto que Kike llevaba ya diez días cruzando Europa, al menos esos tres días me aseguré de que comiera decentemente. Salimos de allí en plan naranjito, redondos como bolas de billar de tanta pitanza. La comida fueron más de dos horas creo yo, entre la espera por el plato, la operación para engullir todo aquello y la espera para pagar y marcharnos, que también les tomó lo suyo a los camareros.

    Después creo que nos tomamos una cerveza y acabamos volviendo temprano al hostal, que ambos estábamos en planta desde las cinco y tampoco era plan. Todo el tiempo que pasamos desde que nos encontramos lo pasamos hablando, poniéndonos al día de nuestras respectivas vidas. Así fue el primer día en Praga.

    Este relato continúa en Día 2 – El Castillo de Praga y un millón de escalones.

  • Un par de tetas

    12 de agosto de 2005
    Un par de tetas

    Un par de tetas, originally uploaded by sulaco_rm.

    Una vez hemos acabado con Praga, nos bajamos a las Bragas y disfrutaremos de un nuevo ciclo de fotografías más insubstanciales y definitivamente zafias y vulgares. Esta faceta de fotolog entremezclado en la bitácora se ha asentado y parece que durará un tiempo, a pesar de las quejas de algunos y de los silencios de otros.

    Hoy comenzamos con las fotos que hice el sábado en el Amsterdam Gay Parade. Llevo cinco años en Holanda y sólo en dos ocasiones incluyendo esta he acudido como espectador a dicho evento. La vez anterior fue en el 2002 con unos amigos que estaban pasando su luna de miel por estas tierras. Recuerdo que aquella vez mi colega triunfó y todas las reinonas se querían hacer fotos con él despreciando a su esposa y a un servidor, que yo siempre he sido como esos cachos de carne que la gente lleva con ellos y que tampoco bailan.

    Aunque no debería justificarlo lo haré que me conozco el patio y seguro que algunos van a empezar a darme la vara en los comentarios, la causa por la que fui este año fue totalmente colateral. Gracias a estas lluvias perennes que disfrutamos este verano pasado por agua y combinado con las vacaciones del núcleo duro de mis amigos, me vi abocado a pasar el sábado encerrado en casa o irme al cine. Opté por el empacho cinematográfico y me organicé una sesión doble en Ámsterdam. Cuando llegué a la ciudad la noté más concurrida que de costumbre y cerca del cine me topé con la cabalgata acuática conocida como Ámsterdam Gay Parade. Aproveché y me harté a hacer fotos. Entre las dos películas también tenía cerca de una hora y media y seguí haciendo fotos.

    Lo que más me llamó la atención es la comercialización que ha sufrido dicha cabalgata. De lo que se trata es de promocionar empresas, sabedores que un millón y medio de personas están disfrutando del espectáculo. Así que ahora le podrían cambiar el nombre y llamarlo de otra forma, ya que es de todo menos gay parade.

    [Nota: La siguiente sección debería ser leída de un tirón y con el mismo chorro de aire, a gran velocidad. Respirad hondo y empezad en donde comienza el texto en cursiva]La fauna era muy variada. Habían hetero de sexuales, derechos, torcidas incluyendo tortilleras, bolleras, lesbianas, machorras, putones, zorrones, furcias, perras, ninfómanas y calientapollas. Habían también torcidos que incluían mariquitas, mariconas, reinonas, julandrones, bujarrones, putos, chulos, pajeros, metrosexuales e incluso homosexuales, así que como podéis ver, toda la fauna del Reino del Señor estaba bien representada.

    Esta primera foto es de una muñeca enorme y en tetas que dudo mucho levantara la libido de los participantes del reverso julandroso. Si os fijáis en la parte de abajo veréis que hay un chico y una chica lo cual os ayudará a determinar el tamaño de semejante hembra plastificada y rellena de aire.

    Una de mis fotos apareció en la página holandesa de la Organización No Gubernamental Amnistía Internacional. Es el tipo de cosas que te sube una jartada el ego, aunque en mi caso, estando como estoy en máximos históricos no se ha notado el incremento de volumen.

