Salvando un queso


Cuando a finales de mayo hubo un terremoto en Italia, la zona afectada incluía la región en la que se produce el famosísimo queso parmesano o parmigiano reggiano si lo decimos en italiano. Tras el suceso llegó la marea con noticias, imágenes, números y uno de los más preocupantes fue que varias de las empresas que producen este queso se habían visto afectadas y en sus almacenes, los quesos se habían caído de sus estanterías y dañado. Estos empresarios veían como su forma de vida se iba al garete y las multinacionales que hacen quesos rallados y similares aprovecharon para caer sobre ellos como hienas y mal pagarles por un producto que es exquisito.

Dos julays holandeses que aman Italia y el queso parmesano tuvieron una idea: ¿Y si nos juntamos unos cuantos, vamos allí, les compramos el queso al precio que ellos lo venden normalmente y lo traemos a Holanda? Así, más o menos (o menos o más) comenzó esta aventura y con el boca a boca y el email a email se corrió la voz por el país y en una semana más de siete mil personas se habían apuntado para comprar un kilo y medio de queso parmesano por veinticinco leuros, ayudando de esta manera a las cooperativas de la zona a mantener su negocio. Ellos esperaban juntar cien o así y alucinaron en colores con el interés que despertó el asunto. Inmediatamente crearon una página web, un blog, una cuenta en el tuiterota y la cosa se comenzó a mover. Fueron a Italia en un coche que les cedió una empresa, hablaron con las cooperativas de allí y se acordó todo. Después, una feria holandesa llamada Landgoed Heerlijkheid Mariënwaerdt les ofreció repartir los quesos allí, dando una entrada para cada persona que viniera a buscarlo (la entrada vale quince leuros). Así llegamos hasta el día de hoy.

En lugar de ir a la oficina, trabajé desde mi casa y a las tres de la tarde iba con la Dolorsi a la estación de Utrecht Lunetten, cogía un tren y tras un transbordo llegaba a Beesd. Allí, recorría los dos kilómetros que separan a la estación de la feria en bici y acudía al puesto de Red een kaas o Salva un queso para recoger mi pequeño aporte.

Red een kaas

Red een kaas, originally uploaded by sulaco_rm.

Nos los daban en unas bolsas muy chulas que dicen Yo he salvado un queso. Al parecer, la cosa ha ido tan bien y la gente tiene tanto interés que están pensando en ir dos veces al año a Italia y así saltarnos la cadena de distribución y comprar nuestro quesito parmesano directamente a las cooperativas. Ellos ganan, nosotros ganamos, todos ganan.

El queso viene en trozos de medio kilo y empaquetado al vacío. Se puede congelar y mantenerlo en el congelador cdurante medio año y ese es el destino de dos de mis tres trozos. Ahora, además de la satisfacción de saber que de alguna manera he ayudado a alguien en otro lado sin la humillación que supone la caridad y además solo me queda por encontrar buenas recetas para sacarle partido al queso y entre ellas, creo que tengo que conseguir la sopa de queso parmesano que hace mi profesor de italiano y que está de morirse de rica.

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6 respuestas a “Salvando un queso”

  1. Que buena idea…
    Además te estoy muy agradecido porque no sabia que se podía congelar el queso, nunca se me había ocurrido…
    Salud

  2. hace unos años en un restaurante de Fuerteventura me pedí de postre tarta de queso, pero hecha con queso majorero del fuerte. ALUCINANTE. El parmesano es más fuerte pero podrías ver si lo consigues.

  3. Me parece una idea estupenda, si hiciésemos eso con toda la producción agrícola y ganadera, no habría tanto fantasma ganando dinero a costa de los pequeños productores. De puta madre, me encanta.

  4. cunnao, imagino que comiste la tarta de queso majorero con mermelada de tomate. He buscado y buscado pero no encuentro la receta. Seguiré investigando para ver si puedo modificar alguna de mis recetas y adaptarla a este queso. Eso sí, está claro que como postre va a quedar un poco «no dulce».

  5. Recuerdo que era un poco «aflanado» por lo que llevaría huevos en cantidades industriales, y el bizcocho de la base estaba bañado en azúcar quemada.

    Fue hace como 12 años o más y te requeteaseguro que el sabor a queso majorero era potentísimo y creo que no tenía nada de mermelada. Jamás he vuelto a probar una tarta de queso con tanto sabor.