Distorsiones

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  • 3. Lugareños der Dani

    4 de julio de 2005

    Ya sé que es muy cómodo saltar en el vagón de cola y disfrutar de la llegada a la estación, pero la ley de la infra-intelectualidad me obliga a informarte que el camino que lleva a esta historia comenzó en todos queremos ser como er Dani y continuó en conozcamos ar Dani. Hay incluso un previo en el que se aventuraba un poco de qué iba la cosa en el camino hacia er Dani.

    Nos habíamos quedando cruzando el umbral del local, atravesando la nube tóxica que nos llevaba a ese fantástico mundo habitado por seres de leyenda. El nivel de ruido allí dentro te forzaba a hablar gritando. A un lado, un conjunto de máquinas tragaperras y de tabaco competían entre ellas para atraer la atención de la gente con música pachanguera y ruidos supuestamente divertidos. Al fondo del local se abría un gran salón, supuesta zona para las mesas del restaurante y que estaba llena de algo que nunca pensé encontrar allí. Mis ojos se abrieron como chapas de botellón tratando de corroborar las señales que llegaban directamente a mi cerebro. Había algo anómalo en aquel lugar, algo fuera de lugar. Mientras que en el bar estaba la gente que uno espera encontrar en ese tipo de sitios, el salón del fondo estaba lleno de mujeres. No me lo podía creer. Las había de todas las edades y formas, aunque todas mayores de treinta tacos o menores de quince. Gritaban y se sentaban en las mesas. Había niñas acompañadas de sus madres y sus abuelas, que repartían cogotazos a diestro y siniestro cuando las chavalas se distraían. A veces pasaba una fémina a nuestro lado y después de saludar a todos los machos y ser convenientemente catalogada y etiquetada continuaba hacia el fondo. Aquello era un Bingo de barrio. Entre la bulla se podían oir expresiones como «los dos patitos«, «la niña bonita«, «el comémelo todo» que claramente referenciaban números, despertando recuerdos de mi niñez, cuando en el camping de Tauro se montaban timbas similares los domingos por la tarde. El bingo estaba en su apogeo. Tras un rato en el que mi atención volaba continuamente hacia aquel lugar en el que mujeres entradas en carnes y escasas en dignidad perreaban por conseguir algo de dinero, se oyó claramente un grito desgarrador: línea, gritó una. Tras el instante de silencio inicial, similar al ruido que se produce en el preciso momento en que un PC es reseteado y su ventilador se detiene al transitar desde una vida hacia la siguiente, tras ese momento se oyeron los gritos de las otras insultando y vengándose verbalmente de su suerte. Una banda de mujeres jugando al bingo es una jauría aterradora que no se detendrá ante nada. En el lugar en el que aquellas hembras se despiporraban y entregaban a semejante vicio no habían hombres. Ni un sólo macho en aquel corral. Esto se explica fácilmente. Quiero que mis lectores masculinos penséis en la última vez que jugasteis al bingo. Si todo va bien fue cuando érais niños. Si algo va mal, ha sido ya de adultos. Para esos lectores que se encuadran entre los que han jugado de adultos, quiero que sepáis que no pasa nada porque lo reconozcáis y que aunque la Iglesia y otros colectivos os tratan de demonizar, yo desde estas líneas os doy todo mi apoyo moral.

    Estuve tentado de quedarme allí contemplado aquella escena tan enternecedora, con todas esas mujeres gritando y clavándose puñales con los ojos con su insana envidia. Mi amigo Sergio, servicial como siempre, recuperó mi atención y la devolvió hacia el escenario principal. Mientras disfrutaba del chocherio ludópata, er Dani se había metido en la barra y había mandado a su hermana a servirnos. Alguna mente perpicaz se preguntará como puedo saber que era su hermana y a esa mente le responderé que él nos lo dijo. Ella llegó y mis fatigados ojos, sometidos al fuego intenso del humo que nublaba el ambiente y que comenzaban a tornarse rojos como reacción protectora, mis ojos se agrandaron aún más. Estábamos ante un portento de la naturaleza. La Carmen, nombre por el que conoceremos a la susodicha, rebosaba carnes por todos y cada uno de sus poros. Era una masa de complexión más bien fofa que se arrastraba pesadamente por detrás de la barra, guiada por los michelines que la sujetaban a la misma y que impedían que desviara su trayectoria. La Carmen tiene pinta de ser joven, posiblemente por debajo de los veinte, pero también sé que ha comido mucho más de lo que yo podré en toda mi vida. Toda esa comida, disfrutada bocado a bocado ha conseguido encontrar hogar en su cuerpo, que se ha convertido en un gran silo en el que cientos de filetes, miles de pollos y millones de judías y garbanzos han hayado el asilo que tanto añoraban. La cara de la chica se ha redondeado hasta emular la esfera perfecta. Sus ojos, hundidos ante tanta grasa, te miran con la sabiduría que da el saber que su cuerpo hace una digestión perenne. La ropa de la Carmen era holgada, al menos en un cuerpo de figurín, porque en el de ella se veía aplastada por toda esa grasa y estaba sometida a presiones descomunales. Su pantalón de chándal, típico recurso de la gente de bocado fácil, desplegaba un culo con una superficie mayor que la de alguno de esos nuevos micro-pisos que se están construyendo en España. Sus manos no tenían dedos. Aquello eran barras de pan móviles. Esas mismas manos agarraron dos vasos, los llenaron de cerveza y los pusieron frente a nosotros. Yo no podía quitar ojo de esas uñas, semi-enterradas entre tanta carne y pintadas con variados motivos. Mi amigo Sergio, a mi lado, observaba con satisfacción mis reacciones ante lo que a todas luces era un lugar que no puede pertenecer a nuestro tiempo.

