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  • Hello, Love, Again

    28 de diciembre de 2024

    Esto es muy posible que sea una primerísima vez en el mejor blog sin premios en castellano. Una película filipina. Yo no recuerdo haber visto alguna anteriormente y haberla comentado aquí, pero vamos, si alguien se quiere escanear las miles y miles de pelis y demostrarme que me equivoco, que lo haga y lo disfrute. La fui a ver a Ámsterdam, aunque también la daban en Utrecht, porque me cuadraba en mi sesión múltiple. El cine se llenó hasta la bandera y de hecho, cancelaron otra peli sin muchos espectadores y abrieron otra sala que yo creo que también se llenó. La película se titula Hello, Love, Again y que yo sepa no se va a estrenar en España, ni con el flamboyante título de truscoluña no es nación ni con la traducción folclórica de Hola, amor, otra vez.

    Una julay encoñada de un panoli emigra a Canada, le pilla la pandemia podemita y truscolana y se acabó el chimpún.

    Tenemos que una chama enamorada hasta las trancas de su filipino, emigra a Canadá, en donde la engañan y tal y tal, pero ella sigue erre con erre para abrirse un futuro. Su macho la viene a ver, les pilla la pandemia truscolana y se queda allí atrapado y no le mola nada el frío o así y acaban peleados y él regresa a Asia. Después ella se echa un novio panoli y ya casi tiene reconocido su título de enfermera cuando el otro vuelve a Canadá y como que no quiere nada con ella o así, pero vamos, se pasan el día rozándose y finalmente se impondrá el amor, o la raza, o las dos cosas y serán inmigrantes filipinos en Canadá pero arre-quetequete-juntados, también porque la chama tuvo una idea y quizo ser la falsa esposa del otro para que le dieran la residencia o algo así y otra que le vio el micro-pene se lo quería robar y la denunció.

    Como el único no filipino en la sala, yo no me esperaba los gemidos, los gritos, los aplausos y la pasión que ponen viendo la película. También se reían con momentos en los que les salía el filipinglish y mezclaban los dos idiomas, que ya su lengua tiene un montón de palabras españolas e inglesas, con lo que aquello era un festival de idiomas en paralelo. La historia es romántica, pero personalmente creo que estiraron mucho lo de la pandemia y también el drama del regreso del chamo. La peli dura algo más de dos horas y para mí le podían haber quitado al menos treinta minutos y sería muchísimo más ágil. Al parecer esta es la segunda parte, en la primera se supone que habían emigrado a Hong Kong. Los personajes secundarios son muy flojitos, no tienen sustancia, pero vamos, al resto de los espectadores no les importaba para nada. Mi conclusión es que este es un producto hecho para filipinos, tanto en su tierra como los emigrantes y ellos parecen disfrutarla.

    Podría matar de espanto a los miembros del Clan de los Orcos y posiblemente también a los sub-intelectuales con GafaPasta.

  • Día 2 – Fulidhoo – Fulidhoo Corner 1

    27 de diciembre de 2024

    Para la segunda inmersión, regresamos al Puerto de Fulidhoo, algo que no suele ser habitual en esta compañía, ya que por la mañana suelen hacer dos inmersiones sin regresar a la isla, pero ese día al parecer había muchos clientes que se querían unir a la segunda pero no querían hacer la primera y viceversa. Esta es otra inmersión que despacharemos con dos vídeos, así que hoy venimos a tener la primera mitad. La música que acompaña este  vídeo es la canción Rules de Shakira, que la pobre en su día chingó con un truscolán que la apulañó por la espalda, algo habitual entre esa miasma y chusma.

