Repitiendo cine


Como suele suceder en verano, la falta de estrenos me obliga a repetir películas. Bueno, esto no es estrictamente cierto, porque mirando las estadísticas veo que suelo ver más de una vez alrededor de un diez por ciento de las películas que tengo el placer de visionar en una sala de cine. Las dos últimas veces que he ido al cine fueron repeticiones. Primero volví a ver Sin City, esa obra maestra que te deja sin aliento y totalmente arrebatado. Esta segunda vez me llevé al turco conmigo y flipó en colores, alucinó con la estética, se empalmó en los momentos adecuados, cuando las chochas que abundan en dicha peli mostraban carne a destajo, jaleó a los buenos y a los malos cuando se entretenían en el sano arte de matarse mutuamente y para no alargar más la cosa, creo que le gustó. Salimos del cine y nos fuimos de copas a celebrarlo. La primera vez que vi la película también fui acompañado, por uno de los colegas que prefieren no salir en estas páginas y cuya existencia permanece en el más oscuro de los silencios. Lo he intentado con el puto chino, pero dice que no le interesa y que él no paga la entrada para ver cine en blanco y negro y encima dirigido por un amigo de Quentin Tarantino. No voy a ser yo quien juzgue la ignorancia del pobre asiático, que ya tiene el pobre bastante con la cruz de cargar con ese pedazo de cabezón que el Dios de los amarillos le ha dado.

La otra película que he vuelto a ver fue Batman Begins, otra excelente creación que cumple con los rigurosos criterios que un servidor busca cuando acude a un cine, que no es más que pasárselo bien y entretenerse. La primera vez que vi la película fue en España, con bleuge. Se imponía repetir para poder disfrutar de la versión original, que a mí eso del cine doblado me empieza a provocar urticaria. Espero que algún día me nombren ministro de cultura y chimpún para prohibir el cine doblado y obligar a los españoles a ver el cine tal cual fue creado. Me pregunto por qué no escucháis la música doblada. Me gustaría veros con el disco nuevo de U2 doblado al español por algún panoli y adorando dicho grupo como lo hacéis. O entrar en un hipermercado y escuchar por megafonía lo nuevo de Coldplay cantado en español por los dobladores oficiales, que por supuesto serían los mismos que ponen las voces en los anuncios de tampones Trapax. Seguro que esto os resulta chocante. Pues con el cine es lo mismo, así que despertad de una puta vez y alzad vuestra voz para reclamar que no os jodan las películas con un alienante y absurdo doblaje que las maltrata. Lo de la versión doblada es una aberración y os juro que Alia la asesina os esperará en la puerta del cielo para cortaros una oreja si no hacéis nada.

Retornando al tema, que enseguida me embalo y pierdo el norte, volví a ver la película para disfrutar de los tonos guturales de Christian Bale cuando se metamorfosea como Batman y también porque me apetecía verla en un cine IMAX. Desde hace cosa de un año machacan mucho con la existencia de una sala de este tipo en uno de los multicines de la periferia de Ámsterdam, concretamente uno que está junto al estadio Ámsterdam Arena, así que la ocasión la pintaban calva. Después de hacer la ronda de rigor entre los amigotes me di cuenta de que tendría que ir solo. El turco no puede ir entre semana y el chino no está interesado en ver una película que ya se hizo hace un montón de años y que era tan mala (¡sic!). Tanteé a otros colegas pero todo fueron negativas. Visto el patio, cargué las pilas de mi iPod mini, lo llené con un buen audiolibro, me metí en el tren después del trabajo y me planté en el cine. Al llegar mi sospecha se confirmó. Lo que han hecho es instalar la máquina de proyección en la mayor sala que tenía ese multicine, pero no han hecho nada nuevo. Yo no es que sea un experto en este tipo de salas, pero vamos, he estado en varios IMAX de verdad. Decidí arriesgarme, compré mi entrada y a esperar por la peli. Cuando nos permitieron subir descubrimos que no se podía entrar en la sala porque la estaban limpiando, según decía un cartel que habían puesto en la puerta. La multitud permaneción en ese silencio típico holandés hasta que quedaban sesenta segundos para que comenzara la proyección. En ese momento, un chiquillo echó a un lado el cartel y se metió en la sala. Lo seguimos todos en tropel. Tomamos posiciones y nos preparamos para la película.