    Yo estaba como un niño con zapatos nuevos, mirando hacia todos lados, tratando de quemar con fuego indeleble esas imágenes en mi cerebro para poder contarlo más tarde. Toda mi educación, todos los años de formación con los mejores maestros, todas esas lecciones aprendidas con sangre culminaban en ese instante, en ese bar, en algún lugar de Málaga. Era demasiado increíble para ser verdad. Er Dani seguía rebotando por todos lados, con su parloteo incesante y sus risas a destiempo. Agarré mi cerveza, me la llevé lentamente a mis labios y antes de beber el primer trago me dí cuenta que lo correcto era brindar por el chaval, que para algo era su cumpleaños. Alcé mi caña, lo miré a los ojos consiguiendo que su sempiterno movimiento aleatorio redujera su frecuencia y lancé mi dedicatoria: ¡Feliz cumpleaños chaval!

    Aquí termina este episodio de la que se me antoja eterna historia der Dani. Estad atentos para el próximo capítulo en el que conoceremos algunos de los contertulios del bar en conocidos der Dani

    .

  • La semana pasada en Distorsiones

    4 de julio de 2005

    Esta semana pasada han sucedido dos eventos muy importantes. El viernes pasado, a las 19.20 se cumplieron cinco años de mi llegada a Holanda y del comienzo de mi vida como expatriado. Esto quedó reflejado en  Cinco años de Distorsiones en la categoría de Sucesos extraordinarios. Aún recuerdo como muchos dudaban que aguantara más de unos meses en el extranjero y al final, he superado incluso mis propias expectativas. Cinco años son también los que cumple Distorsiones. ¿Os acordáis de los primeros correos en la lista de Yahoo? Esa misma lista es la que sigue enviándoos ese correo cada semana. La primera crónica desde esta tierra se llamó Misión: Imposible. Debo tener el correo en algún lugar.

    El otro suceso que aconteció la semana pasada fue el nacimiento de la versión 3.0 de  Distorsiones, versión que fue anunciada en Grandes cambios. En realidad no estaba previsto que sucediera hasta comienzos del año que viene, pero una mala actualización del CMS en el que corría la versión 2.1 lo precipitó todo. El sábado estaba tratando de instalar los últimos parches de seguridad al Xoops cuando se fue al traste. Entre recuperar desde mi último backup de la semana anterior o comenzar desde cero en un nuevo sistema, opté por lo último. Espero que os guste el nuevo diseño. Tiene colores veraniegos y la zona de navegación se encuentra ahora en el lado derecho. Aún me falta por recuperar las Grandes Historias de la otra página, pero todo se andará. Pude salvar todas las anotaciones y todos los comentarios de la versión anterior, así que no tenemos que lamentarnos de nada. No he revisado muy en serio la visibilidad con el Internet Explorer, así que no me extrañaría que algunas cosas no se vean bien con ese navegador. Tan poco me preocupa demasiado, puesto que espero que todos estéis ya usando el Firefox.

    Por supuesto se habló de Cine por estas tierras. Esta semana las películas fueron Guess Who – Adivina Quién y War of the Worlds – La guerra de los mundos. La primera es una comedia intrascendente y la segunda, pese a la acción y los espléndidos efectos especiales, te deja con un regusto amargo. Si estáis interesados en saber más tendréis que leer mis pensamientos al respecto.

    En cuanto a las Fotos, esta semana ha estado dedicada a Hilversum, la ciudad en la que vivo. Las anotaciones en mi bitácora han sido: Hilversum bajo mis ojos, Anna’s Hoeve, Iglesia de San Victor, Oude Haven y Atardecer en Hilversum, cada una de ellas acompañada por una espectacular fotografía. Además, he agrupado las fotos que tomé en el koninginnedag y ya tenemos un nuevo álbum de fotos, Fotos del Koninginnedag. Podéis encontrar un enlace a este álbum y al anterior en el menú de navegación de la parte lateral.

    Esta semana fue el cumpleaños de Atari y aproveché un poco para hablar de Tecnología y de aquellos maravillosos años en Fuimos soldados de Atari. Para la gente que sólo ha conocido los ordenadores personales actuales, no saben lo que se perdieron. Fueron tiempos geniales. Y por último, la legendaria saga de Desvaríos se ve enriquecida con dos nuevas entregas de las historias der Dani: Todos queremos ser como er Dani y Conozcamos ar Dani . Aquellos a los que pilla distraídos, deberían leerse primero El camino hacia er Dani.