    Esta es una pared, como la anterior inmersión. Al inicio del vídeo ya lo vemos y también vemos que muchos van por debajo de mí, que la gente siempre quiere tirar pa’bajo con la esperanza de ver más, pero lo cierto es que entre los quince y los veinte metros está el punto dulce y por debajo de eso, a menos que sea un lugar específico, suele servir únicamente para consumir más aire y salir a la superficie antes, que ya a veinte metros estás con tres atmósfera de compresión y el aire enriquecido del tanque se consume con más velocidad. En caso de no haberlo dicho, todas las inmersiones que hice en Fulidhoo fueron con aire enriquecido y siguiendo la normativa, antes de cada inmersión se comprueba tu botella, para que de ser necesario ajustes los valores en tu ordenador de buceo. Como los compresores suelen ser muy estables, una vez ajustas en la primera inmersión, en las demás es básicamente una comprobación de seguridad. Avanzamos junto a la pared y es muy similar a la primera inmersión. Cerca del primer minuto pasamos junto a una planta gigantesca que miramos por si había algo diminuto por allí, que puede suceder y ha sucedido. Si os fijáis, hay una pava que lleva la botella en un costado, por problemas de espalda o algo así, nos dijo, aunque las teorías entre los que tomaban el sol entre inmersiones es que es más gandula que un podemita y que con esa excusa, la deja en el agua y la tienen que subir los de la empresa. Pasado el segundo minuto, por delante, vemos un pez Napoleón grandísimo. En las Maldivas son bastante amigables, en Indonesia, huyen de los humanos en cuanto los ven, así que supongo que por allí se los comen y han aprendido a base de palos. Decir también que en estos buceo en las Maldivas iba siempre en bañador y con una camisola protectora contra rayos solares, podemitas, suciolistas y truscolanes, que el agua está a casi treinta grados. Es un gustazo porque como los peces, cuando quieres, te echas el pis y no tienes la angustia de los que salen y se tienen que quitar a toda prisa el neopreno porque se están meando. Pasado el tercer minuto ya vemos el Napoleón bien, que por fin habíamos llegado a su altura. Con él acaba la inmersión.

  • La maldición amarilla, cuarto día

    26 de diciembre de 2024

    Por fin llegamos al último día del castigo divino con los dos amarillos del país del sol caguiente y también mi último día de oficina antes de comenzar a trabajar remotamente, ya fuera desde mi keli en los Países Bajos como desde Gran Canaria. Tenía los dos bossche bollen que compré del día anterior, que son más grandes que pelotas de tenis, están llenos de una nata montada maciza, no la mielda esa que tanto se usa en España y que viene en botes con algún tipo de gas, no, esta es de la buena, es pesada, es densa y en las cantidades que tiene cada dulce, combinadas con el chocolate del bollo y el gigantesco bollo, es el equivalente de una comida entera para quince muertos de hambre. Llegué a la oficina antes que mi jefe y los amarillos y cuando estos aparecieron, les regalé los bollos, indicándole que era una necesidad imperiosa y urgente que se los coman de un tirón, les puse dos platos, un bollo a cada uno y les deseé suerte. Para cuando llegaron al final, lloraban a moco tendido y ya habían perdido parte de la inconsciencia y no sabían si estaban en el purgatorio o en el infierno o quizás en un sitio peor, en ese que se conoce como truscoluña, que no es nación. Mi jefe llegó muy tarde, ya no podía detener el acto y sabía que tenía como mucho treinta minutos, quizás menos, hasta que esas bombas estallaran en los tripotes de esa chusma y les provocaran el coma y hasta el punto y coma.

    En la primera reunión la amarilla intentó volver a repetir su estúpida presentación pero el cuerpo se le iba para otros mundos y no fue capaz y el otro, directamente, cerraba los ojos y rezaba a algún dios que debía ser sordo y no lo escuchaba. Ahí fue cuando empezamos a darles palo tras palo, indicándole las cosas que estaban mal y como la culpa era siempre suya, suya y únicamente suya. Por la sala de reuniones aparecía y desaparecía gente, la organizamos como una sesión continua y cuando ellos parpadeaba o salían brevemente del coma inducido, veían gente nueva sentada en el lugar y recibían más y más palos.

