Rompiendo las normas – Misbehaviour


Al parecer la historia de la película que voy a comentar es tan real como la vida misma pero claro, yo soy un chavalín y esto sucedió en la prehistoria y por aquel entonces, Genín y Virtuditas eran los únicos que caminaban por este planeta. La historia es tan absurda que resulta difícil de creer, pero chica, también hemos visto a un deshonorable salir por las patas pa’bajo cagadito de miedo en el portabultos de un coche huyendo como el criminal que es y esa comedia aún no la han hecho, que yo espero sinceramente que pongan a Torrente interpretando su mierda de papel truscolán. La película de hoy se titula Misbehaviour y en España la parecer se estrenó directamente en las internetes con el fastuoso título de Rompiendo las normas.

Unas julays tratan de reventar una competición de belleza para yeguas o eso que también denominamos chochas del martes pero sin chimpún.

Resulta que las feministas de los setenta están desarrollando sus teorías como el no afeitarse ni los bajos ni los altos, machorrear y abrazarse en manifestaciones de la mujer en medio de una pandemia para adquirir gratis total el virus. Un puñado de esas feministas decide hacer algo en una de las competiciones estas de Miss Mundo o algo así y que puedo confirmar y confirmo que jamás me ha interesado porque eso de exponer hembras (o machos, que seguro que también las hay) como yeguas para que todos les veamos las dentaduras y después les demos un premio sin que en realidad hayan hecho nada por los seres humanos me parece muy de palurdos y acarajotados. Lo dicho, que las feministas planean su jugada y mientras tanto, en la competición, exhiben a las negras y a las minorías como animales raros que han traído porque los han obligado, pero todo el mundo espera que gane la sueca, que es la representación más clara del cuerpo de las blancas. O algo así.

La película cuenta unas circunstancias históricas aunque seguro que lo apañaron a su antojo y aunque resulta interesante, no termina de atrapar nuestra atención y provocarnos una necesidad imperiosa de saber como acaba. Aunque Keira Knightley está adorable y Greg Kinnear borda su papel, no es suficiente, sigue dando la impresión de ser un producto medio cocinado pero que cuando lo observas con atención, puedes ver perfectamente las partes que están crudas. El esperado final, ese en el que las feministas van a demostrar al mundo que tienen razón, pasa sin pena ni gloria, tanto esperar para tan poco.

En fin, que esto es el tipo de película que jamás de los jamases van a ver los miembros del Clan de los Orcos y por desgracia, a ellos se unen unanimemente los sub-intelectuales con GafaPasta. Si eres feminista, seguro que se te ponen los pezones duros como piedras de hielo de puro gustito.


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