    Y eso fue todo por Distorsiones. Como siempre, acabo recordándoos los enlaces a las páginas en las que podéis encontrar los regalos que me gustaría recibir. Puesto que es el quinto aniversario, es un momento perfecto para que os rasquéis el bolsillo:
    – Wishlist en Amazon UK
    – Wishlist en Amazon USA

  • War of the Worlds – La guerra de los mundos

    3 de julio de 2005

    AVISO: Si no has visto la peli, puede que diga cosas que no quieres saber, así que ojito con lo que lees

    Y finalmente llegó la gran película que llevaban meses anunciando. La esperada nueva adaptación de War of the Worlds o La guerra de los mundos, obra escrita por H.G. Wells, un escritor cuya obra ha sido llevada al cine en multitud de ocasiones, como se puede ver si miráis su ficha en imdB.

    Llevan meses bombardeándonos con un tráiler espectacular y esta es una de esas películas que tenemos que ver a cualquier precio. Así que reservamos entradas y nos metimos en una sala llena hasta la bandera. Lo primero que notas es la voz en off de Morgan Freeman contándote la historia. Este hombre impone hasta con la voz. Supongo que en español eso se ha perdido y habrán puesto a alguno de los de siempre. Una vez entras en la historia, notas enseguida que Steven Spielberg no se anda con chiquitas y que va a lo espectacular y a lo sangriento. Hay violencia del tipo que sólo se encuentra en las películas gores. Las escenas de gente muriendo de formas horrorosas se repiten continuamente. La gente muere una vez tras otra y Spielberg mantiene la cámara para que podamos disfrutar de esos momentos. En efectos, violencia y espectacularidad, esta película es soberbia. Todo lo que tiene de asombrosa en esos campos se pierde en el guión. Adaptaron la historia y trataron de darle un toque humano con el personaje de Tom Cruise y en cierta forma han fallado. Tom podrá ser un super-novio, un padrazo y todo lo que queráis, pero aquí está un poco sobrado de vueltas. Al menos comienza a asumir que no es un quinceañero y ya tiene hasta hijos adolescentes en las películas. Durante las dos horas que dura la cinta tendrá que luchar contra sus hijos, los aliens y el resto del mundo y todo eso sin que se le estropee el peinado, que ya tiene mérito y bajo la eficiente música de John Williams.

    Acompañando a Tom Cruise están una niña y un chaval (en la realidad un pureta de veintitantos) llamados Dakota Fanning y Justin Chatwin. A ninguno de los dos los recuerdo de películas anteriores. La chiquilla, en mi modesto entender lo hace mejor, gritando como una loca todo el tiempo y sacando a todo el mundo de sus casillas. La puta niña nació con un equipo de alta fidelidad en la garganta y lo usa a conciencia. Hay momentos en los que te dan ganas de que la pille uno de esos alienígenas y la mande a freir espárragos, aunque no tantas ganas como con su hermano, al que si que le hubiera dado un par de hostias en más de una ocasión. Junto a este trío, en la parte central de la película aparece Tim Robbins haciendo de un friki paranoico con el que eventualmente tratan de sobrevivir a la invasión.

    A pesar del dinero, a pesar de la super-estrella, de los mega-efectos especiales, del director, la película te deja un poco vacío y puedes preveer las cosas sin mucha dificultad, incluso si nunca antes has leido la novela, escuchado el programa de radio o visto alguna de las múltiples versiones para cine que se han hecho. Y cuando has visto el final y sabes que estás a punto de irte a casa, Steven Spielberg decide que es hora de cagarla hasta el fondo y joderte el final con uno de los segundos finales más chorra que recuerdo. Espero que eliminen esos tres o cuatro minutos en el montaje para DVD. A pesar de todo, es cine de espectáculo, de palomitas, de refresco grande y de ir con todos los amigotes a pasar un rato en una sala con un buen aire acondicionado. Si solo buscáis entretenimiento y no os paráis a pensar demasiado en lo que sucede en la película, entonces os gustará.
    gallifantegallifantegallifante

  • Fotos del Koninginnedag

    3 de julio de 2005

    Álbum de fotos de la celebración del Koninginnedag, el día de la reina, fiesta que tiene lugar cada 30 de Abril en toda Holanda.

    Barco de hombresLas otras reinasKoninginnedagDisparo de huevos en el Vondelpark
    Hombre meandoCondon manChica rubia en barcaReinas de Holanda
    Furia naranjaSoldados de la reinaMarea humanaEscupe a los alemanes
    Furia de hembras naranjasEquipo de patinadoresBarco naranjaEnhuevado
    Susurros en naranjaOrange CowboyKindervrijmarkt UtrechtVrijmarkt Utrecht
    Barca de festeros naranjasEl Oudegracht en Koninginnedag

    Y continuamos agrupando las fotos que han ido saliendo en los últimos meses en álbumes. En esta ocasión son las fotos del Koninginnedag, el día de la reina.

    Hay más información sobre Holanda en Visitar Holanda

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