    Hay más información sobre Amsterdam en la anotación Guía para el turismo en Amsterdam y Holanda y también puedes ver el Álbum de fotos de Amsterdam

    Technorati Tags: Amsterdam, viajes

  • Enhorabuena a los premiados

    11 de agosto de 2005

    Ya lo dijo María von der Monkeys hace unas semanas y pronto será realidad. No tuve que pensarlo mucho porque Dios no me ha dado paciencia ni capacidades intelectuales avanzadas, así que haciendo uso y abuso de mis poderes descerebrados he decidido premiar en la medida de lo posible y de mi actualmente extenuada economía a todos los que ofrecieron sus plumas y tomaron parte en ese pequeño juego que ha sido Sulaco tiene quien le escriba.

    Como mi ego es casi tan grande como el jardín de la casa que me he comprado y que me ata a estas arenas nórdicas al menos por unos años, he tratado de buscar el reverso zarrapastroso de los premios y creo que he dado con los adecuados. A la vez que premiados, todos y cada uno se convertirán en embajadores de esta página en esos mundos del Dios de los cristianos.

    Me corro de gusto al anunciar que Kike, Inés, Emo, Bleuge, María von der Monkeys, Yumiko y Erre han ganado una fantástica camiseta de distorsiones.com

    En mi próxima visita al país buscaré un lugar en el que las hagan y juro y prometo que se las enviaré a cada uno de los agraciados. El logo que creo que triunfará es el azul que solía aparecer en la versión anterior o quizás el verde actual, sólo que en lugar del nombre aparecerá distorsiones.com.

    Para evitar disgustos necesito saber las tallas de las camisetas de cada uno de los premiados. Algunos ya me han mandado por correo sus preferencias y a los que se acaban de enterar les ruego se pongan en contacto conmigo para indicarme dicho dato.

    Y para aquellos que ahora se muerden las uñas de los pies de rabia, os invito a que leáis las aportaciones de cada uno de los premiados, en estricto orden de publicación:
    – Kike escribe sobre Sulaco
    – Inés escribe sobre Sulaco
    – Emo escribe sobre Sulaco
    – Bleuge escribe sobre Sulaco
    – María von der Monkeys escribe sobre Sulaco
    – Yumiko escribe sobre Sulaco
    – Erre escribe sobre Sulaco

  • Álbum de fotos de Praga

    11 de agosto de 2005
    Kostel sv Mikuláše - Iglesia de San Nicolás

    Como en ocasiones anteriores, he agrupado todas las fotos que han aparecido en la bitácora sobre Praga en éste álbum. Haciendo clic en cada una de ellas iréis a la entrada correspondiente en donde además de poder verla en un tamaño mayor podréis leer pequeñas historias sobre los sitios que he retratado y algunas curiosidades sobre la ciudad. Si quieres leer el relato del viaje comienza en Día 1. Nos vemos en Praga.

    Kostel sv Mikuláše - Iglesia de San NicolásBazilika sv Ji?í - Basílica de San JorgeZlatá Uli?ka - Callejón del oroKarl?v most - Puente de San Carlos
    Molino de agua en la isla KampaEscaleras del metroPražský Hrad - Castillo de Praga de nocheVladislavský sál - Salón de Vladislav
    Starom?stské nám?stí - Plaza del casco viejoPražský Hrad - Castillo de PragaStarom?stská radnice - Reloj astronómicoRío Moldava y puente de San Carlos
    Río Moldava desde la Gran TorrePuente de San Carlos - Karl?v mostEl otro lado del puente de San Carlos ? Karl?v mostEstación Muzeum
    Starom?stský orloj ? Reloj astronómicoFrente al Starom?stský orlojStarom?stská radnice - El viejo ayuntamientoKostel svatého Mikuláše - Iglesia de San Nicolás
    Katedrála Svatého Víta - Catedral de San VitoVladislavský sál ? Salón de VladislavEntrada al castillo de PragaEl centro de Praga
    Castillo de Praga desde Pet?ínCastillo de Praga desde el Strahovský klášterIglesia Strahov - Basílica de la Asunción de Nuestra SeñoraLoreta na Hrad?anech - Loreto en Praga
    Kostel svatého Mikuláše - Iglesia de San NicolásInterior de la Iglesia de San Nicolás en Malá StranaNárodní muzeum - Museo Nacional y Plaza de WenceslaoPlaza de Wenceslao
    Edificio en Poho?elecPomník ob?tem komunismu - Monumento a las víctimas del comunismoVista de Praga desde el castilloTocando huevos en Praga
    El tranvía café
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