Cuando el último de los panolis se había sentado, apareció un encargado y nos pidió que saliéramos ordenadamente porque iban a limpiar el puto local. Lo abucheamos y aprovechamos para tirarle palomitas de las que habían regadas por el suelo, pero al final no nos quedó más remedio que salir, sobre todo porque los limpiadores eran dos negros como armarios que no parecían buena gente. Nos apilamos en la puerta hasta que vimos marcharse a los negros y nos dimos de hostias para entrar y coger un buen sitio. Yo corrí hacia la parte delantera mientras que la mayoría optó por la parte trasera. El tipo que nos había pedido que saliéramos estaba allí, a un lado de la pantalla con un micrófono en la mano. Me dio mal rollo porque pensé que nos iba a salir en plan karaoke y lo último que te apetece después de dejarte un dineral en entrada y refresco es que un gilipollas se crea que está en Operación Triunfo delante de tus narices. Cuando nos callamos comenzó a hablar y contar un poco la historia de los cines IMAX y el porque la experiencia de la película en ese tipo de sala es tan especial. Me miró, le devolví la mirada y largó algo en holandés que puedo traducir chabacanamente como que sólo unos pocos sabíamos que para disfrutar de una película en ese formato hay que sentarse hacia adelante y que la gente que estaba en las cuatro últimas filas no notaría diferencia con una película convencional, pese a haber pagado casi un cincuenta por ciento más de precio de entrada. Todos los desgraciados del fondo se levantaron y corrieron como mariconas hacia la parte delantera para pillar alguno de los sitios libres. Ya con todo el mundo en posición, apagaron las luces y comenzó la película. Una auténtica pasada. La experiencia del cine en este formato es brutal. Todo tu campo de visión está cubierto por la pantalla. Los doce mil watts de sonido te envuelven completamente. Salí del cine alucinando en colores dos horas más tarde. Definitivamente, le recomiendo a todo el que tenga oportunidad que vea las películas en este formato. Creo que en Noviembre se estrenará Harry Chapa-Potter 4 y ya me veo allí, en medio de la sala, disfrutando del tetamen de la Hermione en versión super-mega-grande.


8 respuestas a “Repitiendo cine”

  1. Hola sulaco & cía

    aprovecho que me toca volver a quedarme esta semana en la oficina por las tardes para leer lo último de Distorsiones. Eso si, seré breve de comentarios tras la elegante indirecta de sulaco (ejem).
    Sin city no llega a España hasta mediados de agosto. Luego se quejan de que la gente se las baje de Internet. Eso si, en Tenerife ya hay unos cines que traen películas (¡recientes!) en VO ciertos dias de la semana y podremos escuchar la impresionante voz de Clive Owen en inglés.
    Gracias por la recomendación de la de Entre Copas; la vi el otro dia en DVD al fin, y coincido con sulaco en la crítica (excepto en lo de las tías follables, lógicamente). Buenísima. Y en los extras del DVD te enteras de que en EEUU las leyes para grabar con animales son la leche.
    Saludos

  2. No fue una indirecta. Fue la constatación de un hecho y que conste que no me importa que los comentarios sean bien grandes, siempre que quien los escriba muestre un dominio apropiado del idioma, algo que tú has demostrado sobradamente, así que eres libre de extenderte hasta el infinito y más allá si te place.

    Con suerte veré Sin City cuando visite España en Español, aunque me asusta pensar lo que harán con el doblaje.
    A propósito, creía que estabas en Gran Canaria pero el comentario sobre Tenerife me ha descolocado.

  3. Hola
    Gracias, gracias por lo del lenguaje. Aunque no llego a tus malabarismos semánticos aún…
    Lo de Sin City me tiene fastidiada porque ya me la han ofrecido bajada de la red en VO, pero preferiría verla en pantalla grande como dios manda. ¡Aghhh! ¿Qué hacer? Con suerte será una de las que pondrán en VO en los Yelmo; porque si no, seguro que me chafará la experiencia el doblaje de Constantino Romerales haciendo de Clive.
    Sí, vivo en Tenerife. Los vídeos de Reggaetón y su cuñado el Cubatón son comunes a todas Nuestras Islas (suspiro de resignación), de ahí que sepa qué es un cangril o quién es Pepe Benavente.
    Saludos

  4. jejeje ines,… ya le dije a sulaco que se tiene que pasar a hacer una revision de los nuevos videos, yo que tu me esperaría a ver SinCity en pantalla grande
    en el Yelmo de aqui también ponen 1 peli en VO cada semana, tengo que ponerme las pilas y ver mas a menudo esa sesion

  5. En los cines de aquí solo ponen todo en VO …. y aún hay gente que me pregunta por qué no quiero volver a vivir en un país en el que para tener un sueldo digno hay que entrar enchufado, en el que los informáticos ganan menos que los camareros, en el que el cine es masacrado en los doblajes, en el que los programas del corazón son el 80% de la programación y se basan en gritar más que los demás y en el que cuando ponen intermedios en la tele, salen dos putas gemelas con la boca atrofiada de tanto comer pollas demasiado gordas para sus hocicos y te hacen desear que vuelvan los gritones de los programas rosas.

  6. En todas partes las pelis son en VO, España es la excepción y no la regla.
    Yo barajé durante una temporada huir y emigrar pero al final te aburguesas y te resignas a ver a grupos como el aludido, en cada intermedio. La unica salida es el despellejamiento.
    Gracias al DVD lo del doblaje pasó a la historia, al menos en mi casa. ¡Gracias, DVD!

  7. Supongo que te refieres a mi último comentario. Paso que después me paso dos semanas borrando insultos de la gentuza que sigue a esas dos pencas jinameñas.