    A las doce menos cuarto paro las reuniones y le digo a mi jefe que es imperativo, subjuntivo y hasta condicional que vayan pero que ya mismo a la cantina a comer porque ese día, justo ese día, teníamos uitsmijter, la cima de la cocina neerlandesa, un plato que los locales sólo se atreven a comer como desayuno de resaca porque es una o dos tostadas, con jamón y queso por encima y encima de eso, dos güevos fritos, pero con la yema bien líquida y con muchísima aceite de la fritanga. Es una bomba que cae en los estómagos de resaca y o te lo asienta, o te provoca una vomitona que no veas, así que les pedí dos de esos y le dije a la cocinera que no fuera rácana con el aceite de fritanga. Cuando vieron el plato que tenían delante y les dije que no quería ver ni la corteza del pan de tostadas, sus caritas lo decían todo. Estuvieron casi cuarenta minutos para bajar aquello y ponerlo sobre el bossche ballen, que las bolas aquellas aún estaban atascadas en el estómago. Les di minuto y medio para echar un pis rápido sin lavado de manos, los metí en la sala de reuniones y seguimos con más encuentros con gente que no conocían y ellos que caían y caían dormidos y yo descojonándome de ellos. Les traje al presidente de la fábrica para hacerle una foto con aquellos dos despojos humanos, que parecían a punto de potar o morir y ellos no creo que ni fueron conscientes de con quién se habían hecho la foto.

    A las tres y media salí por patas a recoger mi regalo de Navidad, que el reparto comenzaba a las tres y después lo llevé a mi escritorio y lo desmantelé y lo metí en mi mochila. Después entré en la sala de reuniones y le dije a mi jefe que ya se estaban agotando y él salió por patas a buscar el suyo y yo creo que los amarillos nunca  fueron conscientes de nuestras ausencias. Sobre las cuatro los desperté y les dije que yo me piraba, que hay vida más allá de la laboral y que yo ya estaba hasta los mismísimos de ellos. Me hicieron las reverencias de rigor, que fue un momento terrorífico y complicado porque con la cantidad de basura que les metí dentro, o potaban, o se cagaban por las patas pa’bajo. Después me despedí de los colegas y trinqué la bici de alquiler y volé a la estación de Bolduque. Mi jefe se quedó con ellos, aunque dudo mucho que consiguiera reanimarlos y para cuando se recuperen, habrán aprendido muy bien, que mi maldad es ilimitada y que voy sobradísimo para desactivar a cualquier amarillo que me pongan por delante. Tampoco creo que vuelvan a comer en mi presencia en su vida.

    Al día siguiente se iban al aeropuerto por la mañana y al parecer, lo consiguieron, aunque solo porque mi jefe hizo lo imposible para sacarlos del hotel y meterlos en el tren. Todos tenemos claro que a mí ya me han puesto en la lista negrísima de los amarillos y no me querrán en su país ni en foto digital y tal y tal. Me hicieron perder cuatro días de chamba y a cambio, yo los encochiné y los dejé listos para el matadero.

  • Día 2 – Fulidhoo – Reethi Kandu 2

    25 de diciembre de 2024

    Llegamos a la segunda y última parte de los vídeos de mi primera inmersión en Fulidhoo y alrededores, que fue en Reethi Kandu. Al ser mi primera inmersión con ese club de buceo, me observaban atentamente para ver si mostraba alguna señal de truscolanismo, que entonces te dan la patada y te botan de la isla inmediatamente, que ellos no están para aguantar necios zafios y rastreros.  La música que acompaña este  vídeo es la canción Carry On Wayward Son del grupo Texas.

    Creo que esta fue la única inmersión en la que durante todo el tiempo se veían algas rotas flotando, como la ceba en las islas Canarias. Supongo que hubo mal tiempo y la fuerza del mar hizo el trabajo, como sucede en mi tierra, que es la manera de podar estas plantas y quitar todas las ramas viejas. En el lugar hay unos corales muy bonitos y muchos peces pequeños, que crecen en esas zonas, esperando que no pasen por allí depredadores y que les den el finiquito. Pasado el primer minuto se puede ver toda la vida que hay en la zona. Un rato después miro hacia el azul porque avisan que hay un tiburón en la zona, uno pequeño de punta de aleta blanca que no estoy seguro que se vea bien en el vídeo. Continuamos el tranquilo paseo junto a esta pared. Pasados los tres minutos y medio, ya estamos cerca del final de la inmersión, en la parte superior de la pared y podemos ver un tiburón de punta de aleta blanca pasando algo alejado y después otro, que eran dos. Esos tiburones son más delgados y alargados. Llegando a los cinco minutos tenemos una anémona grandísima y los peces payaso Maldivianos que viven en la misma y que la defienden, ya que es su keli. Con ellos acaba el vídeo.

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